El fabricante vehículos Jaguar Land Rover ha cerrado los tres primeros meses del ejercicio fiscal 2019-2020 (de abril a junio de 2019) con unas pérdidas netas de 451 millones de euros al cambio actual, lo que supone ampliar un 91% los números rojos contabilizados en dichos meses de 2018, según ha informado Europa Press.
Según la compañía rbitánica, los resultados trimestrales están en línea con sus previsiones y se vieron afectados por las débiles condiciones de los mercados. La marca también señaló que su negocio sufrió por los paros adicionales en las fábricas y por el impacto del plan de contingencia por el Brexit, situaciones que contribuyeron a las menores ventas y beneficios.
El consejero delegado de la empresa, Ralph Speth, ha afirmado que «Jaguar Land Rover está en un período de gran transformación. Estamos simplificando nuestro negocio, cumpliendo con nuestra estrategia de producto y adaptándonos al complicado entorno de mercado. Nos sustentaremos en nuestros sólidos cimientos y en el aumento de la eficiencia operativa para volver al beneficio en este año fiscal».
Jaguar Land Rover, propiedad del grupo indio Tata Motors, ha facturado 5.701 millones de euros, entre abril y junio, un 2,8% menos respecto a la cifra de negocio del primer trimestre del ejercicio fiscal anterior.
La marca finalizó el trimestre fiscal con unas pérdidas antes de impuestos de 443 millones de euros, un 49,6% más, mientras que sus pérdidas operativas alcanzaron 312 millones de euros, un 42% más en comparación con el mismo ejercicio de 2018.
Las ventas mundiales de la compañía automovilística se situaron en 128.600 unidades en los tres primeros meses del ejercicio fiscal, lo que supone un retroceso del 11,6% respecto a las 145.500 unidades entregadas en los mismos meses del año anterior.