El constructor de automóviles Tesla ha presentado una demanda ante el Tribunal General de la Unión Europea contra los aranceles impuestos a vehículos eléctricos fabricados en China, una acción que efectuó y registró de modo formal el miércoles de la semana pasada.
La firma que dirige Elon Musk ha asegurado en el recurso presentado que las medidas arancelarias extraordinarias no reflejan «adecuadamente» las condiciones del mercado ni los «supuestos beneficios» de los incentivos públicos aplicados por China lo que equipara su cruzada en la misma línea y respecto de las mismas acciones legales emprendidas por otros grupos del sector, como BMW y los productores chinos de vehículos eléctricos BYD, Geely y SAIC.
La Asociación China de Fabricantes de Automóviles (CCCME) también ha recurrido la medida, según una información publicada por Reuters.
BYD, Geely y SAIC (MG) recurren el ‘tarifazo eléctrico’ ante el Tribunal de Justicia europeo
El gravamen que tiene que abonar Tesla por importar a Europa vehículos de su marca producidos en China, y eléctricos, es de un 7,8 %, lo que representa el «tarifazo» más bajo de entre los fabricantes afectados, una cifra que no ha evitado que la marca se una a las impugnaciones presentadas ante el tribunal.
En este sentido, Tesla importa vehículos eléctricos desde su factoría de Shanghái para el mercado europeo.
La disputa con Tesla se produce también bajo un contexto de tensiones entre Bruselas y Elon Musk, ya que la Comisión Europea ha intensificado su investigación sobre la red social X, que pertenece al magnate estadounidense.
El procedimiento se desarrolla en el Tribunal General, la instancia inferior del Tribunal de Justicia de la Unión Europea. Las causas en esta corte suelen prolongarse en promedio 18 meses y pueden ser objeto de apelación ante la instancia superior.
Competencia desleal procedente de China
Hay que recordar que la Comisión Europea ha justificado la aplicación de estos aranceles extra —hay que añadirlos al tipo de importación fijo del 10% a los productos chinos— como una medida para «proteger la competitividad de la industria automovilística europea» frente a una «competencia desleal» derivada de las ayudas públicas locales que China da a sus fabricantes locales.
Todas las marcas de automóviles que tienen que abonar más tasas han asegurado que estas representan un impedimento claro para la expansión de los vehículos eléctricos en el mercado europeo, y que la medida afectará tanto al precio de los vehículos como al portfolio de oferta de los mismos.
Por su parte, los fabricantes chinos han señalado que la imposición de aranceles podría desencadenar represalias comerciales y afectar a las relaciones económicas entre China y la Unión Europea. Esta posición ha sido respaldada por la CCCME, que actúa como representante del sector en el proceso judicial.










