El constructor de automóviles Toyota ha anunciado una inversión adicional de 500 millones de dólares —453 millones de euros— en la compañía de taxis aéreos Joby Aviation con el fin de acelerar el proceso de certificación y la producción comercial de los vehículos eléctricos de la compañía.
Esta inversión es una nueva inyección que complementa los 350 millones previamente comprometidos por el gigante japonés en Joby, en el marco de una alianza estratégica que busca impulsar la fabricación de estos innovadores vehículos. La inversión se estructurará en dos tramos, con el primero previsto para finales de 2024 y el segundo en 2025, mediante la compra de acciones ordinarias de Joby.
Toyota se ha involucrado también en el aspecto técnico del proyecto, ya que ingenieros de la marca están trabajando con el equipo de Joby en California. Ambas compañías firmaron un acuerdo a largo plazo en 2023 para que Toyota suministre componentes clave, incluidos sistemas de propulsión, para las aeronaves de Joby.
“Creemos firmemente que el vuelo sostenible será crucial para abordar los problemas actuales de movilidad”, ha asegurado Ted Ogawa, CEO de Toyota Motor en Norteamérica.
Los vehículos eléctricos de despegue y aterrizaje vertical como los desarrollados por Joby está introduciéndose poco a poco en las escalas de producción y diseño, si deben superar las actuales barreras regulatorias antes de su despliegue comercial.
En este sentido, Joby ha avanzado en su plan de comercialización y certificación y recientemente inició la ampliación de sus instalaciones en California donde se producirán los taxis aéreos.
La empresa ha comenzado igualmente a explorar posibles colaboraciones con otras ciudades y aerolíneas en busca de oportunidades para expandir su red de taxis aéreos. La compañía está evaluando mercados estratégicos que podrían beneficiarse del uso de los taxis aéreos para aliviar la congestión en áreas urbanas densas y mejorar la eficiencia en el transporte entre aeropuertos y ciudades.
La inversión de Toyota, por su parte, no solo está dirigida a la producción en cadena de los vehículos, sino también al desarrollo de infraestructuras necesarias para soportar el despegue de esta nueva forma de transporte. Ambas empresas estudian opciones para construir una red de estaciones de despegue y aterrizaje para los taxis aéreos en áreas clave, lo que podría acelerar la adopción de este tipo de transporte en los próximos años.