El príncipe Michael de Kent (Londres, 1942), primo de la Reina de Inglaterra, puede ser catalogado sin lugar a duda alguna como uno de los 10 hombres más elegantes del planeta.
A Michael de Kent le han calificado en numerosas ocasiones como un royal irreductible, una cualidad que ha expresado tanto en su quehacer cotidiano como en su vestimenta.
Con una predilección manifiesta por los trajes a medida que confecciona Anderson & Sheppard, la sastrería de Londres a la que favorece desde hace décadas el príncipe Carlos de Inglaterra, la vestimenta de Michael de Kent tiene dos aristas que sobresalen por encima de su impecable look.
Por un lado, el corte del cuello de sus camisas: amplio, ancho y profundo. Siempre las ha llevado así, y siempre se las ha confeccionado a medida la camisería londinense Turnbull & Asser, que provee y ha provisto las camisas de cualquier película de Hollywood con la participipación de un actor bien vestido (desde Robert Redford en El Gran Gatsby a todos los James Bond de la saga).
Pero el elemento estético exterior que más destaca en Michael de Kent son sus corbatas. Extremadamente anchas.
¿De dónde proviene ese estilo? El diseño original procede de un cortador de la camisería Turnbull & Asser, Michael Fish, cuyo talento como camisero y corbatero era tan evidente que abrió su propio establecimiento en el barrio londinense de Mayfair, Mr Fish, tras reverdecer el negocio de T&A con colores llamativos y nuevos diseños.
Eso ocurrió en la década de los años sesenta del siglo pasado. Tal fue el éxito de sus corbatas anchas y gruesas —las recordarán en filmes como Austin Powers—, que generaron su propia identidad: Kipper Ties, o, exactamente, corbatas Arenque, en lo que representaba un original juego de palabras que relacionaba a Michael Fish (fish significa pescado en español) con la autoría de ese tipo de corbata que tenía forma de pescado.
Fish sigue siendo considerado como uno de los revolucionarios de la sastrería masculina clásica (si recuerdan el modo de vestir en los 70 de Mick Jagger o David Bowie, recuerdan a Michael Fish) y el fan número uno de sus corbatas, Michael de Kent, seguirá siendo el último gran valedor de un tipo de corbata que marcó una época y que, dénlo por hecho, volverá algún día.