Las flotas de vehículos se están inundando en los últimos tiempos de propuestas totalmente diferentes, acordes con los nuevos tiempos que atraviesa el vehículo corporativo y su propia definición dentro de la empresa.
Con una presencia cada vez mayor del concepto Sport Utility Vehicle (SUV) dentro de esa bolsa de la compra del usuario de coche de empresa, las marcas de automóviles están aportando cada vez más argumentos con los que seducir a sus clientes. Las opciones son cada vez mejores, más sofisticadas y con una vocación tecnológica total.
El Volkswagen T-Rock es una clara muestra de ello, en la que el diseño prima sobre todas las cosas, si bien también guarda un amplio espacio de carga para albergar mucha conectividad, seguridad y un equipamiento acorde con lo que se espera de la compañía.
Piensen en este modelo hace no tantos años. Un ejercicio de diseño, se diría. Bello, rotundo y redondo, pero con pocas perspectivas comerciales. Un nicho de mercado demasiado arriesgado.
Hoy, el T-Rock representa un pétalo más que completa casi al completo la margarita SUV de Volkswagen en el mercado español, y sólo a la espera de que en menos de un año llegue un hermano pequeño para que la firma esté presente en el cien por cien del segmento recreacional. Volkswagen ha recibido ya más de 2.000 pedidos en firme del nuevo T-Rock, que llega al mercado de empresas con una oferta de motores calibrada, sencilla y adecuada —tres gasolina desde 1.0 litros y tres diésel desde 1.6 litros—.
De hecho, en esta ocasión no les vamos a proponer la clásica opción diésel para un elevado kilometraje, sino que estamos pensando más bien en ese ejecutivo joven de categoría laboral medio-alta que tiene capacidad de elección corporativa.

Un user-chooser en toda regla a quien la opción de gasolina 1.0 TSI de 115CV de potencia le cubre perfectamente las expectativas de movilidad, ya que no necesariamente necesita devorar 30.000 kilómetros o más con carácter anual.
Cada vez hay más clientes potenciales de modelos con las características del T-Rock, y Volkswagen lo sabe.
En un año completo, la marca de la doble uve prevé vender 10.000 unidades de este SUV mediano, y su división corporativa, a cuyo frente se coloca el ejecutivo Marcos Grant, asumirá en el entorno del 20% de la cantidad total, unas 2.000 unidades por ejercicio.
Simplifica la vida a la empresa
Para captar el mayor número de clientes de empresas como sea posible, Volkswagen ha optado por elevar el listón del equipamiento. Por ejemplo, la pantalla de ocho pulgadas se ofrece de serie desde la versión inicial del modelo (Advance), además del climatizador bizona, el sensor de ayuda al aparcamiento o el de mantenimiento de carril, por ejemplo
Con compatibilidad desde la opción básica con Apple CarPlay y Android Auto, es interesante reseñar la facilidad de elección en la oferta del T-Rock, que salta a sus dos versiones superiores Advance Style y Sport sin que afecte demasiado al bolsillo de la empresa.
La capacidad del maletero del T-Rock no es en absoluto discreta, un total de 445 litros que se incrementa hasta casi 1.300 litros si se abaten los asientos posteriores.
Este modelo mide 4,23 metros de largo y 1,81 metros de ancho. Un tamaño que, a bordo del vehículo, nos ha parecido mayor por el buen aprovechamiento de los espacios interiores.
Da igual si es una multinacional, pyme o autónomo: No dejaremos de recomendarle la inclusión del VW Digital Cockpit, que desarrolla un entorno digital de 12 pulgadas frente al volante. De serie en la edición Sport, aporta más visibilidad y seguridad aparte, claro está, de representar un must have diferenciador.










