Quién le iba a decir al alemán Karl Freiherr von Drais que su invento, la “draisiana”, el primer vehículo de dos ruedas dispuestas en línea (la abuela de la bicicleta de hoy), iba a vivir una edad dorada dos siglos después de su nacimiento en 1818.
Este vehículo lleva tiempo ganando terreno, y prueba de ello es que en el año 2018 la Asamblea General de las Naciones Unidas de dedicó un día mundial, el 3 de junio, reconociendo así las ventajas de este medio de transporte sostenible, sencillo, asequible, fiable, limpio y ecológico que, además de contribuir a la gestión ambiental, reporta importantes beneficios para la salud.
La llegada del Sars-CoV-2 no ha hecho sino dar el impulso definitivo a este medio de transporte en Europa y, también, en nuestro país.
Según el último informe de la Asociación de Marcas y Bicicletas de España (AMBE) en 2020 se vendieron en España más de 1,5 millones de bicicletas, lo que supone un incremento del 24,10% en comparación con el año anterior.
Además, la facturación del sector se disparó hasta rozar el 40% de crecimiento en el pasado año, con unos ingresos totales de 2.607 millones.

De su lado, el estudio La bicicleta y el patinete en tiempos de pandemia en las zonas rurales españolas, realizado por Red de Ciudades por la Bicicleta, confirma esta tendencia: en 2020 se registraron 7,7 millones de usuarios de bicicleta, 701.000 (+3,4%) más que en 2019. Jesús Freire, secretario general de AMBE, explica en declaraciones a Fleet People:
“Un año tan complicado como el pasado ha promovido importantes cambios de hábitos en la sociedad. Es normal que, en medio de una crisis sanitaria, las personas hayan decidido moverse realizando una actividad física moderada y que encierra innumerables beneficios para la salud de todos. La bicicleta ha dado respuesta a una demanda social que llevaba tiempo existiendo de movilidad sana y sostenible y, además, también ha abierto una puerta a la esperanza en el mercado laboral”, asegura.
Según el informe de AMBE, pese a la crisis del pasado año, el sector de la bicicleta mantiene los niveles de empleo de años anteriores con un ligero crecimiento (más de 22.000 familias en España dependen de manera directa del sector), y crece el empleo en las tiendas y talleres.
Así las cosas, se entiende que el pasado mes de junio el Consejo de Ministros haya aprobado la Estrategia Estatal por la Bicicleta, para impulsar políticas públicas que promocionen este modo de transporte que, además de ser una solución deportiva y recreativa muy saludable, aporta ventajas de movilidad en ciudades, revitaliza el tejido empresarial —tan dañado a raíz de la crisis sanitaria— y contribuye a la creación de empleo.
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“Esta iniciativa acaba con una anormalidad española, ya que éramos el único país miembro de la UE que no tenía una estrategia estatal a favor de este vehículo. En España necesitamos que se impulse este plan y necesitamos a la administración para seguir generando oportunidades para hacer frente a los retos económicos y sociales que tenemos en torno a la bicicleta”, recalca Freire.
Ciclistas de ida y vuelta
Cada vez son más los trabajadores que acuden y abandonan su puesto de trabajo pedaleando, abriendo las puertas con este hábito a nuevos nichos de mercado, como el renting o el sharing. Desde finales del año pasado, la empresa Arval ha puesto en marcha un servicio de renting de bicicletas eléctricas para clientes corporativos de grandes cuentas.

Según declara a Fleet People Manuel Orejas, responsable de marketing y desarrollo empresarial de la compañía: “Cada vez más empresas se preocupan por aportar soluciones de movilidad a sus empleados y apuestan por programas de renting de vehículos. Aunque los coches siguen teniendo mucha más demanda, la bicicleta eléctrica no podía quedarse al margen, ya que es un complemento ideal para poder proporcionar una movilidad integral”, detalla el ejecutivo.
Este nuevo servicio, además de la bici, comprende servicios asociados al mismo, como seguro de responsabilidad social, seguro frente a hurto y robo, mantenimiento integral del vehículo y asistencia en carretera.
“A muchos trabajadores les echa para atrás el hecho de poder tener un pinchazo in itinere, por ejemplo, yendo arreglados para trabajar. Nuestro servicio integral de renting ofrece soluciones para todas estas eventualidades y les da una gran tranquilidad”, afirma Orejas.
El recién nacido renting de bicicletas tiene, sin duda, una larga vida: “En Arval somos usuarios de este servicio y la verdad es que es maravilloso. Los empleados que lo usan reconocen que se sienten bien, que tienen menos estrés, que notan como su cuerpo agradece este ratito de ejercicio y que están de mejor humor”, añade el entrevistado.
Currando en dos ruedas
Los hay que usan la bici para ir al trabajo y los que la usan como herramienta de trabajo, como es el caso de los repartidores ciclistas, que cada vez están más atareados. Jordi Mateos, presidente de la asociación de repartidores APRA (Asociación Profesional de Riders Autónomos) asegura a esta publicación: “Aunque no ha habido un incremento notable de repartidores ciclistas el pasado año, sí es cierto que muchos han sumado tiempo sobre el sillín, pasando de trabajar entre tres y cuatro a ocho horas. Eso sí, muchos se han pasado a la eléctrica para poder trabajar jornadas más largas”.
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Es importante señalar que trabajar en bici no es lo mismo que usarla para desplazamientos cortos y, generalmente, también rutinarios (como ir al trabajo).
Los riders, al pasarse mucho más tiempo sobre estos vehículos, deben ser especialmente cuidadosos con la seguridad, una asignatura en la que “pinchan” muchas ciudades.
“Los repartidores ciclistas están bastante desprotegidos. En Barcelona, por ejemplo, donde se encuentran la mayoría de nuestros socios, se están haciendo modificaciones de las vías públicas para incluir a los carriles bici, que suponen un grave peligro para las personas que usan este vehículo. La mayoría de los conductores de motos y coches, por ejemplo, no saben que los ciclistas tienen prioridad en los giros de estos carriles, lo que pone en un gran riesgo a los ciclistas. Además, las señalizaciones en las vías públicas son nuevas y, muchas veces, no se respetan porque no se entienden”, añade Mateos.

Resulta fundamental, por tanto, aportar soluciones que hagan los desplazamientos de los ciclistas más seguros.
“Muchos de los conductores se han sacado el carné hace 10 o veinte años y no conocen las nuevas normas de seguridad vial. Los ayuntamientos de las ciudades deberían establecer acciones encaminadas a corregir esto, como enviar circulares a las casas sobre las señalizaciones viales que informen sobre la presencia de ciclistas, por ejemplo. También se podrían hacer campañas publicitarias al respecto, como las que hace la Dirección General de Tráfico (DGT), que concienciasen de los peligros que afronta este colectivo”, concluye el presidente de APRA.
Pero la seguridad va en dos direcciones: los usuarios de la bici (riders o no) también deben observar las normas de seguridad.
María Echeverría, conductora de Uber en Madrid, se queja: “La mayoría de los ciclistas no tienen ningún cuidado: no respetan las normas, van a más velocidad de la permitida… Encima, la mayoría no usan casco ni protecciones. Hay que andar con mil ojos para no atropellarles. El aumento del uso de la bicicleta ha de ir acompañado de normas claras de circulación que debemos respetar todos, también los que van pedaleando”.
Mateos concuerda con la opinión de la conductora: “Calculo que sólo el 25% de los riders lleva las protecciones adecuadas. Es cierto, no obstante, que la mayoría de las plataformas envían información sobre el buen uso de los cascos y las protecciones. Creo que es muy importante que insistan en esto, porque muchos de los que trabajan en bici son chicos jóvenes que pueden no ser conscientes del peligro que corren”.
Pedaleando hacia el futuro
Aunque algunas ciudades de nuestro país, como Barcelona, Valencia, Vitoria, Zaragoza o Sevilla, ya han normalizado el uso de la bicicleta, todavía falta mucho por hacer. A la pregunta de si tenemos algún referente al que tender, el secretario general de AMBE responde: “Todos los países europeos están en evolución en lo que se refiere a la bicicleta, ninguno es aún un ejemplo. Las ciudades españolas deberían tender a ser ciudades del futuro, con una movilidad del futuro en la que la bicicleta tenga un papel fundamental.

Aspiramos a que, en nuestro país, cualquier persona se sienta cómoda y segura utilizando este vehículo como medio de transporte, ocio, turismo y deporte, independientemente de su edad, género o condición física. Para ello hace falta abordar cuestiones claves como son las infraestructuras, las normativas, la formación en las escuelas sobre movilidad saludable o los incentivos fiscales para la compra de bicicletas como las de carga, las bicicletas de reparto de última milla, etcétera, opina el directivo de AMBE.
Aún estamos pedaleando cuesta arriba, pero ya se vislumbra un bello horizonte al final del repecho: “Obviamente, la bicicleta no sustituirá al coche, pero sí va a consolidarse como complemento de movilidad indispensable. Creo que este medio de transporte, a muy corto plazo, tiene una trayectoria tremenda. Por eso pienso que la bicicleta es el vehículo del futuro (al menos, uno de ellos)”, concluye el responsable de marketing y desarrollo empresarial de Arval.










