Suzuki empieza la presentación a la prensa de su casi completamente nuevo Swift aclarando que esta es la cuarta generación de su utilitario. A poco que nos gusten los coches , sabremos que el Swift es un modelo legendario de la marca japonesa. ¿Qué ocurre?. Bien, la ancestral sabiduría japonesa tiene una respuesta contundente y de lógica aplastante hasta para los europeos: el modelo de 2004 es el primer Suzuki Swift porque es el primer coche global.
Nada que añadir, señoría.Vendieron 2,5 millones de unidades en todo el mundo. Ojo, en India donde más.
En 2011 llegó la segunda, con 3,4 millones de unidades vendidas. En 2017, la tercera y con una cifra de ventas importante, pero menor: 3,2 millones. Y, queridos lectores de Fleet People, en 2024 llega la, oficialmente, cuarta generación.
Y lo hace con retraso, pues somos el último país en conocerlo porque las primeras 300 unidades han estado fondeadas en el barco que las traía de su Japón natal por colapso en el puerto de Barcelona con coches eléctricos. No hemos podido averiguar más.
Sí sabemos que no es un coche especialmente demandado en flotas, pero sí en alquileres en zonas de la costa española donde los concesionarios abren mercado con los alquileres locales y Suzuki Ibérica negocia los descuentos de la operación. Es decir: marca el descuento, si el concesionario quiere bajar aún más el precio, allá él. Sí, nadie lo hace, lógicamente.
Es un coche apreciado por los turistas porque tiene un aspecto más desenfadado que los Opel Corsa o Seat Ibiza habituales. Con los nueve colores de la carrocería y la combinación con el techo de otro color tienen aún más argumentos.
Empezábamos diciendo, y repitiendo, que el coche es casi completamente nuevo. Bien, asientos y detalles aparte, lo que no cambia en la nueva generación es la plataforma. Sí, es la misma que la del Swift 3.
Esto tiene la parte buena de la fiabilidad, pero la mala, o casi podríamos decir “muy mala”, de que el sistema de hibridación ligera es de 12V y, por tanto apenas (por no decir “nunca”) va a poder propulsarse en modo eléctrico. Sí que tiene etiqueta ‘ECO’ de la DGT.
Altas esferas de Suzuki Ibérica no pueden sino acatar el coche que les llega de Japón: “No nos dan la oportunidad de elegir, ni siquiera casi de opinar. El coche es el que es porque en Japón así lo han determinado”.
Nos atrevemos a pensar (y sabemos que dentro de la marca estarían de acuerdo) que, si fuéramos el mercado Indio, la gran joya de la corona de Suzuki, por delante de Japón y de muchos otros, otro gallo cantaría.
3,86 metros de longitud
Que el coche apenas cambie de longitud, mide exactamente 3,86 metros, le sitúa en el mercado de los utilitarios puros y duros. Tiene como rival directo al Toyota Yaris (otro abonado al segmento y sus 3,9 metros de longitud) y ve como, cada vez, se alejan más los clásicos como el Seat Ibiza u Opel Corsa (ambos con 4,06 metros) o Renault Clio (4,05 metros), por citar tres ejemplos.
Ojo, que éstos tampoco es que se alejen en el precio, pues con descuentos y financiando, el nuevo Suzuki Swift parte de 17.500 euros. Por ejemplo, el Renault Clio de 101 CV y etiqueta ECO no llega a 16.500 euros. De acuerdo, veremos en equipamiento, pero el dato es el dato.
El coche sorprende por su gran acabado, calidad de fabricación y equipamiento. Es indudable, y menos en 2024, que Suzuki hace bien los coches.
Utiliza materiales menos agradecidos en cuanto a calidad percibida, por ejemplo no son mullidos ni en la parte superior del salpicadero, pero que, a poco que los cuides, van a seguir como el primer día año tras año de uso. De serie, vas a encontrar, en toda la gama: faros LED con luces automáticas, navegador, retrovisores eléctricos y calefactados, arranque sin llave, control de crucero adaptativo, toda la batería de seguridad preventiva (mantenimiento en el carril, control ángulo muerto, aviso señales de tráfico y demás), cámara y sensor de parking traseros y la nueva pantalla táctil multimedia de 9” con conexión inalámbrica de Apple Car Play y Android Auto.
Un equipamiento de serie digno de elogio. Pero, y sentimos que haya un “pero”, el coche viene configurado así de Japón y no trae, por raro que parezca, ni llantas de aleación (trae de chapa de 15”) ni volante de cuero. Eso queda reservado para el nivel de equipamiento S2 que cuesta 1.300 € más y suma, por ejemplo, asientos calefactados, asiento del conductor regulable en altura o cristales tintados. Tiene un maletero de 265 litros, ampliable a 589 abatiendo los respaldos.
Con tres años de garantía, dejamos una mala noticia para el final, aunque es verdad que no está del todo confirmada: de momento, no hay versión Sport prevista. La gama se conforma en torno a un motor de tres cilindros y 82 CV con tracción delantera y cambio manual o automático CVT, o un tracción a las 4 ruedas con cambio manual. En todos los casos, está exento del impuesto de matriculación y sus consumos homologados bajan de los 5 litros a los 100 km.
Hemos podido conducirlo y tiene un tacto y pisadas parecidas al anterior. Esto significa que es ágil, divertido y ratonero. El motor sube de vueltas con ganas y acelera sin titubeos, incluso tiene muy buena respuesta a bajo régimen. Me ha gustado la dirección, pero la esperaba un punto más directa e informativa. Por contra, no me esperaba el tacto tan gomoso de la palanca de cambios.