La firma automovilística Fisker cerró el tercer trimestre del año actual (julio a septiembre) con unas pérdidas netas de 109,8 millones de dólares (95,5 millones de euros al cambio actual), lo que supone casi triplicar (+177%) los ‘números rojos’ del mismo cuarto de 2020.
El presidente y consejero delegado de la empresa, Henrik Fisker, apuntó que durante el pasado trimestre se concentró en su objetivo estratégico de cumplir con los plazos establecidos en su programa de lanzamiento del todocamino Ocean.
«La fase de abastecimiento crítica para el Fisker Ocean ahora está casi completa y la cerramos con el anuncio de un acuerdo de suministro de baterías comprometido a largo plazo. Ahora estamos completamente comprometidos con la industrialización, incluida una extensa fase de creación de prototipos», señaló el directivo.
La compañía, según indicó en un comunicado, finalizó el trimestre pasado con un volumen de negocio de 15 millones de dólares (13 millones de euros), mientras que en el mismo período del ejercicio anterior no registró ningún tipo de ingreso.
Fisker, por otro lado, ha alcanzado un acuerdo a largo plazo de suministro asegurado de baterías con CATL de más de 5 gigavatios hora. La firma señaló que esta operación le permitirá optimizar el rendimiento, así como los costes y la posición de mercado de la gama del modelo Ocean.
