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Check Point: Corre, Volkswagen Polo, corre

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«Gira el mundo, gira, en el espacio infinito…” como decía la canción… y lo que hace unos años nos servía, ahora no lo hace. Y, tened por seguro, que lo que hoy nos sirve; dentro de unos años, no lo hará. Y esto se puede aplicar a ropa, ordenadores, pareja… ¡uy, perdón!. Bromas aparte, hace unos años un utilitario como el VW Polo, el Ford Fiesta o el Seat Ibiza eran el coche ideal para jóvenes conductores. Hoy lo son para renting, flotas y alquileres. Los jóvenes conductores quieren un T-Roc, un Puma o un Arona, que son un poco más grandes, porque el Polo mide poco más de cuatro metros de largo.

 

Así que, aquí, en tu revista favorita en el mercado de flotas, vamos a conocer al Volkswagen Polo, un navarro mundial con mucho que demostrar porque los rivales le pisan los talones (y hasta las pantorrillas).

 

Nos parece, de entrada, un tanto caro respecto de sus rivales. Pero como estamos acostumbrados, no creemos deciros nada que no sepáis. Eso sí, además, has de sumarle el precio del DSG, sigue leyendo que a nosotros “nos da la risa”.

 

 

Volkswagen Polo
FOTOGRAFÍA FERNANDO ARÚS

 

Volkswagen Polo
FOTOGRAFÍA FERNANDO ARÚS

 

 

Volkswagen Polo
FOTOGRAFÍA FERNANDO ARÚS

 

Sí, vamos a empezar por este elemento. Porque llega un momento en la vida en el que los caprichos se convierten en necesidades (que no sé quién lo dijo, pero me viene al pelo para esta situación). Coche urbano y manejable, para ir de “atasco en atasco” de parking en parking, de semáforo en semáforo… y quieres que lo haga pisando el embrague y moviendo la palanquita de las marchas. Pues mira, si me lo puedo evitar (es decir, si me lo puedo pagar), yo me lo pago. En el caso del Polo, circular sin embrague y con el codo en la ventanilla (aunque no se deba) cuesta, todo sea dicho, la friolera de 2.765 euros. Que, si fuera un deportivo y estuviera pensando en disfrutar de una carretera de montaña, pues oye, me lo pensaba. Pero, para la trabajada urbe, (y con una buena estacada en el estómago) lo prefiero automático s’il vous plaît (que no sé porque lo digo en francés, pero me gusta como queda).

 

 

Como consuelo, podemos pensar que no es un cambio automático cualquiera, es un DSG de 7 marchas. No por conocidas vamos a dejar de decirte que las siglas significan Direct Shift Gearbox que podemos traducir por “mando de caja de cambios directo”. La verdad: da igual. Tiene lubricación seca, que tampoco importa. Tiene dos pares de engranajes, que empieza a importar un poco y dos embragues, que es lo que verdaderamente importa. Porque el sistema electrónico detecta que vamos acelerando y, lo lógico es pasar a la marcha siguiente, con lo que el DSG ya tiene, gracias a un segundo embrague, la siguiente marcha metida. Así pasa de marcha rápida y suavemente y, atención, sin apenas resbalamiento lo que se traduce en menores consumos. Aquí viene el apunte friqui: la caja de cambios automática de embrague doble es un invento de Porsche para las carreras de 24 horas de Le Mans, porque descubrieron que consumía menos y, por tanto, podían espaciar las paradas para repostar.

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Facilidad de conducción

 

A día de hoy y, por ejemplo, en el Polo que estamos probando tenemos una facilidad de conducción enormes; como en cualquier automático, cierto. Pones la “D” (Drive: conducir) y, cuando llegas a tu destino, pones la “P” (Parking: aparcar) y, si hay que maniobrar entre medias, pones la “R” (Reverse-marcha atrás). Y nada más.

 

Además, recordamos que tiene siete marchas, por lo que ya es una más que con sus rivales manuales de seis. Esto afecta a los desarrollos y en el caso de la DSG consigue sacar antes todo el jugo al motor.

 

 

Volkswagen Polo
FOTOGRAFÍA FERNANDO ARÚS

 

Beneficios personales son que vas a conducir más cómodamente, no se te va a calar y es más seguro, porque tienes menos cosas que hacer en caso de emergencia: solo frenar con todas tus fuerzas. Empresarialmente hablando, deberían ser coches con menos averías, porque eliminas “el factor humano pisando el embrague”. Con un buen mantenimiento, el DSG no debería dar problemas de averías.

 

Algo que podéis llegar a notar si circuláis despacito son pequeños tirones, sobre todo en frío. O también que es un poco brusca en maniobras a baja velocidad —no es un convertidor de par—. Nada preocupante, pero sí un poco molesto (y más después de lo que ha costado).

Si miramos al motor, encontraremos un espontáneo tricilíndrico de un litro de cilindrada y turbo. Aparte de su predisposición para subir de vueltas, el turbo le “da la vida” y consigue buenas cifras de potencia (95 CV) y, sobre todo, de par (175 Nm).

 

Sin olvidar que este Polo pesa 1.204 kilos, así puede ofrecer una respuesta bastante digna para lo pequeño que es. Sube rápido de vueltas, no se amilana cuando coquetea con las 5.000 revoluciones por minuto y mantiene la potencia máxima hasta las 5.500. Después, no busques mucho más allá. Mejor pasar de marcha y aprovechar el par, que lo entrega entre nada menos que las 1.600 y las 3.500 revoluciones por minuto. La potencia llega a las ruedas delanteras.

 

Cerramos el capó y abrimos el maletero para encontrar 351 litros de capacidad. Bastante mejores que los 311 del Ford Fiesta, pero muy parejos (aunque literalmente peores) que los 352 del Hyundai i20. Y es que Hyundai (y su prima Kia) vienen golpeando muy duramente de unos años a esta parte. Hacen muy buenos coches (muy, muy buenos) a unos precios muy competitivos. Muy, muy competitivos. Lejos queda el reinado Volkswagen con sus estándares de calidad, materiales y resistencia. Hoy en día, un Hyundai Bayón de 16.000 euros pone en entredicho a todo un Polo cualquier día de la semana. Y, si te vas a gastar 24.000 euros en este coche, mírate un Kia Ceed 1.0 T-GDI de 120 CV, cambio automático y etiqueta ECO por 22.000 euros. O el Toyota Corolla que ya hemos probado aquí…

 

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El equipamiento

 

Bueno, continuamos. El Polo es un coche moderno y entre los (pocos) cambios interiores, hallamos el cuadro de relojes digital (digital cockpit) en toda la gama. Se trata de una pantalla de 8” con distintas configuraciones y modos de visión. No es muy grande, pero es actual y seguro que te gustará contar con ella. Si lo pagas aparte, está el digital cockpit Pro, de 10,25”.

 

 

Volkswagen Polo
FOTOGRAFÍA FERNANDO ARÚS

 

Nuestra unidad de pruebas no tiene climatizador, sino aire acondicionado, que se maneja con las clásicas ruletas. La verdad: por sencillez, rapidez y facilidad, lo preferimos. El climatizador se controla con superficies táctiles, muy llamativas, pero menos operativas.

 

Sin dejar de alabar a los rivales, tampoco dejamos de reconocer que el Polo está bien hecho y rematado. Tiene el salpicadero mullido, realizado con plástico blando, y, aunque las puertas y la parte inferior del salpicadero sean de plástico duro, la calidad de éste es elevada y el tacto bastante agradable.

 

Volkswagen Polo
FOTOGRAFÍA FERNANDO ARÚS

 

Desde el nivel básico (que no tiene nombre, sino simplemente “Polo”) monta de serie elementos como: aire acondicionado, nuevos faros y pilotos de led básicos, la nombrada pantalla para el cuadro de relojes y sistema multimedia de 6,5” (con el software MIB2, mientras que los más equipados llevan el más moderno MIB3). Queremos destacar tres elementos de seguridad que hacen honor a la marca: un nuevo pretensor del cinturón de seguridad para la zona de la pelvis y sobre todo: el nuevo airbag central, que va ubicado entre los asientos delanteros y previene el golpe entre los ocupantes de estas plazas, y el asistente de mantenimiento en el carril. Aunque para flotas seguramente el acabado será el “Polo” con el equipamiento antes indicado, si puedes acceder al acabado Life, tendrás llantas de 15” (no de 14”), tapicería de más calidad (estas distinciones son las que te hacen ganar haters, Volkswagen), apoyabrazos delantero, puerto USB-C —ojo, es el pequeño— para los pasajeros traseros (los delanteros tienen dos) y la aplicación App-Connect.

 

 

Volkswagen Polo
FOTOGRAFÍA FERNANDO ARÚS

 

Volkswagen Polo
FOTOGRAFÍA FERNANDO ARÚS

 

 

Entre curvas, tendrás el tacto típicamente “Polo”: coche suave, pero firme. Se inclina al principio de la curva, pero ya lo tienes “apoyado” y podrás hacer el giro más largo del mundo que será complicado que pierda la trayectoria. No es ágil, pero no es torpe. Neutro en el paso por curva o subvirador llegado el caso.

 

Un Polo.

 

Tiene buena calidad en la dirección asistida y estabilidad en la frenada. Monta tambores en el tren trasero, pero no debe preocuparte, no le hace falta más. Aunque, sí, a nosotros también nos gustan más los discos.

 

 

 

 

El segmento de los utilitarios sigue contando con el Volkswagen Polo, un coche de referencia que se ve atacado por cada vez más frentes: sus rivales naturales, los nuevos modelos en forma de SUV y, por si fuera poco, los coches del segmento superior a precio parecido y con etiqueta ‘Eco’.

 

Pero, si nos lo permites: “Polito, espabila”.

 

 

https://fleetpeople.es/renault-arkana-e-tech-140-cv-rs-line/

 

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