El Grupo Volkswagen, uno de los líderes indiscutibles de la automoción mundial, ha puesto sus cartas sobre la mesa en el momento preciso, con el anuncio de adquisición de la compañía alquiladora francesa Europcar. El objetivo es claro: crecer rápido en nuevos canales de movilidad y, a ser posible, a buen precio.
El movimiento que anticipa el grupo automovilístico alemán es la batalla que libra una compañía tan poderosa, innovadora, y hasta el año pasado líder mundial en ventas de automóviles —perdió el título a manos del gigante nipón Toyota— por su supervivencia a medio y largo plazo; es la apuesta por el protagonismo y el liderazgo de un mercado que hoy está absolutamente revolucionado.
De hecho, la disrupción que vive actualmente la movilidad es motivo de ocupación y preocupación, a partes iguales, de la industria automovilística. Si bien las oscilaciones del mercado siempre han existido, nunca habían coincido juntos tantos factores de cambio de patrones de consumo.
La lista es larga: cambio climático, desarrollo de la electrificación del vehículo —a pesar de que el vehículo eléctrico existe desde el siglo XIX—, digitalización de la sociedad, pandemia sanitaria mundial sin precedentes recientes, crisis de suministros como la actual de los semiconductores (la propia ACEA señala esto como factor relevante en la caída de producción y ventas) y un horizonte de descarbonización en el transporte que ya ha puesto fecha de caducidad a los motores de combustión.
Pero, sobre todo, condiciona el mercado y la actividad de compañías como el Grupo Volskwagen y Europcar el espectacular cambio en los hábitos de consumo experimentado durante estos últimos años.
Esto ha provocado que más allá de la venta de automóviles a particulares, el rent a car y el renting, hayan ido ganando espacio y protagonismo otros conceptos como los VTC, el renting flexible, el carsharing —también motosharing y derivados—, e incluso las suscripciones a vehículos, como quien se suscribe a una publicación, entre otros cada vez más novedosos y digitales servicios.
¿Quién iba a pensar hace cuatro o tres décadas que en el siglo XXI muchos de nosotros íbamos a adquirir movilidad desde la palma de la mano (smartphone o similar mediante), alquilando un coche por minutos, o incluso suscribiéndonos a uno? Y ¿quién se lo iba a decir a los fabricantes de automóviles, que tradicionalmente venden una parte importante de su producción a particulares?
En este escenario no parece fácil comercializar coches modernos, cada vez más electrificados y cada vez más caros, con una infraestructura de recarga todavía insuficiente, en un mercado muy competitivo, y cuyos clientes valoran, además del precio, la flexibilidad. Por ello el objetivo ya no es únicamente vender coches, sino ponerlos en el mercado también por estos nuevos canales, mucho menos rígidos que los canales tradicionales, más digitales, sencillos y en definitiva accesibles y adaptados a las necesidades de los consumidores actuales.
Europcar y la creciente nueva movilidad
El Grupo VW ya había dado pasos importantes en nuevas soluciones de movilidad, y la más clara apuesta en nuevos servicios, sobre todo de carsharing, se hicieron realidad con compañías como MOIA (nacida a finales de 2016, 100% Grupo VW), de viajes compartidos o ridepooling con vehículos eléctricos en Hannover y Hamburgo.
Y sobre todo Weshare, también 100% del grupo alemán, cuyo consejero delegado, Philipp Reth, se declara convencido de que “el carsharing 100% eléctrico será un elemento de transición significativo y escalable en el ámbito de la movilidad sostenible y compartida durante un tiempo considerable, hasta la llegada de sistemas de transporte automatizados”.
Pero la competencia no es coja; y también se mueve rápido. Kia tiene Wible al 50% con Repsol; BMW y Daimler están presentes con Sharenow, producto de la fusión de Car2go y DriveNow, que manejan una flota de 20.000 vehículos en más de 30 ciudades de 14 países; Stellantis tiene Free2Move, anteriormente Emov, y ofrece carsharing así como alquiler a corto y largo plazo; Renault está en Zity con Ferrovial y, además, se hizo recientemente con Bipi, que apuesta por un modelo de suscripción que sigue ganando adeptos.
Si el grupo galo se metió en una operación de cien millones de dólares por una empresa que no llega al lustro de vida, será porque da cierta credibilidad a las previsiones que su CEO hacía en marzo pasado, apuntando a que en 10 años el 90% de las ventas de coches será por suscripción. El movimiento que anticipa el Grupo Volkswagen es un chute colosal, una apuesta contundente con mucho sentido en estos momentos.
Durante estos últimos años, Europcar ha estado creciendo a golpe de talonario en estos nuevos segmentos de mercado, apostando por la adquisición de firmas de carsharing.
Ahí están Ubeeqo, bajo la que situó a la española Bluemove; adquirió la app londinense Brunel por 5,4 millones, la start-up italiana Guidami, y en diciembre de 2017 adquirió la londinense E-Car (carsharing), además de controlar GoCar y Scooty.
Y todo ello en cinco años, de 2013 a 2018 y pese a que las operaciones en el negocio de Movilidad no estaban dando grandes frutos.
Sin embargo, lo que sí dieron a Europcar es una fuerte presencia y conocimiento en estos nuevos modelos de negocio, muy alienados con las actuales tendencias de mercado y hábitos de consumo. Esto supone un aliciente muy interesante para quien aspire a competir en las diferentes variantes de la nueva movilidad.
Como publicó Fleet People en 2019, ese año la consejera delegada de Europcar, Caroline Parot, resumió la estrategia en dos frases: “hemos cambiado mucho en los dos últimos años. Nuestro tamaño es hoy un tercio más grande que en 2017”.
Se podría decir que Europcar “se cargó de nueva movilidad”, entró en nichos de mercado aún por madurar o explotar todo su potencial, siendo incluso una huida hacia delante a golpe de adquisición, sobre todo cuando estalló la crisis de la pandemia y la compañía tuvo que ser rescatada por el Estado francés.
Al tiempo, acometió una reestructuración financiera, amplió capital por 250 millones de euros y redujo su deuda corporativa de 2.010 millones de euros a 910 millones de euros, operaciones cuya consecución anunció este mismo año.
Esta situación provocó que la empresa apenas haya avanzado en el negocio de nueva movilidad una vez hechas las adquisiciones, teniendo en cuenta que son líneas de negocio con un potencial brutal, pero en una compañía sin el músculo financiero suficiente para acabar de despegar en un mercado (el de la nueva movilidad) en pleno desarrollo.
Y claro, también provocó que esta compañía, con abundante know how pero sin los recursos necesarios, sean la ficha complementaria del Grupo VW en estas líneas de negocio. Y, además, a un precio que se evidencia interesante para el consorcio alemán.
Plataforma de “colocación”
La oferta del grupo de automoción germano por Europcar, que valora la compañía en unos 2.500 millones de euros, supone hacerse de golpe con el control de un 27% del mercado del alquiler de automóviles en Europa, donde dispone de unas 3.500 agencias y una flota cercana a los 250.000 vehículos a diciembre de 2020.
Pero no va solo de eso.
El consorcio alemán ya anunció que tiene ambiciosos planes para el futuro de Europcar en caso de que la operación de compra finalmente se cierre (está pendiente de aprobación final por parte de las autoridades de Bruselas), como aumentar su facturación en más de un 30% de aquí al 2023 —hasta superar los 3.000 millones de euros— y alcanzar beneficios operativos brutos cercanos a los 400 millones de euros.
Es cierto que el mercado del alquiler de vehículos —el core business de la compañía— también ha evolucionado, y se ha flexibilizado de forma notable, pero el gran movimiento no parece que vaya por ese camino.
El hecho de que todas estas líneas de negocio novedosas, adaptadas a nuevos hábitos de consumo, se mueven fundamentalmente en el floreciente mercado de vehículos electrificados (híbridos, híbridos enchufables y eléctricos, sobre todo) ofrecen una plataforma fabulosa para el lanzamiento y “colocación” en el mercado de los nuevos modelos electrificados de todas las marcas del grupo además de la propia Volkswagen. Y todas las marcas, y todas las gamas, van hacia la electrificación.
Así, el mercado de vehículos electrificados sigue creciendo, con los híbridos a la cabeza —en la Unión Europea creció más de un 200% en el segundo trimestre, según los datos de ACEA—, los eléctricos puros crecen un 231% en el mismo periodo y están en volúmenes superiores a las 200.000 unidades, muy próximos ya a los híbridos enchufables.
Pese a las carencias de infraestructura de recarga, los eléctricos ya están cogiendo velocidad de crucero, y es tendencia que sigan creciendo en los próximos meses y años.
En este contexto, el grupo automovilístico Volkswagen ya está puliendo —comprando— su plataforma de lanzamiento de estos vehículos, en el momento justo de la transición tecnológica de la automoción con la nueva movilidad.
Es un buen puesto en la parrilla de salida para esta carrera, y además a un precio que se puede permitir.