Copiar es más sencillo que construir. Copiar es más barato que inventar, para luego desarrollar la idea original y que funcione. Eso es lo más difícil de todo el proceso, se llama innovar. Sólo si el tiempo es el factor clave, puede que copiando llegues tarde, por eso en la mayoría de los casos te compensa copiar.
Los fabricantes chinos copian todo lo que pueden porque tienen una capacidad de sobreproducción como nadie en el planeta.
Hay quien lo considera desleal, porque ahora no les toca a ellos, aunque antes a todos nos haya tocado. Los japoneses copiaron tras la guerra mundial que perdieron, a los americanos y europeos, principalmente a los alemanes. Los alemanes a los ingleses para desarrollar su segunda revolución industrial, y los ingleses entre ellos en las dos primeras.
Todo el mundo copia, la diferencia hoy en 2025 es que, mediante procesos de inteligencia artificial, se copia más rápido que nunca antes en la Historia, y al final las cuentas siguen saliendo.
La decisión de Estados Unidos de restringir el acceso de China a sus componentes tecnológicos, previamente con la administración demócrata y aceleradamente ahora con la republicana, está aumentando la copia de alta tecnología. Referido a los componentes más avanzados de tecnología, está desencadenando una serie de efectos que remodelan el panorama tecnológico global.
Lejos de frenar el desarrollo tecnológico de China, estas restricciones parecen impulsar una aceleración en su capacidad industrial y de innovación. Durante 2024 lo vimos venir, en 2025 lo estamos comprobando.
Todo el mundo copia, la diferencia hoy es que, mediante procesos de inteligencia artificial, se copia más rápido que nunca
El mercado de semiconductores de China creció en 2024 por encima de los 200.000 millones de dólares. Los vehículos eléctricos chinos crecieron por encima del 16% en ventas globales, con objetivo en el 60% del mercado mundial para 2030.
Siempre se llamó adaptación estratégica, la diferencia es que China lo ha convertido en el centro de su estrategia, para luego desarrollar sus últimas capas de innovación con una potencia y una velocidad hasta ahora nunca vistas.
China acelera su independencia tecnológica
Históricamente, China dependió siempre de tecnología y componentes externos, principalmente americanos. Las restricciones de exportación nombradas más arriba y ya impuestas por la administración Trump desde 2018, les han llevado a acelerar el desarrollo de una infraestructura industrial autosuficiente y un ecosistema de investigación y desarrollo cada vez más consistente.

En 2023, el gobierno chino destinó 21.000 millones de dólares en subsidios para la investigación de semiconductores, incrementando un 20% en su producción local. Empresas como SMIC (Semiconductor Manufacturing International Corporation) duplicaron su inversión en I+D, y redujeron la dependencia de importaciones en un 30% en 2024.
Su mercado en diseño tanto de hardware como de software no competía en segmentos tradicionalmente dominados por Estados Unidos, Taiwán y el resto de Asia. Hoy sí lo hace, vamos con los ejemplos.
Huawei ya empezó a producir microprocesadores de tres nanómetros en 2024. Tres nanómetros es la distancia menor entre circuitos a la que hoy se llega a construir un chip en 2025. Si consigues hacerlo eres definido como líder en tecnología de semiconductores.
Huawei ya lo hace, también invierte en proyectos 6G, lo que le da perspectivas de liderazgo global para 2030.
Durante las últimas semanas de enero no salimos de nuestro asombro al comprobar las prestaciones del modelo de lenguaje para IA DeepSeek R1. Veníamos siguiendo a su hermano Deepseek V3 como copia de ChatGPT de Open.ai. Nos sorprendía que mientras los modelos californianos han costado cientos de millones, los resultados obtenidos con un entrenamiento de tan sólo cinco millones de dólares, son equivalentes.
Lo que hoy resulta asombroso de R1 es que ha desarrollado las capacidades que a los modelos más avanzados ofrecidos públicamente de Open.ai, los LLM “de razonamiento” o1, en tan sólo unos meses.
Las cifras son elocuentes, hoy en enero 2025 están los primeros en los puntos de referencia para compararlos, benchmarks en inglés. Es una mezcla de copia sumada a nuevas técnicas que hacen de R1 un producto revolucionario, que no podemos negar que sea innovador, porque lo es, su proceso de razonamiento incorpora elementos que o1 no tiene.
La competencia tecnológica, según con quien la ejecutes, puede convertirse paradójicamente en una consecuencia inesperada a tu planificación original, que no te beneficia
Pero no son dos compañías solamente. Bytedance, conocida por ser propietaria de TikTok, acaba de lanzar el modelo Du-Bao 1.5Pro, superando algunas métricas de o1, veremos como se comparan en los próximos días con el lanzamiento de o3. Alibaba, el Amazon chino, avanza en cada modelo Qwen que lanza a una velocidad que muchos otros modelos occidentales no alcanzan. Wenxin de Baidu, Jiutian de China Mobile, son modelos en desarrollo. Otras compañías como Moonshot, Minimax, iFlyTech, también están en la carrera.
Una estrategia que redefine el equilibrio global
Así que, por lo que parece, la reacción de China a las restricciones parece estimular a las subvenciones de su gobierno y su tecnología. Su industria de semiconductores emerge como nuevo jugador clave en mercados internacionales. Sobre tecnologías renovables y vehículos autónomos, creo que no tenemos muchas dudas ante la invasión de mercados que estamos viendo.
Un factor crítico en la fabricación de alta tecnología son las cadenas de suministro. Si dependes de los demás en comunicación y materias primas, tienes un problema, se llama fragmentación, tus productos llegan tarde a mercados cada vez más competitivos.

China ha hecho su trabajo en estos años. Motivada por las restricciones anteriores, potenció sus asociaciones regionales y diversificó sus mercados de exportación. Rusia e India son tan sólo una parte, aunque importante de esas alianzas. Esto hace que su dominio en materias primas, puertos y alianzas le den hoy una ventaja estratégica, ¿alguien duda que la utilizará llegado el momento?
Viendo estos hechos, no es aventurado pensar que las políticas restrictivas, no contienen las ambiciones tecnológicas de China. Muy al contrario, dadas son capacidades ya desarrolladas, parecen acelerar su autonomía industrial y consolidan su posición en el futuro tecnológico global.
La competencia tecnológica, según con quien la ejecutes, puede convertirse paradójicamente en una consecuencia inesperada a tu planificación original, que no te beneficia.
Rafael Areses es médico y Director de Tecnologías Emergentes en ALEBAT. Está certificado por la MIT- Sloan Management School en Management y por la Harvard Business School en Strategy. Es autor de los libros: Inteligencia Artificial: Guía para la persona ocupada y La revolución silenciosa: Inteligencia Artificial Generativa en entornos de Negocio.










