La marca de automóviles Seat está concentrando sus esfuerzos en incrementar su huella en el mercado corporativo por la vía de nuevos sistemas de propulsión como el gas natural comprimido (GNC), con el que esta trazando un nuevo recorrido en flotas gracias a sus reducidos consumos en relación con los motores de combustión tradicionales.
Con un TCO o Coste Total de Mantenimiento —Coste Total de Movilidad, según las últimas tendencias— en el que el apartado del consumo es el de mayor impacto económico en el conjunto de uso anual de una flota de vehículos, el GNC no sólo tiene sentido en sí mismo: es que repercute un ahorro directo que, en función del volumen de vehículos que disponga la empresa, se puede traducir en decenas de miles de euros menos por ejercicio.
Fleet People ha tenido la oportunidad de probar y ser testigo de ello. Para ser un poco más explícitos: no nos lo han contado: lo hemos conducido.
Hemos recorrido la distancia que separa Madrid con Bilbao y Bilbao de Zaragoza, con diferentes trazados, para desarrollar 800 kilómetros con un Seat de gas natural comprimido. ¿El fin? Explicarles qué diferencia existe entre un vehículo convencional y otro de gas.
De Madrid a Bilbao en un Seat con gas natural comprimido
Puede parecer que no, pero es importante que les detallemos aspectos que pueden ayudarles a sopesar la elección de una opción así si en este momento están considerando la renovación de flota o si quieren añadir a su portfolio vehículos con etiqueta sostenible, por ejemplo.
Hemos efectuado el trayecto un día de diario normal, con temperatura normal y circulando por carretera a la velocidad legal. En un Seat Arona 1.0 TGI de 90CV con cambio manual. ¿Por qué hemos elegido el Arona? Sencillo. Teníamos la posibilidad de elegir entre el Leon, el Leon ST y el Ibiza. Todos ellos vehículos muy floteros, pero nos van a permitir que escojamos este pequeño SUV: este año está triunfando en el mercado de renting para particulares, con más de 4.000 unidades comercializadas ya. No va mal.

Por si le pregunta su fuerza de comerciales, sus visitadores de empresa, los comerciales de campo o cualquier empleado: sí, un vehículo de GNC es un coche como cualquier otro, y sí, se conduce igual que cualquier otro. La única diferencia con un vehículo convencional reside en que debe planificar el repostaje.
Párese y piénselo por un momento. Para un cliente privado puede suponer hasta una molestia, según el caso. Pero, ¿para un uso profesional? La planificación de cualquier actividad comercial, ya sea de prospección, visita de cortesía o cualquiera que haga a diario requiere planificación previa. Dedicarle un par de minutos a la de su automóvil de gas no le añadirá más carga mental.
No hay muchas gasineras. Así es. En este momento, algo más de 70 en toda España. Pero habrá cien cuando concluya este año, y como mínimo 80 más de aquí a tres años Pero, con un mínimo de planificación —y decimos un mínimo— puede gestionar su día a día sin absolutamente ningún problema de abastecimiento o de falta de propulsión. ¿Por qué? En primer lugar, porque el depósito de gas natural de este Arona cuenta con una autonomía de entre 328 y 363 kilómetros.
Autonomía adicional al gas: nueve litros de gasolina
No es ninguna broma, como puede observar. Estos coches cuentan con tres depósitos de gas fabricados en acero, al que suma otro adicional de gasolina que ofrece nueve litros de combustible en el caso en que se dé la circunstancia de quedarnos pillados en cualquier vía. Nueve litros de combustible dan para algo más de cien kilómetros. Y cien kilómetros son muchos kilómetros —de tranquilidad—, a nuestro juicio.
Nuestro Arona, como todos los Seat de gas, funcionan siempre en modo gas a menos que se den tres supuestos: que se agote el depósito, claro está; unos pocos segundos tras repostar, y si la temperatura del líquido refrigerante baja de 10 grados.
La marca asegura que el coste por kilómetro recorrido de sus vehículos TGI es un 50% más barato que uno de gasolina equivalente y un 30% menos que un diésel. Si no desean observar lo que indica la compañía, fíjense quizás en la asociación The European Consumers Organization (BEUC). Detallan que el coste de utilización de un automóvil con GNC durante 11 años y 13.000 kilómetros anuales es un 18% más económico que un homólogo de gasolina, y un 11% más barato que uno de gasóleo.
En marcha con nuestro Arona, el viaje es sencillo y cómodo. Efectuamos paradas intermedias y todo transcurre con normalidad. El consumo. Un mechero, sí. ¿Es cierto el ahorro de combustible que asegura Seat? Sí. Lo es.
La capacidad de los tres depósitos del Arona es de 13,8 kilogramos de gas. Durante nuestro viaje hacia Bilbao efectuamos dos paradas. La primera, en Fontioso —196 kilómetros— y la segunda, en Ciérvana —249 kilómetros—, con un repostaje de 4,9 kilogramos (0,869€/Kg) y 11,58 kilogramos (0,860€/Kg), respectivamente. El coste fue de 4,26 y de 9,94 euros.
Flotas y renting: el GNC equivale a 2,49 litros de gasolina cada 100 kilómetros
En ese primer periplo hacia Bilbao, esto es, en esos 444 kilómetros, repostamos 16,48 kilogramos de gas por 14,20 euros. Nuestro consumo fue de 3,71 kilos por cada cien kilómetros, lo que se tradujo en un coste total por cada cien kilómetros de 3,20 euros.
El retorno hacia Zaragoza, de su lado, concluyó con 356 kilómetros recorridos, 13,98 kg repostados con un coste de 12,69 euros, un coste de 3,93 kg/100km y un coste económico de 3,57 euros por cada cien kilómetros.
¿Totales? Se lo compactamos. Un total de 800 kilómetros, 30,46 kilos de GNC repostados por 26,89 euros y un consumo promedio de 3,81 kg/100km, que arrojan una media de coste de 3,36 euros por cada cien kilómetros recorridos.

Si traducen esa cantidad al consumo de una versión equivalente con propulsor de gasolina o diésel, la cifra sale clara. Teniendo en cuenta un precio del combustible de 1,35 euros por litro en el caso de la gasolina, el equivalente de los 3,36 euros que hemos gastado por cada cien kilómetros utilizando nuestro Arona con mecánica de gas natural comprimido es de 2,49 litros de gasolina por cada cien kilómetros.
Flotas y renting: el GNC equivale a 2,65 litros de diésel cada 100 kilómetros
En el caso del gasóleo, el renglón que más nos interesa en el universo corporativo y de flotas, y teniendo en cuenta un coste por litro de 1,27 euros, el equivalente para nuestro Arona en clave de gasóleo es de 2,65 litros por cada cien kilómetros.
No existe en el mercado actual ningún vehículo disponible a la venta que ofrezca unos consumos oficiales siquiera cercanos a estas cifras.

Hagan sus cuentas. Trasladen estos costes de utilización a su flota de vehículos y teniendo en cuenta un uso intensivo en circuito urbano, por ejemplo.
Les pueden salir las cuentas. Y eso sin contar con que los GNC disponen de etiqueta ECO, lo que les permite acceder al centro de la ciudades como Madrid y Barcelona con episodios de contaminación restrictiva, entrar en las almendras centrales, circular por el Bus VAO, disponer de un descuento del 50% en las Zonas de Estacionamiento Regulado (SER) y del hasta 75% en el Impuesto de Circulación también en Madrid y Barcelona.
Se lo reiteramos —con cariño—: Haga sus cuentas, vaya al céntimo; sume todo lo que se quita de aquí y de allá y multiplíquelo por el número de flota que hoy gestiona en su empresa.
Y luego, decida.












