El mercado automovilístico de lujo en Corea del Sur ha experimentado un marcado descenso en las ventas de marcas de lujo como Bentley, Porsche y Rolls-Royce desde la introducción de una nueva normativa gubernamental en enero pasado que obliga a que los coches de empresa con un precio superior a 54.200 euros (80 millones de wones coreanos) a llevar placas de matrícula verdes.
La medida, aplicada por el Ministerio de Transportes de Corea del Sur, tiene como objetivo evitar que empresarios adquieran vehículos de lujo como activos corporativos para evadir impuestos reduciendo la carga fiscal impositiva de los vehículos.
En este sentido, consumidores coreanos adquirían vehículos de alta gama y los matriculaban para su uso personal, pero su adquisición se había formalizado como vehículo de empresa.
La aplicación de la nueva ley se ha traducido en una caída inmediata en las ventas de coches de lujo y ultralujo en Corea del Sur, ya que para el propietario de marcas como Lamborghini, Porsche o Rolls-Royce, por poner un ejemplo, es más que difícil justificar que el uso de esos automóviles se corresponde con el de una empresa, flota o renting de empresa habitual.
De acuerdo con cifras de la Asociación Coreana de Importadores y Distribuidores de Automóviles (Kaida), la importación de vehículos de lujo ha descendido en casi un 32% en marzo pasado en el país en comparación con el mismo mes del año pasado, con notorios y abultados descensos en casos clave como los de Bentley, cuyas entregas han descendido de modo abrupto, un 78% menos, entre enero y marzo.
Marcas como Rolls Royce han reducido sus entregas un 35% durante el primer trimestre del ejercicio actual y las de Porsche, por ejemplo, han caído un 23%, según la patronal Kaida, que se fija también en firmas de ultralujo como Lamborghini, con un retroceso en sus ventas del 22% y siendo uno de los ejemplos mejores que explican la medida de las placas verdes, ya que durante 2023 el 90% de sus ventas en Corea del Sur estuvieron asociadas a flotas de empresa, cuando su uso final realmente no es ese.