El fabricante japonés de vehículos Toyota registró un beneficio neto atribuido de 1,899 billones de yenes (unos 13.479 millones de euros al cambio actual) en los nueve primeros meses de su ejercicio fiscal (abril a diciembre de 2022), lo que supone una caída del 18% en términos interanuales.
En ese sentido, la compañía ha indicado que su previsión para el cierre del ejercicio (en marzo de 2023) es que el beneficio neto atribuido se sitúe en torno a 2,36 billones de yenes (16.751 millones de euros), es decir, un 17,2% inferior a los 2,85 billones de yenes del año anterior (20.229 millones de euros).
Toyota ha indicado que está implementando todas las medidas necesarias para entregar la mayor cantidad de unidades a sus clientes, como por ejemplo, la búsqueda de proveedores alternativos de semiconductores.
En lo que va de ejercicio fiscal, la empresa asiática facturó 27,464 billones de yenes (194.951 millones de euros), lo que se traduce en un incremento interanual del 18%, mientras que el beneficio operativo en el período cayó un 17,13%, hasta 2,098 billones de yenes (14.891 millones de euros).
Al cierre de sus nueve primeros meses fiscales, la compañía matriculó 6,49 millones de vehículos en todo el mundo, lo que supone una subida del 6,47% respecto al año previo.
De cara al conjunto de su año fiscal y que finaliza en marzo de 2023, Toyota contempla alcanzar un volumen mundial de ventas de vehículos de 8,8 millones de unidades, casi un 7% más que en el ejercicio anterior.
Por otro lado, las previsiones de la compañía indican que el beneficio operativo al término del año fiscal será de alrededor de 2,4 billones de yenes (17.035 millones de euros), lo cual supone un 19,88% menos que en el ejercicio anterior.