Seat ha cumplido 65 años de historia —van para 66—, pero con mirar 2018 podemos saber el cohete que tiene metido en sus santas posaderas: más de medio millón de coches vendidos, 10.000 millones de euros de facturación y 300 millones de beneficio. Seat representa el 1% del PIB español y lleva 890 millones invertidos en I+D.
De hecho, en junio pasado destinó 57 millones en una nueva prensa y dos nuevas líneas de estampación en caliente para la fábrica de Martorell. Y pronto veremos cómo dan el do de pecho con eléctricos, híbridos, soluciones de movilidad y servicios.
Efectivamente: el fleet car de este mes es el último ejemplo de que Seat es una marca con presente.
El nuevo Seat Tarraco (Wolfsburg, Alemania, 2018) se sitúa entre los vehículos SUV de siete plazas que podemos conseguir en España. Como rivales citamos, por ejemplo, al Hyundai Santa Fe, el Peugeot 5008, el Land Rover Discovery Sport, el Nissan X-Trail o a su primos Skoda Kodiaq o VW Tiguan Allspace, con los que comparte plataforma.
En la línea de producción—compartida con Tiguan y Touran— trabajan unos 5.000 empleados que, en 20 horas, crean un Tarraco. Salen unos 200 al día a los mercados en los que opera Seat, aunque están trabajando para llegar a más (¿China?). Para este coche, la marca española sabe que los países importantes son, en este orden y desde el punto de vista comercial: Alemania, España, Reino Unido, Austria y Francia. Podemos conseguir el nuevo Tarraco con cinco o siete plazas cosa que, por ejemplo, VW y Skoda no ofrecen. Así, el Tarraco no es un atraco por el que te obligan a tener algo que no quieres.
Puede que seamos un poco puristas, pero pensadlo bien: ¿para qué quieres dos asientos en el maletero si, normalmente, viajas solo/a, si tu familia no es numerosa, si lo que quieres realmente es que el coche sea más ligero o, simplemente, si lo que buscas es espacio en el maletero para llenarlo con, por ejemplo, los aperos necesarios para tu trabajo?
El Tarraco es honesto con su comprador y la marca avisa de que es un ‘5+2’ plazas. Esto quiere decir que si tienes que ir a recoger a la delegación de representantes alemanes, mejor que la convención sea cerca del aeropuerto, porque los asientos de la tercera fila son para adolescentes… o viajes cortos. En la segunda fila pueden viajar tres adultos con cierta holgura. No es un VW Touareg, pero se defiende bien en la cota de anchura.
Y es que el Tarraco no es un coche más grande de lo normal, porque mide 4,7 metros de largo y eso es menos que un Renault Talisman, que es una berlina media. También es un poco más estrecho. Pero sí impone porque es 20 cm más alto (mide 1,65 metros).
Asientos y puesto: soberbios
¿Y las plazas delanteras? Fabulosas. Buenos asientos, espacio de sobra y un puesto de conducción soberbio. No ya por la ergonomía, a la que no hemos podido ponerle pegas, sino porque los ajustes y los materiales casi parecen de Audi. Sí que nos hubiera gustado una ruleta para manejar la pantalla en la consola inferior. Eso sí que queda reservado para Audi. La pantalla táctil es fantástica en un i-Pad, pero es un fastidio alargar el brazo cada vez que queremos manejarla.
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De serie monta un cuadro de relojes digital que mide 26 centímetros. Con él podemos configurar la información del cuadro con tres pantallas diferentes y, además, adaptar parte de la información a nuestras necesidades de conducción.
El tarraco está disponible con motores turbo, tanto gasolina TSI como diésel TDI, caja de cambios manual o automática y tracción delantera o a las cuatro ruedas. Al cierre de esta edición, no tenemos noticias certeras de la llegada del TDI de 150 CV con tracción delantera y cambio DSG que es, en nuestra humilde opinión, el Tarraco a elegir.
Mirando el coche desde fuera os vamos a pedir que os fijéis en los faros, por dos motivos: el primero, porque son full led de serie en toda la gama, lo que nos proporciona una iluminación clara y nítida; el segundo, porque los diseñadores han tenido carta blanca para su creatividad ya que los leds son más fáciles de integrar en el diseño. En los pilotos, también de led, han trabajado para ganar presencia en anchura y dar un aspecto contundente al SUV.
POR QUÉ RECOMIENDO EL TARRACO A UNA EMPRESAEl Tarraco sirve de base para el salto que está protagonizando Seat para alcanzar un próximo nivel y que nos está permitiendo incorporar clientes que hasta ahora no pensaban en nuestra marca. Nuestro SUV más grande ofrece una gran versatilidad y amplitud, con siete asientos disponibles, junto con una variada oferta de motores y tracciones. Además, incorpora el nuevo ADN de diseño de SEAT, la más alta tecnología y un comportamiento dinámico que marca la diferencia entre los SUV de gran tamaño. Nos está dando la oportunidad de ampliar nuestra presencia en el apartado de políticas corporativas de flotas, reforzando nuestra oferta en mandos intermedios y dirección.
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El portón trasero es bastante grande y enrasa con el paragolpes porque el empeño del departamento de diseño en Martorell ha sabido situar la altura del piso lo más baja posible para facilitar la carga de objetos. Aunque sea grande, podemos pedirlo con apertura y cierre eléctricos e, incluso, con apertura de ‘manos libres’ (en realidad ‘manos ocupadas’). Si vamos cargados y pasamos el pie por debajo del paragolpes, dos sensores detectan e identifican el movimiento y se abre el portón. Ojo con el equilibrio a una pierna, porque si lo perdemos y rozamos los bajos (o los escapes) nos mancharemos los zapatos. El maletero tiene una muy buena capacidad, de las mejores del segmento.
Por seguir con la comparativa con la berlina tradicional (aunque sabemos que son coches que no tienen nada que ver) os diremos que tiene casi el doble de capacidad. El Tarraco de cinco plazas cubica 760 litros de capacidad (700 la de siete plazas, con la tercera fila oculta) y se puede ampliar hasta 1.920 litros abatiendo los respaldos traseros.
Nuestra unidad de pruebas es la turbodiésel 2.0 TDI de 150 CV con cambio automático y tracción integral. El Tarraco no cuenta con suspensión neumática o eje trasero autodireccional —y ninguno de sus rivales—, por lo que poco más se le puede pedir. Eso sí, en 2020 contará con una versión híbrida enchufable asociada al motor TSI de gasolina y 150 CV.
Mil kilómetros de autonomía
El motor no corre mucho, pero es suave como el que más y homologa un consumo medio de unos siete litros a los 100. En un uso extraurbano, el consumo homologado es de 6,4 l/100 km. Teniendo en cuenta que tiene un depósito de 60 litros, a poco que hagas viajes por autopista, rondarás los mil kilómetros de autonomía.
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De hecho, es su mejor campo de juego. El Seat Tarraco se siente muy a gusto en autopistas y autovías. Devora kilómetros como la mejor berlina (prometemos no volver a decir nada de berlinas) y notamos un interior bien aislado, un rodar suave y baja rumorosidad mecánica. Con el cruise control conectado (de serie), tragaremos kilómetros sin enterarnos.
Entre curvas, en una carretera convencional, tendremos un buen feeling de conducción. No es un Alfa Romeo Stelvio, pero en Seat tienen un toque deportivo en la mayoría de sus modelos y el Tarraco no es una excepción pero, eso sí, apostando claramente por el confort.
Ambiente digitalizado y espacio para todosEn el diseño interior del Tarraco, en Seat se han preocupado de optimizar el espacio, de dotarlo de materiales de buena calidad y de hacerlo práctico. Para lo primero, tenemos opción de cinco o siete plazas y formas regulares para optimizar el espacio. El puesto de conducción es elevado y tenemos numerosos reglajes de asiento y volante. En las plazas traseras dos adultos viajarán a sus anchas —nunca mejor dicho— y un tercero “menudo” será bien recibido. La tercera fila es poco más que auxiliar. Para lo segundo, han optado por materiales como la tela o el Alcántara, aunque los huecos de las puertas no están completamente forrados. Para lo tercero, destacamos que la banqueta trasera (dividida) se pueda desplazar, para acceder a la tercera fila o para ganar espacio para las piernas o el maletero. También nos gusta el cuadro de relojes digital —de serie desde el Style Plus— que tiene un tamaño de 10,25 (26 centímetros) y permite configurarlo para obtener diferente información mientras conducimos. Tiene tres modos de visión predeterminados y podemos completar la información con, por ejemplo, el ordenador de a bordo o el navegador. Protagonista del salpicadero es la pantalla táctil central de 8” colocada en posición elevada para verla fácilmente; aunque, todo sea dicho, echamos de menos una ruleta en consola inferior para su manejo. |
En caminos sencillos, encontraremos un coche bastante capaz gracias a su tracción a las cuatro ruedas 4 Drive con reparto electrónico y automático de fuerza en cada rueda y a sus 19,2 cm de altura libre al suelo. Podremos hacer excursiones no muy complicadas con garantía de diversión y éxito simplemente pisando el acelerador (y, bueno, con un poco de maña).
Este modelo ha conseguido una puntuación de 5 estrellas en las pruebas EuroNcap, situándose a la cabeza en seguridad. De serie, monta precrash assist, que es capaz de predecir un accidente —no es Rappel, es que mide brusquedad de giro de volante o rapidez e intensidad de frenada— y, en 0,2 segundos, reacciona para tensar los cinturones, activar el warning, subir las ventanillas y, si lo tiene, cerrar el techo solar.
También cuenta con rollover assist, que prepara el coche para mitigar los daños ante un inminente vuelco y llega a realizar llamada de emergencia e-call. Y como en otros Seat, cuenta con front assist, que llega a frenar para evitar accidentes urbanos por alcance; también detecta peatones y ciclistas.
Para tener toda la batería de seguridad preventiva tenéis que elegir, al menos, el acabado Style Plus. Así que pelea, pide, lucha, negocia… pero consigue el Style Plus. Cuesta 1.500 € más que el Style y merece la pena.
Si no lo consigues, y lo normal que para un coche de flotas sea el acabado Style, tampoco te preocupes: tendrás cuadro de relojes digital y modos de conducción y, sobre todo, encontrarás, además de lo señalado antes, aviso por cambio involuntario de carril, cambio automático de luces de carretera a cruce, sensores de lluvia, luces y aparcamiento trasero o control de crucero…
Y eso, además de para todos, es bueno para ti, para tu jefe y, por supuesto, para la empresa.