La transformación de la forma de desplazarnos en nuestras ciudades y las nuevas tecnologías en Movilidad son la piedra de toque de la sostenibilidad y la mejora de la calidad de vida. La emergencia climática y la necesidad de mejorar continuamente la calidad del aire que millones de ciudadanos respiramos, exige acciones concretas, audaces y arriesgadas que faciliten esta transformación.
La Ley de Cambio Climático en España marcó un hito al requerir que ciudades con más de 50,000 habitantes establecieran Zonas de Bajas Emisiones (ZBE), buscando reducir el uso de los vehículos más contaminantes en zonas claves de nuestros núcleos urbanos.
Las ZBE no vienen exentas de polémica, ya que son herramientas diseñadas para cambiar progresivamente la movilidad urbana
Las ZBE no vienen exentas de polémica, ya que son herramientas diseñadas para cambiar progresivamente la movilidad urbana. Al establecer restricciones al uso de algunos vehículos, las ZBE supondrán un cambio en los hábitos de movilidad que, aunque necesario, puede resultar traumático para algunos ciudadanos.
¿Pero es factible o incluso deseable la transición desde los vehículos antiguos de combustión, que se verán restringidos por esta nueva normativa, al uso de vehículos eléctricos? ¿Es la bicicleta o el transporte público una solución para todos los ciudadanos, en todos los casos? Las dudas del público son razonables, y los Tribunales Superiores de Justicia de Cataluña y Asturias señalaron la necesidad de justificar debidamente estas herramientas, la proporcionalidad de las medidas que contempla la ZBE, o el «exceso» en el ámbito geográfico que regulan.
La implementación de las ZBE, inicialmente prevista para 2023, fue prorrogada hasta comenzar el nuevo año en 2024. Pero esta extensión no ha sido solo un aplazamiento, sino una ventana para perfeccionar estrategias, mejorar la comunicación y la transición hacia los nuevos esquemas.
Para facilitar el cambio las ZBE deben estar bien planificadas, contemplar una implementación progresiva y ofrecer alternativas a las opciones de movilidad restringidas.
El uso compartido y esporádico de vehículos cero emisiones de carsharing puede ayudar y debe ser una de las opciones en el menú. El mismo artículo 14 de la Ley Española de Cambio Climático «Fomento de la movilidad de emisiones cero» que obliga al establecimiento de ZBE, establece también la necesidad de medidas que fomenten la movilidad eléctrica compartida.
El acceso al carsharing maximiza las opciones del ciudadano y permitirá el cambio modal que persigue la normativa.
Las ZBE deben estar bien planificadas, contemplar una implementación progresiva y ofrecer alternativas a las opciones de movilidad restringidas
El resultado de una flota compartida de vehículos cero emisiones bien gestionada es una disminución de la necesidad de poseer un coche, una reducción del número de vehículos en las calles y, por tanto, una reducción de la congestión del tráfico, emisiones de CO2 y de contaminantes locales. Esto es especialmente relevante en las ZBE.
Como presidente de la Asociación de Vehículos Compartidos en España (AVCE), veo con ilusión el fuerte ecosistema que los miembros de la Asociación estamos creando, con más proveedores de carsharing, con variaciones en la oferta y operativa que buscan dar solución a cada vez más ciudadanos. Desde viajes cortos dentro de las áreas metropolitanas, hasta viajes de varios días por vacaciones o trabajo, pasando por desplazamiento de fin de semana.
Las políticas públicas de palo y zanahoria son esenciales
Las políticas públicas de palo y zanahoria son esenciales. Las Zonas de Bajas Emisiones son necesarias, así como son necesarias las alternativas de desplazamiento con tecnologías más limpias, promover el uso de vehículos eléctricos compartidos y fomentar una cultura de movilidad responsable.
David Bartolomé es Regional Business Development & Public Affairs Manager Spain en Free2move y Presidente de la Asociación de Vehículos Compartidos en España (AVCE).