
Su enchufe, gracias

Se supone que los vehículos eléctricos representan el presente y el futuro de la movilidad en el sector del automóvil. Pero sus ventas son mínimamente reseñables en el mercado general global, y lo mismo ocurre con el universo de las flotas y del vehículo corporativo.
El paradigma eléctrico, en el ámbito corporativo, se ha circunscrito en los últimos años a un puñado de operaciones estéticas por parte de compañías eléctricas o de telefonía.
Y siempre teniendo en cuenta que los vehículos elegidos probablemente no representan ni el 1% del total de su flota, ya sea para uso comercial, de mando medio o de directivo.
Las Corporaciones Públicas han avanzado tímidas propuestas, en forma de simples demostraciones acotadas en el tiempo, para introducir el vehículo eléctrico en el ecosistema de las ciudades. Pero, al final, y tratándose del vehículo de empresa, no hace falta efectuar enormes cábalas: el vehículo eléctrico no cala.
Y no cala en el mundo corporativo por razones de autonomía, de dimensión y tipología de uso y, por supuesto, por una cuestión de precio. También hay que decir que, poco a poco, algunas empresas están probando el producto y gusta. Si se acota la utilización del vehículo eléctrico a su verdadero campo de trabajo, si nos alejamos de un discurso movido más por las modas que por otra razón y abundamos en la validez pura de uso de un coche con cero emisiones que se enchufa a la red, se encuentran casos en los que el vehículo eléctrico puro se convierte casi en una necesidad. Ricardo Ramírez-De Donoso tiene una pyme de distribución de alimentos y trabaja en pleno centro de Madrid, en la almendra central. Allí se puede aparcar gratis con un eléctrico. “En ese sentido es una gran facilidad”, explica a Fleet People. “Tengo cuatro coches, soy una pyme y encaja en mi modo de ver el negocio y aquí me vendría bien, pero no nos sale a cuenta en costes si lo comparo con un utilitario normal, que son asequibles”, afirma.
Las marcas de automóviles llevan años indicando que, si se analiza en profundidad el coste total de propiedad (TCO) de un vehículo eléctrico, sale a cuenta en el plano corporativo.
Pero apuntan que hay que tener en consideración todas las variables, no sólo las intrínsecas del coche. ¿Cómo se traduce en dinero para una pyme poder aparcar —en sentido literal y, además, gratis— en el centro neurálgico de una ciudad?
Hay otro elemento fundamental. El apoyo de las Administraciones. “Un plan nacional de apoyo a la movilidad eléctrica de manera decidida y permanente, que incluya un plan de infraestructuras de recarga, planes de ayuda a la compra plurianuales y sencillos y una normativa que coordine y aglutine a las Comunidades y Ayuntamientos, todo esto más una concienciación ambiental, daría sus frutos”, considera Luis Valerio, responsable del programa Vehículo Eléctrico de Renault, en declaraciones a este magazín.
Al final, la barrera de prohibido con la que se encuentra el vehículo eléctrico es siempre la misma —el precio—, porque el producto, utilizado en su entorno adecuado y propicio, funciona perfectamente.
“Las flotas representan el 83% del mercado de vehículos cien por cien eléctricos y, sólo en turismos eléctricos las ventas a empresas y Administraciones suponen el 75% del total”, enumera Valerio.
Aunque los porcentajes sean elevados, lo cierto es que las cifras de ventas son todavía muy bajas. Pero no sólo es algo que ocurre en España, sino en el ámbito global.
El año pasado se vendieron en el planeta 462.000 vehículos eléctricos de todo tipo. Es decir, no sólo eléctricos puros, ya que también se computan los híbridos enchufables, por ejemplo. El mercado creció un 60%, pero su cuota sobre el mercado global de vehículos ligeros mundial no llega al 1%.
En el caso europeo, casi se vendieron 100.000 unidades eléctricas el año pasado (97.687). Supuso un alza del 48% en comparación con 2014, pero el dato representó un 0,6% de las ventas de coches en Europa.
Y se dio esa cifra no por el empuje de todo el sector, sino por la pujanza de firmas como Renault-Nissan, que están abriendo el camino del enchufe al resto de constructores.
El Renault ZOE, por ejemplo, fue el eléctrico más vendido en Europa en 2015, con 18.453 unidades matriculadas y gracias, en buena medida, a los superbonus para eléctricos aprobados en Francia, el núcleo central comercial de este coche.
La buena noticia, sobre todo para el sector flotas y del vehículo corporativo, es que el principal gap negativo del vehículo eléctrico, su diferencial de precio respecto de uno convencional diésel o de gasolina —además de los obstáculos que suponen el menor tiempo de recarga y su inferior valor residual—, se está reduciendo a paso de gigante.
El precio de las baterías de litio-ión, las que usan los coches eléctricos, han caído un 65% desde 2010. El coste kilovatio/hora ha pasado de mil dólares largos a 350 dólares el año pasado, y se espera que se sitúe en menos de 120 dólares en 2030, según los cálculos de Bloomberg New Energy Finance.
“En los próximos años, el coste total de propiedad se mantendrá a favor de los coches con propulsión convencional. Los eléctricos no superarán el 5% del mercado en los principales países del mundo. Pero esto cambiará radicalmente a partir de 2020”, indica Salim Morsy, analista sénior de Bloomberg. Morsy se refiere a la gradual equiparación en los costes de los vehículos eléctricos respecto de los convencionales. Si el gap se equipara e incluso un vehículo eléctrico resulta más económico que uno diésel o de gasolina, las empresas se tirarán de cabeza a por automóviles con este tipo de tecnología limpia y respetuosa con el medio ambiente. Además les servirá como método de propaganda y para presentar una hoja de servicios intachable desde el punto de vista de la Responsabilidad Social Corporativa (RSC).
Pero para eso hay que fiar a largo plazo el objetivo. 2020. ¿Soluciones para flotas, a día de hoy? El Plan Movea de incentivos directos para la compra de vehículos eléctricos, utilizable también por autónomos y empresas, ha ayudado e impedido, a partes iguales, la implantación de los eléctricos en las empresas.
Casi todas las compañías han criticado al Gobierno por la dificultad de las gestiones para acceder a los bonus. En este preciso momento, el Ministerio de Industria redacta el borrador de lo que se convertirá en la ampliación del Plan Movea a 2017, se supone que con una dotación cercana a 17 millones de euros.
La sorpresa, según están dando a entender algunas empresas que han preguntado ya en altas instancias, es que el incentivo económico para las empresas se va a… recortar en relación con el del pasado Movea.
O las políticas públicas cambian respecto del coche eléctrico y su aplicación a la empresa, o habrá que esperar a 2020, como mínimo, para electrificar las flotas.