Wallbox, el fabricante español de cargadores para vehículos eléctricos, ha registrado unas pérdidas netas por importe de 223,8 millones de euros en 2021, multiplicando casi por 20 las pérdidas de 11,4 millones de un año antes.
Según ha comunicado a la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés), la empresa facturó 71,6 millones de euros durante el año pasado, lo que supone un aumento del 263,8% con respecto a 2020, cuando registró una cifra de negocio de 19,7 millones de euros.
La firma entiende que esta mayor facturación se debe al aumento de las ventas de los cargadores «residenciales», principalmente Pulsar Plus, cuyo crecimiento de ventas está directamente correlacionado con la mayor adopción de los vehículos eléctricos por parte de los consumidores.
Por su parte, las pérdidas operativas de Wallbox fueron de 53,6 millones de euros, un 387,7% más que los 10,98 millones que perdió el año anterior.
Según los datos del documento, las pérdidas se deben, entre otras cosas, a los gastos relacionados con la evolución de las existencias y las materias primas y consumibles utilizados que aumentaron a un ritmo mayor que los ingresos, principalmente como resultado de los gastos asociados al lanzamiento acelerado de nuevos productos y a los cambios en la combinación de productos.
«También hemos experimentado un aumento de los gastos relacionados con los costes de subcontratación de la producción a terceros como consecuencia del crecimiento de las ventas», señalaron desde la compañía.
Según informó la empresa en un comunicado, durante el año pasado comercializó hasta 129.000 cargadores y explicó que ha vendido sus productos en «cerca de 100 países» y que la plantilla creció en 464 empleados, hasta alcanzar un total de casi 900 profesionales.