En un ejercicio de imaginación culinaria, vamos a viajar en el tiempo y a catapultar nuestro olfato y gusto hacia nuestras raíces gustativas, los aromas hogareños, los fogones di la mamma.
Y como la cruzada nos lleva a Italia, nos meteremos de lleno en la piel de Michael Corleone, el hijo menor y soñador de una saga de gángsters italoamericanos, que acabaría por ser entronizado como il capo di tutti capi.
Seguiremos su odisea desde el asfalto neoyorkino hasta su regreso a la patria siciliana, el pueblo de Corleone, desde donde emigró su padre, Don Vito. Esa regresión simboliza nuestro plato: una vuelta a la cocina original y casera. Tan simple como eso. Así que encendemos los fuegos y abrimos nuestro Alfa Romeo 6C 250. Próxima parada… Sicilia.
Hervimos la pasta. Llevamos a ebullición una olla con abundante agua y sal (nada de aceite) y echamos nuestros espaguetis que, como el pequeño Corleone, necesitan cocinarse porque todavía están muy crudos para la vida real.
Ingredientes (2 personas)
200 grs de espaguetis, 100 gr de panceta o bacon, 2 huevos, Queso Parmesano rallado, Sal y pimienta, Aceite de Oliva, Peperoncini o guindilla (opcional)
Freímos la panceta. Mientras Michael tirotea a un grupo de políticos y policías corruptos en un restaurante, nosotros troceamos unas tiras de panceta. Las freímos (en una sartén, no a tiros) a fuego alto hasta que queden algo doradas y crujientes. Empieza la huida de Michael, que no puede permanecer en la ciudad por temor a represalias…
Un alto en el camino: En este punto de la fuga o el cocinado, podemos añadir el peperoncini, si es que os va ese punto picante de la mafia. Sony Corleone manda a su hermano Michael a Corleone, Sicilia.
Huevos y queso. En un bol batimos los huevos, añadimos abundante queso parmesano rallado, sal y pimienta negra. Michael se esconde en la campiña siciliana, donde las fragancias familiares empiezan ya a consolidarse.
Fin de trayecto. Mientras Michael conduce su Alfa Romeo 6C 250, respirando toda la esencia Italia, nosotros vertemos, con los fuegos apagados, los espaguetis en la panceta y volcamos la mezcla de huevos y queso sobre ellos. Removemos sin dejar que el huevo cuaje demasiado.
Servimos los espaguetis bañados de la carbonara casera. Y de pronto, un pequeño plato, se acaba convirtiendo en El Padrino de la cocina…