ESCRIBE: JANOS KIS, Responsable de Compras y Aprovisionamiento de Flotas en Coca-Cola Enterprises (CCE)
La gestión de flotas no es una materia en absoluto complicada. Existen buenos proyectos y puntos de vista a nuestro alrededor y cada empresa puede elegir la solución que mejor se adapte a sus necesidades. Es importante, no obstante, estar al tanto de las nuevas tendencias de mejora en esta área y aplicarlas a nuestra propia estrategia:
— Los Datos se han convertido en fundamentales.El análisis en directo de los datos y su integración efectiva es una de las claves para una gestión de flota efectiva y para abordar decisiones al respecto. Es importante elegir una solución que se alinee con la estructura organizativa, asociada a los sistema de planificación de recursos empresariales (ERP), con recursos disponibles y, sí, alineada también con la cultura interna. Antes de tomar partido por una solución deberíamos tener en cuenta estos aspectos.
También tenemos que delimitar nuestros indicadores clave de rendimiento (KPI), aplicarlos —con targets definidos, por supuesto— y analizarlos con rigor para lograr una gestión eficaz. Los accionistas están ocupados, no van a leer toneladas de informes porque no tienen tiempo para comprenderlos.
En Coca-Cola, usamos una empresa externa que recopila los datos de nuestros proveedores y los consolida en un informe colgado en una web específica. Otro punto importante aquí es la exactitud del vuelco de datos: Si los datos que entran no son precisos, el resultado nunca será fiable.
— La Telemática. Ojo en este punto. A veces estamos en contacto con datos confidenciales de empleados. Desarrollar un modelo cuidadoso con definiciones y objetivos claros es tan esencial como hacerlo junto con empleados y sindicatos. Que se produzca un efecto Big Brother es solo cuestión de tiempo si no prestamos atención a este aspecto con actualizaciones constantes y correcciones. Recomendamos efectuar Informes de Excepcionalidad.
— Movilidad.Muy popular últimamente. Antes solía hacer una broma con este término popular: la movilidad es como el monstruo del Lago Ness: mucha gente dice que lo ha visto, pero nadie lo ha tocado. Hablando en serio, existen muchas vías y estadios en el campo de la movilidad. Algunos llaman movilidad a que una partede sus empleados puedan elegir, por ejemplo, entre billetes de tren y metro, bicicletas o coche de empresa; otros usan vehículos de uso común —algunas veces eléctricos—.
Ninguno de estos puntos es la movilidad completa, pero sí forman parte de su concepto. Aunque suene un poco raro, la movilidad es un tema bastante complejoque se está desarrollando muy rápido y que debe estar en el foco de los gestores de flotas. Incorporar el concepto de movilidad en las car policies de los gestores está creando, de hecho, una policy intrínseca.
Encontrar una solución en este apartado puede significar ganar tiempo de una tacada, en lugar de reestablecer la política completa de gestión de la empresa hacia un modelo más amplio e integrado. La movilidad es como un menú a la carta: hay muchas opciones y la empresa debe elegir la que más se ajuste a ella.
— Vehículos eléctricos e híbridos.En un predecible futuro todos los coches serán eléctricos o híbridos. ¿Por qué? Antes o después, las reservas de combustibles fósiles se acabarán. El principio de funcionamiento de los motores de combustión está inalterado desde que se inventó y su cociente de eficiciencia es del 30-40%, mientras que el de los motores eléctricos es del 80-90%.
Sin embargo, la tecnología eléctrica es cara y especialmente sus baterías, que todavía no aportan capacidad suficiente para un coche convencional. Todavía. Probablemente tendremos que esperar décadas para ver el final del motor de combustión. Las emisiones de CO2 son un elemento muy importante, pero hoy en día se están logrando buenos resultados en los motores actuales.
Aun así hay cierta polémica sobre las emisiones que oficializan los fabricantes de coches y las de las vida real, por decirlo así. Tomemos el ejemplo de unhíbrido enchufable: el fabricante declara que emite más o menos 50 gr/km, pero si hacemos un cálculo de emisiones basado en consumo de carburante real, el dato sube fácilmente hasta ¡150-200 gr/km! Todas las empresas, y Coca-Cola también, nos fijamos cada vez más en estos detalles. Debemos usar estos coches con precaución y estar seguros del criterio que usamos para elegirlo: si un empleado vive a 20-30 km de la oficina y hace solo este trayecto desde su casa, un híbrido/eléctrico tiene sentido, a diferencia de quien necesite 100km.
— Satisfacción del empleado.Para nosotros, este aspecto es clave y recomendamos fijarse mucho en ello. Los coches fueron, son y serán parte de la compensación laboral y está unida a emociones. Recursos Humanos debe asegurarse de que ofrece packs atractivos al empleado. Un servicio atento y adecuado debería venir “de serie”. Esto es fácil de decir, pero no siempre de conseguir.
Desde el comienzo de la crisis financiera las flotas han sido objeto de racionalización y externalización. No todo ha funcionado siempre bien en este apartado, pero ha habido réditos positivos y han nacido soluciones de optimización nuevas.
Aunque a veces se ha perdido el foco sobre uno de los puntos clave de la gestión de flotas: proveer de servicios apropiados y profesionales a todos los conductores. Coca-Cola Enterprises es muy proclive a buscar equilibrios entre costes y optimización: mientras tanto, los procesos deben ser atentos y personalizados. Y el empleado estará satisfecho.
— Paquetización.Un tema bastante común. Algunos dicen que los días del renting se han terminado y que todos los servicios serán desagregados por parte de las compañías del sector. No estoy de acuerdo.
El renting, tal y como lo conocemos hoy, tenderá a desaparecer debido a la normativa de contabilidad internacional, pero existe aún un vacío de oferta —que otros no ofrecen— en los servicios que dan las empresas de renting y leasing. El equilibrio es la clave.
Tiene sentido desmembrar algún servicio, ¡pero sólo si las empresas sabemos cómo gestionarlos! Incluso la gestión del más simple de los servicios, como la tarjeta de combustible, es compleja y trabajosa. Por eso las empresas deben validar siempre los potenciales riesgos y beneficios de esta problemática.