La altura frontal de los vehículos nuevos comercializados en Europa ha crecido un 21% desde 2000 y el volumen del capó lo ha hecho en más de un 40%, según un informe publicado por el lobby Transport & Environment (T&E) que alerta de que esta evolución tiene un «impacto directo en la seguridad vial, especialmente en entornos urbanos», y por este motivo ha pedido a los reguladores del mercado que introduzcan límites al tamaño de los vehículos en «zonas sensibles al tráfico peatonal y ciclista».
El análisis de T&E muestra que en los últimos 20 años se ha producido un incremento sostenido de las dimensiones frontales de los vehículos, impulsado en gran medida por la popularización de los SUV y por las exigencias de diseño vinculadas a los motores térmicos y a las nuevas plataformas de baterías para vehículos eléctricos.
En consecuencia, las proporciones actuales de muchos modelos dificultan la visibilidad frontal del conductor y «elevan de forma significativa el riesgo de lesiones graves» en caso de atropello.
Según el informe, casi una quinta parte de los nuevos modelos lanzados en Europa en 2023 presentaban una altura frontal superior a 1,20 metros, un umbral considerado como «crítico» por los organismos europeos de seguridad vial.
Esta proporción era «marginal» en los primeros años del siglo y se ha intensificado con la incorporación de motorizaciones híbridas y eléctricas en carrocerías de gran tamaño, de acuerdo con T&E, que indica que el capó medio de los vehículos nuevos en 2023 ocupaba ya 3,4 metros cúbicos, frente a los 2,4 metros cúbicos registrados en el año 2000.
En este contexto, el lobby plantea una serie de propuestas regulatorias para mitigar el impacto de esta evolución, como incluir penalizaciones fiscales vinculadas a la huella y volumen del vehículo, la definición de zonas urbanas restringidas a vehículos ligeros y la incorporación de criterios de altura frontal en las pruebas de seguridad Euro NCAP.
La organización también reclama un «tratamiento específico para los vehículos corporativos y de renting que operan en entornos urbanos», al considerar que estos forman parte estructural del ecosistema de movilidad diaria en las ciudades.
El informe advierte también de que el «crecimiento continuo» en el tamaño de los automóviles responde más a estrategias comerciales y de percepción de valor que a criterios técnicos o de eficiencia.
En este sentido, señala que «la electrificación, sin medidas correctoras, podría agravar la tendencia al aumentar el peso y volumen de los vehículos», dificultando los objetivos de reducción de emisiones y mejora de la seguridad vial.










