El gigante británico de las subastas profesionales British Car Auctions (BCA), que vende cada año más de un millón de automóviles de segunda mano y que cuenta en España con cuatro campas de exposición y venta mediante puja, electrónica y física, ha puesto el carteld e «Se Vende».
Haversham Holdings, el brazo inversor del empresario Avril Palmer-Baunuck, ha conseguido reunir ya cerca de 1.400 millones de euros a través de fondos institucionales y privados para pujar por el rey de las subastas europeo, y negocia la adquisición con el propietario actual de BCA, el fondo de capital riesgo Clayton Dubilier & Rice.
Clayton Dubilier & Rice compró British Car Auction en 2009, al calor de los buenos resultados cosechados por las ventas de coches usados en un momento en el que la crisis financiera que estalló en los mercados internacionales en 2008 se había transformado en crisis económica, lo que se tradujo en una caída estrepitosa del mercado de vehículos nuevos en toda Europa.
BCA, fundada en 1946, está presente en 13 países europeos, cuenta con cerca de 50 campas y una facturación anual en el entorno de 5.000 millones
Esa debacle comercial impulsó de un modo fenomenal el mercado de coches de segunda mano, que creció de la mano de la menor disponibilidad económica de los consumidores europeos. Un caso principal en este partyicular lo ofrece España, donde las ventas de coches de ocasión se han disparado en los últimos años como consecuencia de la crisis.
No obstante, la reactivcación de los mercados financieros y económicos está prvocando que las matriculaciones de automóviles nuevos mejoren sustancialmente.
Esto no significa que no exista un saludable mercado de ocasión, pero sí puede significar que la época de vacas gordas de los coches usados haya pasado ya, con el consiguiente desinterés de los fondos de inversión, y más del capital riesgo, ávidos porestar presentes siempre en operaciones de compra que impliquen rápidos beneficios y rápida desinversión.
El empresario Avril Palmer-Baunuck debe interpretar que todavía queda mucho margen de mejora en este mercado. Y ha logrado convencer a inversores de gran calado, como Aviva, Artemis, Invesco y Schroders, que trataría, de lograrse el acuerdo, de expandir aún más el negocio de BCA.
El año pasado, el fondo Clayton Dubilier & Rice trató de colocar en Bolsa British Car Auction, en un intento oficial para captar más capital para la empresa, que no escondía otro propósito más allá de buscar un caballlero blanco que inyectara fondos en la empresa y se quedara con ella. El intento no salió bien, y Clayton Dubilier & Rice culpó a la «volatilidad de los mercados» el intento fallido.
BCA, fundada en 1946, está presente en 13 países, cuenta con cerca de 50 campas y un volumen de facturación anual en el entorno de 5.000 millones de euros.