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Juan Arús
Juan Arús
Periodista económico apasionado en transformar objetivos en resultados, Juan Arús (Madrid, 1975) ha trabajado para diversos medios de comunicación escritos de España, generalmente económicos y habitualmente en las secciones de Empresas y Automoción. Gran aficionado a la moda masculina, cuenta con un vasto repertorio de artículos de referencia publicados sobre vestuario clásico en diferentes medios. Edita y dirige Fleet People desde 2015.

Automobile Barcelona está intentando ganar el espacio como hub atractivo de todo lo relacionado con las nuevas tecnologías aplicadas a la automoción. Los automóviles, que no dejan de ser, a fin de cuentas, los responsables de que toda la maquinaria esté engrasada, parecen escondidos en plataformas de exposición que, a los ojos de muchos visitantes, han quedado en segundo plano.

Todo gira alrededor de la conectividad. De compartir. De multiplataformas. Del Software y de la interconectividad. El esfuerzo de los organizadores de Automobile Barcelona se nota. El resultado es bueno, aunque da la impresión de que tanta tecnología, precisamente el santo y seña de la industria del automóvil, del concepto de coche en sí mismo, abruma un poco. Quizá se ha dejado en un segundo plano demasiado acentuado al producto en sí mismo.

Nada más entrar al recinto de la Fira, el Connected Hub es el primer espacio con el que se encuentra el visitante profesional. Los periodistas. Asisto a una muy interesante conferencia en la que participan Jaime Rodríguez, CEO de BlaBlaCar en España —y una de las portadas de Fleet People en 2016—, Mar Alarcón, CEO y creadora de SocialCar, Pauline Dementhon, fundador de Drivy y el primer ejecutivo de Cabify en Barcelona, Oriol Sanleandro.

Ignorar lo que está ocurriendo en las calles es ridículo. Para las empresas y los gestores de flotas, para las empresas de renting y para las filiales de renting de las propias marcas de automóviles, para todo el sector corporativo de la rama automovilística, aquí está parte del presente y del futuro. Eso sí, una parte, Que no el todo.

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De derecha a izquierda, Francisco Roger, responsable de Automoción de la consultora KPMG y moderador del encuentro, Mar Alarcón, CEO de SocialCar, Pauline Dementhon, CEO de Drivy, Jaime Rodríguez, CEO en España de BlaBlaCar y Oriol Sanleandro, director de Cabify en Barcelona. // FOTOGRAFÍA: FLEET PEOPLE
De derecha a izquierda, Francisco Roger, responsable de Automoción de la consultora KPMG y moderador del encuentro, Mar Alarcón, CEO de SocialCar, Pauline Dementhon, CEO de Drivy, Jaime Rodríguez, CEO en España de BlaBlaCar y Oriol Sanleandro, director de Cabify en Barcelona. // FOTOGRAFÍA: FLEET PEOPLE

Rodríguez (BlaBlaCar) y Sanleandro (Cabify), y el resto de contertulios asienten, aseguran con firmeza que nadie quiere comprar automóviles. Que la adquisición es un engorro. Que es un bien despreciable y caro. Que lo que la gente quiere es usar, no poseer. Enuncian su opinión con un cierto desdén. Con educación, con respeto. Pero con desdén. “Esos, los de los coches, ya no interesan a nadie. Su modelo está agotado”, parecen pensar.

Los argumentos que utilizan son contundentes. En Madrid entran y salen cada día 2,5 millones de coches. Y un millón en el caso de Barcelona. En el 80% de esos trayectos, sólo viaja una persona en el coche. Un argumento así es muy contundente. Real.

Tanto como que cada año se venden en España entre 1,2 y 1,3 millones de automóviles.

Existe espacio para todos. Lo hay, de hecho.

El nuevo paradigma del coche de empresa

El Coste Total de Movilidad, que está sustituyendo a pasos agigantados al clásico TCO o Coste Total de Propiedad, impone un nuevo paradigma para todas las empresas con flotas de vehículos. Ya dispongan de 10 o de 3.000 coches. Y la solución no pasa por demonizar al automóvil en sí mismo.

El vehículo es un artefacto maravilloso cuya penetración va a mutar en los próximos años. De eso no hay duda alguna. Pero es diferente que decir que es un objeto inútil. Que no se va a comprar porque ya nadie lo quiere. Es indudable que las empresas de la new mobility han enganchado con fuerza en una buen parte de la sociedad. Y muchas de ellas contribuyen efectivamente a que existan una menor masa de vehículos en las calles, aunque éste no sea el caso de formulas como eMov y de car2go. Que los añaden.

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La app Bipi, presente en el Connected Hub de Barcelona, permite alquilar un vehículo (en la imagen, un Tesla Model S) y recogerlo en el lugar que indique el cliente. // FOTOGRAFÍA. F.P.
La app Bipi, presente en el Connected Hub de Barcelona, permite alquilar un vehículo (en la imagen, un Tesla Model S) y recogerlo en el lugar que indique el cliente. // FOTOGRAFÍA. F.P.

Las empresas necesitan automóviles. Un determinado porcentaje, y razonablemente elevado en función del tamaño de la flota —especialmente en el caso de la gran empresa—, en régimen de renting. Y a ello se suman y se sumarán para completar el CTM o Coste Total de Movilidad un buen puñado de alternativas modales que sirvan para transportar de una manera más eficaz a los empleados.

La consolidación del carsharing corporativo, ahora en su fase incipiente, es una de las ramificaciones de la nueva movilidad corporativa. Pero también lo son los vehículos eléctricos o de propulsión eficiente como el gas. O una simple bicicleta.

El propio Pauline Dementhon, de Drivy, ha constatado en Automobile Barcelona el crecimiento de sus operaciones en empresas que cuentan con entre uno y 10 vehículos de flota. Utilizan sus servicios para efectuar trayectos extraurbanos. En ese gap trabajan bien, porque Cabify y Uber, por ejemplo, sólo se centran en las almendras de las ciudades, donde por cierto cuentan con áreas especificas dedicadas al alquiler de vehículos para empresas.

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Y BlaBlaCar ha firmado hace dos meses un acuerdo de colaboración con ALD Automotive para que ésta última puede ofrecer sus servicios de leasing y renting a más de sus dos millones de usuarios. han oído bien, dos millones.

Complementando modelos

La palabra complementareidad parece la clave. Y bajo todas sus variantes, bendita casualidad, el automóvil es el protagonista indiscutible. Cada vez me resulta más cansado el discurso de winners y losers. Todo lo que plantean las nuevas tecnologías con los nuevos modelos de conectividad y asociación relacionado con el automóvil son eso, propuestas que parten de una premisa ineludible, de un axioma irrebatible: el coche.

la nueva Serie 5 de BMW, una berlinam uy enfocada en el mercado de flotas y corporativo, en el stand de la marca bávara, en Automobile Barcelona 2017. // FOTOGRAFÍA: FLEET PEOPLE
La nueva Serie 5 Touring de BMW, una berlina muy enfocada en el mercado de flotas y corporativo, en el stand de la marca bávara, en Automobile Barcelona 2017. // FOTOGRAFÍA: FLEET PEOPLE

Para las empresas de hoy y del mañana, desatender o no prestar la atención que merecen propuestas como las que escenifican en Barcelona en estos días espacios como el Connected Hub se antoja complicado. Una temeridad, si me apuran.

La movilidad sostenible y multiplataforma escenifica hoy, sin duda, cómo será la movilidad del futuro tanto para las personas individuales como para las personas jurídicas.

Pero no sigamos, por favor, la premisa política del Siglo XVIII de ‘Todo para el pueblo, sin el pueblo’, aplicándola al automóvil.

Démosle la vuelta a las cuatro ruedas y situémoslas en el centro de todo.

Todo para el coche, con el coche. Mucho mejor. ¿A que si?

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