La multinacional de renting Alphabet, propiedad del grupo automovilístico BMW, ha identificado una desaceleración en el avance hacia la electrificación de las flotas en Europa como consecuencia de tres factores centrados en «la falta de homogeneidad en la infraestructura de recarga, el coste asociado a la electrificación y la incertidumbre tecnológica, según recoge su último análisis corporativo internacional».
Jesper Lyndberg, consejero delegado de la compañía, ha señalado en un documento de análisis publicado por Alphabet International que uno de los problemas más significativos al respecto es la «disparidad territorial en los puntos de carga».
Regiones como Países Bajos, apunta Lyndberg, concentran cerca de una cuarta parte de toda la infraestructura europea, mientras que mercados mayores como Alemania «siguen sin garantizar» una cobertura adecuada en áreas rurales.
«Esto obliga a las empresas con operaciones transnacionales a diseñar estrategias de carga por ubicación y tipo de uso», ha destacado el directivo.
El coste económico de la transición es otro freno detectado para electrificación de las flotas, de acuerdo con el análisis de Alphabet, que subraya que, incluso en países pioneros como los nórdicos o los propios Países Bajos, el precio de adquisición de los vehículos eléctricos y la inversión necesaria para instalar puntos de recarga tanto en el domicilio como en las sedes de trabajo «siguen siendo barreras de entrada para las pymes».
A este apartado se le suma «la falta de información clara sobre los costes reales y el retorno de inversión», lo que estaría ralentizando la toma de decisiones, especialmente en el apartado de empresas.

Incertidumbre tecnológica y ayudas, sobre la mesa
Otra dificultad radica en la percepción de inseguridad tecnológica ante variables como el precio de la energía, la durabilidad de las baterías o el valor residual de los vehículos.
Al respecto, Alphabet apunta en en el análisis que «recomienda» a los gestores de flotas «apostar por fabricantes fiables y acompañarse de socios especializados que ofrezcan datos transparentes» sobre todo el ciclo de vida del vehículo.
A esta situación se suma el retroceso de los incentivos públicos a la electrificación, ya que países clave en este apartado como Suecia, Alemania y Países Bajos han comenzado a reducir o eliminar ayudas fiscales y subvenciones, «lo que ha impactado directamente en el mercado», explica Alphabet.
De acuerdo con Jonas Eriksson, director general de la empresa en Suecia, tras la supresión de subvenciones en su país a partir de noviembre de 2022, las matriculaciones de vehículos eléctricos han descendido en el país en un 20%.
De su lado, Mike Wetherell, consejero delegado de Alphabet en Países Bajos, afirma en el documento publicado por la compañía que esta inestabilidad regulatoria está desincentivando la inversión en flotas electrificadas «incluso en los mercados más avanzados».
Pese a este escenario, Alphabet considera que las flotas corporativas «siguen siendo el principal motor para avanzar en movilidad sostenible» y aboga por una «mayor colaboración entre gobiernos, empresas y proveedores de movilidad» para evitar una paralización en el cumplimiento de los objetivos climáticos europeos.
Frente a la retirada de los apoyos públicos, Alphabet explica que las empresas deben optar por fórmulas flexibles de renting y planes de transición «que garanticen la viabilidad de sus flotas electrificadas».