viernes 29, marzo, 2024

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Renting más allá del renting: La rentinización expande el concepto de la movilidad

La asociación más común que se suele hacer del renting tiene que ver con el sector de la automoción y, hoy todavía más, con el de la movilidad.

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Fiz Cabanas
Fiz Cabanas
Periodista y colaborador en comunicación y digitalización en el Colegio Internacional Obradoiro Coruña, acumula una larga trayectoria en el mundo de la comunicación y el motor desde que comenzara su trayectoria profesional hace más de 20 años El Mundo de Galicia y más tarde en Agencia Efe y El Economista. Además, ha liderado la comunicación en España de empresas y organizaciones como Banco Pastor o la Consellería de Sandidade de la Xunta de Galicia.

La asociación más común que se suele hacer del renting tiene que ver con el sector de la automoción y, hoy todavía más, con el de la movilidad.

 

La mayoría de los consumidores pensará sobre todo en un automóvil, un vehículo comercial o quizá un vehículo industrial. Pero lo cierto es que el renting va mucho más allá de eso, y hoy en día todavía más, teniendo en cuenta que esta fórmula se extiende como la pólvora entre el gran público.

 

Ya no se asocia únicamente con la empresa o el autónomo, sino que ya hace tiempo que el cliente particular se puede beneficiar de esta fórmula para atender diversas necesidades, no solo las de movilidad. En todo caso, el renting era desde sus inicios una herramienta utilizada en determinados sectores, por ejemplo, el de la maquinaria industrial, ya desde los años 80.

 

Y si bien es cierto que se ha desarrollado en su mayor parte en el sector de la automoción, en los últimos años se ha extendido a sectores muy diferentes, que nada tienen que ver con los vehículos: maquinaria agrícola, mobiliario, equipamiento médico, audiovisual, máquinas de gimnasio y, el que hoy día se extiende a mayor velocidad entre el gran público, el tecnológico, que incluye dispositivos móviles como ordenadores, tablets, smartphones… y otros como videoconsolas.

 

 

De dónde venimos

 

El concepto del renting consistía, en esencia, en una fórmula financiera que permitía realizar alquileres a largo plazo y se asocia históricamente al sector de la automoción y, por extensión, al de la movilidad.

 

Al menos fue así cuando nació el término se extendió en el mercado, allá por los años 80. Así lo explica uno de sus principales protagonistas, José Luis Criado, actualmente consultor independiente, pero consejero delegado de LeasePlan en aquellos tiempos, cuando su compañía fue la primera en introducir este producto en España:  “Separemos el producto del nombre”, explica.

 

“El renting como producto nació como un derivado del leasing, y de hecho antiguamente se denominaba leasing operativo. Se usaba la fórmula del arrendamiento financiero. Económicamente es igual, la diferencia es jurídica: el leasing operativo era permitido y el renting, que no es más que un alquiler a largo plazo, no.

 

El directivo José Luis Criado, que participa en el forum de financiación de CMS, posa para Fleet People, en una imagen de archivo. // FOTOGRAFÍA: F.A.
El directivo José Luis Criado posa para Fleet People, en una imagen de archivo. // FOTOGRAFÍA: F.A. ©FLEET PEOPLE

 

Criado explica que “al final de los años 80 el leasing estaba en plena ebullición, sobre todo el leasing inmobiliario, y se empezó a regular en España, lo que hacía que no se adaptara bien al producto que hacíamos, que era el actual renting. Las empresas, que éramos dos o tres, no más, vimos que era más práctico utilizar la fórmula del alquiler a largo plazo, entre otras cosas, porque una de las ventajas que tenía era que el leasing no permitía agregarle ningún servicio. Todos los servicios de mantenimiento, seguro, impuestos… tenían que ser en un contrato aparte. El alquiler a largo plazo te permite incluir en el alquiler los servicios que quieras. Eso lo hizo todo más fácil”.

 

Coincide en ello otro gran experto del sector, José-Martín Castro Acebes, presidente de la Asociación Española de Renting de Vehículos (AER), que afirma que las empresas “empezaron a demandar un componente de servicios reales. Entonces empezó a tomar el pulso en España: empresas que necesitaban grandes flotas, con todos los servicios y con garantías de funcionamiento y tendencia de cero errores. Eso obligó al renting a estar muy dentro de las empresas, a escuchar de una forma muy profunda lo que necesitaban. Cuando veías determinados cambios, tenías que ser rápido, y debías ser consistente en la solución: imagina una empresa que quería pasar de una flota de vehículos comerciales normales a una flota de derivados, por ejemplo”, explica a Fleet People.

 

El presidente de AER señala que “en ese proceso se crearon unas sinergias muy fuertes en el que las compañías de renting se convirtieron en proveedores de servicios especializados que necesitaban las empresas y que, posteriormente, según empezó la década de 2000, se vio que se podían exportar a otros segmentos.

 

Ahí empezó un crecimiento intenso; en primer lugar, con las Administraciones Públicas, hay que decirlo: la empresa pública en España ha sido y es ahora mismo una gran consumidora de renting. Estimamos que no menos de entre un 8% y un 9% son de administración pública. Y luego ya están las pymes, que empezaron a tener un crecimiento como antes habían tenido las multinacionales. Entre 2000 y 2008, ese crecimiento fue imparable”.

 

José-Martín Castro Acebes es presidente de la Asociación España de Renting de vehículos (AER). FOTOGRAFÍA: FERNANDO ARÚS FLEET PEOPLE
José-Martín Castro Acebes es presidente de la Asociación España de Renting de vehículos (AER). FOTOGRAFÍA: FERNANDO ARÚS ©FLEET PEOPLE

 

 

Actores y productos alternativos

 

José Luis Criado se refiere a los primeros pasos del “pago por uso” que hoy conocemos. En este sentido, de las cinco empresas iniciales de la Asociación, solo LeasePlan e Hispamer empezaron a hacer renting de otros productos.

 

“La razón era la misma: recuerdo que con Telefónica montamos un renting de lo que entonces era un aparato tecnológico como el contestador automático. Telefónica te daba un aparato de estos que tú tenías tres años, pagabas las cuotas y luego te lo cambiaba por otro nuevo. Nació Telefónica Renting como marca comercial, y luego empezó también la actividad en la maquinaria de obras públicas, como Finanzauto… y así empezaron a salir de la figura jurídica del leasing y entrar en esta modalidad”.

 

«Hispamer y LeasePlan eran las únicas, que tenían una división que se llamaba ‘de equipos’. Para poder hacer un renting bien, tienes que ser especialista en el producto. Entonces, por ejemplo, una empresa de renting de coches hoy sabe mucho de coches. Parte del argumento de venta de la empresa es decirte: yo te voy a gestionar la flota mejor que tú mismo. Lo haré mejor y más barato”, continúa.

 

Pero el mercado evoluciona rápidamente. Castro Acebes señala en este sentido que en efecto hay otros renting, y considera que “esos renting lo están haciendo muy bien, están muy especializados, por ejemplo en el mundo industrial: carretillas elevadoras, equipamiento… pero son sectores de nicho. Tal vez lo que está viniendo ahora, es sobre todo por tema publicitario más que por un tema de divulgación de medios, en el caso del renting de equipos tecnológicos, como puede ser la telefonía”.

 

Renting más allá del renting: La rentinización expande el concepto de la movilidad
El pago digital se ha convertido en una moneda de cambio que acelera los procesos de adquisición de bienes. // FOTOGRAFÍA: GOFF KEIN

 

De hecho, aparte de la movilidad, las ofertas que llegan al público general de forma más habitual son ahora las de productos tecnológicos, como el alquiler de equipos informáticos y de comunicación.

 

Aquí tienen mucho que decir grandes entidades financieras.

 

La principal entidad de este país, Santander, se dirige a particulares, empresas y autónomos, y se centra, sobre todo, tal como anuncia su web, en vehículos (automóviles, patinetes y bicicletas) y equipos tecnológicos, que incluye dispositivos como televisiones, teléfonos móviles, tablets, relojes inteligentes, videoconsolas, proyectores y máquinas de gestión de efectivo.

 

Además, incluye una sección de hogar en la que se ofrecen productos como electrodomésticos, muebles, decoración y alarmas conectadas. Otro gigante, como Caixabank, tiene en su web un porfolio de productos en renting más amplio, que, si bien en su mayoría están enfocados a empresas y autónomos, tampoco excluye a los particulares.

 

Además de incluir movilidad y dispositivos informáticos, la entidad ofrece renting en máquinas de gestión de efectivo, desfibriladores, y secciones de bienes de equipo en sectores que denomina Pharma, Food&Drinks, Logística, salud y belleza (farmacia, medicina y área de belleza y spa), agrario, y hostelería y turismo (centralitas telefónicas, hornos, cámaras frigoríficas, equipos de limpieza, maquinaria de jardín…).

 

Dentro de este grupo hay otras, como el caso de BBVA, que tiene oferta para particulares, autónomos y empresas en el ámbito de la movilidad (BBVA Autorenting), pero su presencia en el renting “tecnológico” lo hace a través de una empresa colaboradora, con quien ofrece también esta modalidad en áreas como el autoconsumo solar, equipo y vehículos industriales, equipamiento médico y estético, equipos para el sector educativo, para el agrario y para instalaciones deportivas.

 

En estos casos son las entidades financieras las que ponen su marca por delante.

 

Sin embargo, hay muchos otros productos y servicios que utilizan la herramienta del renting en cuya presentación no figuran las entidades financieras, estén o no detrás de la financiación del producto, y la imagen la aporta el propio proveedor.

 

Renting más allá del renting: La rentinización expande el concepto de la movilidad
Las multinacionales de bienes de consumo se han enganchado al ‘renting’ para crear nuevos productos. // FOTOGRAFÍA: ©FLEET PEOPLE

 

Además, hay muchas otras áreas que ya están también accesibles en el mercado bajo la fórmula del renting, y conforman un amplio abanico que incluye viviendas, mobiliario, embarcaciones, juguetes o ropa, en los que también participan proveedores y/o agregadores. En este sentido, proveedores como Ikea tienen su propia línea de negocio de renting de muebles, mientras que también hay plataformas que gestionan productos como ropa, embarcaciones o inmuebles (enfocados a particulares), ponen en contacto a proveedores y clientes y ofrecen soporte para estas operaciones.

 

 

¿Adónde vamos?

 

Como apunta José Luis Criado, el renting se adapta conceptualmente a “un producto que tenga más de un ciclo de vida. El ejemplo más claro es el coche, porque un vehículo lo usa un señor durante tres o cuatro años, pero ese automóvil va a durar entre 15 y 20 años, así que se vende a otro usuario, que lo tendrá equis años, y después incluso lo adquirirá otra persona y tendrá otra vida”.

 

Criado considera que las empresas de renting podrían tener potencial, por ejemplo, en productos tecnológicos, pero considera que “para meterte en el producto tienes que ser especialista en eso”.

 

Castro Acebes señala a este respecto que la posibilidad de que las empresas de renting de vehículos amplíen su oferta más allá de la movilidad, “habría que verlo con las propias empresas. Lo cierto es que las compañías están en grandes grupos de capital, bancarios o no bancarios, muy fuertes. Eso significa que habrá decisiones que puedan tomar a nivel compañía, cuando les convenga, y habrá otro tipo de decisiones que se tomarán a nivel corporativo”.

 

Renting más allá del renting: La rentinización expande el concepto de la movilidad
SHUTTERSTOCK

 

Criado tiene claro que el sector debe “aglutinar; si lo piensas, una empresa de renting aglutina servicios. En vez de que una empresa tenga que comprar el coche por un lado, financiarlo por otro, mantenerlo por otro, seguro… el renting viene y te dice que te da todo por una sola cuota y con un solo proveedor. Y ese argumento es fuerte por conveniencia y eficiencia. No tienes 2.000 facturas; tienes la mía”.

 

La empresa de renting, de alguna manera, tiene que ir a ese proceso de ir aglutinando todos esos servicios, para que al usuario le sea fácil y yo como vendedor de renting te ofrezca todos los servicios relacionados con la movilidad. Puede ser hasta el bono bus, que no existe todavía, pero llegará… Te ofrezco un carsharing cuando lo necesites… y todo te lo incluyo en una factura”.

 

El consultor advierte del riesgo de que, si las empresas del sector no aglutinan, podrían ser aglutinadas. Y pone un ejemplo: “imagínate que viene una multinacional crediticia como Visa  y te dice: con mi tarjeta puedes pagar todos los servicios, te hago una factura e incluimos el renting. Y te lo especifico. La empresa de renting se convierte entonces en un proveedor de un proveedor, ya que el cliente está viendo a Visa, no a la empresa de renting. El mensaje es que sea la empresa de renting la aglutinadora.

 

Es una batalla que acaba de empezar, y que no se sabe cómo va a acabar”, concluye Criado.

 

 

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