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RSC en renting, o la importancia del qué dirán

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Las empresas de renting aplican cada vez más políticas de RSC y ven cómo sus clientes se basan en criterios responsables para seleccionar la flota.

La Responsabilidad Social Corporativa (RSC) ha pasado de representar unas siglas que no tenían significado, salvo para unos pocos gurús, a convertirse en un área estratégica de las compañías de todos los sectores económicos.

Las firmas del renting no se quedan atrás en la carrera de ser socialmente responsables, por lo que también están implementando acciones e iniciativas en esta línea, al tiempo que están comprobando cómo sus clientes son cada vez más proclives a este tipo de comportamientos. De hecho, las empresas cada vez requieren modelos más eficientes e impulsados con sistemas de propulsión alternativos, como parte de su objetivo de reducir el impacto sobre el medio ambiente de sus operaciones de movilidad y también para transmitir una imagen ‘verde’ y responsable hacia el conjunto de la sociedad.

Casi todas las empresas, pero especialmente las de mayor tamaño, llevan años introduciendo en sus estructuras departamentos con empleados dedicados únicamente al campo de la RSC. Esta tendencia se explica por el aumento de la concienciación de la sociedad en relación con el papel que tienen que jugar las empresas a la hora de contribuir a la mejora social, económica y del medio ambiente de una forma voluntaria y activa y más allá del cumplimiento de las leyes y de las normativas vigentes. Las compañías están valorando cada vez más (al menos en la teoría), y a la hora de tomar decisiones estratégicas, el impacto que éstas pueden tener sobre las comunidades, así como sobre el entorno y sobre la economía en general. Esta nueva oleada se basa en el concepto de que sólo se pueden considerar acciones de RSC las que son de carácter voluntario.

Si se tiene en cuenta la definición del concepto RSC surge la pregunta evidente de por qué las compañías, que siempre están optimizando en la medida de lo posible sus recursos y maximizando la obtención de beneficios, llevan a cabo acciones voluntarias en términos de reducción del impacto medioambiental u orientadas a lograr un mayor bienestar tanto de la sociedad como de sus empleados. La respuesta a esta pregunta es doble, ya que se debe a que este tipo de actuaciones, y su pertinente comunicación, tienen un efecto muy positivo sobre la percepción de las empresas por parte de los consumidores, al tiempo que se explica porque cada vez son más las personas que se decantan por uno u otro producto basándose no sólo en criterios de precio o de calidad, sino que también valoran la forma en la que ha sido fabricado, si se ha hecho de una forma ecológica o de si se han respetado los derechos de los trabajadores en dicho proceso.

No sólo ganar dinero

El sector del renting de vehículos, como no podía ser de otra manera, también se ha sumado a las iniciativas de RSC, con el fin de ayudar a conservar el entorno en el que vivimos, así como para reducir el impacto que tiene su negocio en el ecosistema y de lograr que sus empleados realicen su labor profesional de la forma más cómoda posible y conciliando, siempre que sea factible, su vida personal y familiar con la del entorno de trabajo.

rentingLas políticas de RSC en el sector se encuentran, en la mayor parte de las ocasiones, relacionadas con intentar compensar el impacto negativo que tienen los automóviles sobre el medio ambiente, por lo que existen muchas iniciativas ‘verdes’ en esta línea. Un ejemplo de estas actuaciones lo encontramos en Alphabet, cuya directora general en España, Rocío Carrascosa, asegura a Fleet People que la política de RSC de su compañía se centra en acciones hacia el sector de la automoción, así como en iniciativas hacia el entorno más cercano y las coordinadas con las que lleva a cabo el consorcio BMW. Entre ellas, la directiva destaca la plantación del ‘Bosque Alphabet’, con el fin de compensar las emisiones de dióxido de carbono que genera su flota de vehículos, o las donaciones aportadas al Hospital de Parapléjicos de Toledo “para ayudar a recuperar la movilidad de las personas”.

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Por su parte, la directora general de APK Renting en España, Isabel Pascual, apunta a FP que el plan estratégico quinquenal de la corporación tiene reservado “un espacio muy particular para la Responsabilidad Social Corporativa”, con especial énfasis en la disminución de los efectos contaminantes del automóvil y en la mejora de la sociedad.

APK Renting forma a sus comerciales para que asesoren al cliente a la hora de configurar la flota de vehículos más eficiente, siempre que se cumplan sus necesidades de movilidad. El objetivo de esta medida es lograr que las emisiones de gases contaminantes de su flota gestionada se reduzcan un 35% entre 2015 y diciembre de 2020.

Pascual también resalta que su firma busca fórmulas orientadas a la conciliación familiar y a la igualdad, con políticas de equilibrio entre hombres y mujeres en la plantilla y en el equipo directivo y de flexibilidad de horario o de vacaciones, como principales ejemplos.

Clientes responsables

La tendencia de las compañías de renting a convertirse en cada vez más socialmente responsables, con medidas como las anteriormente citadas, está en línea con la mayor concienciación en materia de RSC de los clientes que demandan los servicios de una empresa de alquiler de automóviles con servicios añadidos. Los consumidores, y especialmente las empresas grandes, tienen muy en cuenta tanto si la firma de renting es socialmente responsable como si los modelos que va a adquirir para su movilidad corporativa le permiten estar en línea con su política de RSC y de reducción de las emisiones de dióxido de carbono.

Las firmas que necesitan renovar los contratos de renting de varios de sus vehículos corporativos revisan al máximo su presupuesto y los posibles gastos derivados de dichas unidades, por lo que valoran mucho que éstas tengan unos bajos consumos de combustible y también unos reducidos gastos de utilización.

Sin embargo, el aspecto económico está cediendo un pequeño hueco a la RSC, ya que las compañías buscan cada vez más modelos que reduzcan el consumo de carburante, por supuesto, pero que también emitan menos CO2 o que directamente no lo emitan, como los modelos eléctricos o de pila de combustible. Está aumentando progresivamente el número de marcas que, al igual que APK Renting, tienen el objetivo de reducir las emisiones de CO2 de sus flotas en el corto plazo.

La directora general de Alphabet apunta que la sociedad se va volviendo “poco a poco” más responsable y señala que es cada vez más habitual que las empresas no sólo se declaren a favor del medio ambiente, sino que también se impliquen en esta línea “por convicción” y lo demuestren en sus estrategias de negocio, contemplando la contratación de vehículos más sostenibles como híbridos o eléctricos.

Es cierto que los negocios y los clientes están aumentando su concienciación en relación con el efecto que sus actividades puedan tener sobre el entorno en que se mueven, pero lo que también es una realidad es que las compañías nacen con el objetivo de ganar dinero.

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Todas las compañías que estén llevando a cabo estrategias de RSC, lo que representa un gran avance social, también se encargan de que éstas formen parte de su comunicación corporativa, lo que en principio no tiene nada malo, ya que éstas pueden sacar un rédito, en términos de ventas y de imagen, de las buenas acciones que implementan de forma adicional a su core business.

Sin embargo, el interés creciente en los últimos años en materia de responsabilidad social corporativa de las grandes empresas hace plantearse la gran pregunta de qué fue antes, si el huevo o la gallina. Es decir, si las marcas de una forma voluntaria y altruista son las que se dan cuenta de que su posición en la sociedad les permite llevar a cabo políticas de mejora de la sociedad y del entorno, así como de la calidad de vida de sus empleados, e intentan hacerlo sin valorar los posibles efectos positivos que estas medidas tengan para su negocio, o de si, por el contrario la motivación se genera al revés. Cabe la posibilidad de que existan firmas que se hayan percatado de los beneficios para su imagen corporativa o de cara a fomentar un sentimiento de cercanía con los clientes para poner en marcha acciones de RSC, por lo que decidan implementarlas con el único objetivo de ganar más dinero.

Si bien lo ideal sería que la motivación inicial y única de las compañías que desarrollan este tipo de acciones socialmente responsables fuera el hecho de contribuir a crear un mundo mejor y de futuro para las próximas generaciones, tampoco hay que oponerse ante los actos de compañías que se suban al carro de la RSC para mejorar su imagen o para obtener beneficios.

Aunque no sea perfecto, siempre será mejor que hagan este tipo de acciones a que no las hagan.


MEDIDORES DE LAS EMPRESAS SOCIALMENTE RESPONSABLES

rentingCon la proliferación de las acciones de RSC por parte de las marcas, también han nacido organismos y entidades que se dedican a hacer de vigilantes de estas políticas, e incluso hay algunas que hacen ránkings de cuáles son las compañías con mejor reputación. Entre ellas se destaca Merco (Monitor Empresarial de Reputación Corporativa), que tiene presencia en once países y basa sus evaluaciones en una revisión independiente por parte de KPMG. Cada año hace una clasificación con las compañías con mejor reputación en España, para lo que se basa en la opinión de directivos, expertos, ciudadanos, trabajadores, estudiantes, ‘headhunters’ o de especialistas en Recursos Humanos, entre otros.

En la edición de 2015 del ránking Merco en España, las cinco primeras posiciones están ocupadas por Inditex, Mercadona, Banco Santander, Repsol y Telefónica. No obstante, la evaluación anual de este monitor también muestra a los líderes con mejor reputación, que este año han sido Juan Roig (Mercadona), Amancio Ortega (Inditex) y Pablo Isla (Inditex). También discrimina en función del sector donde se realice la actividad: abogados, alimentación, aseguradoras, asistencia sanitaria, auditoría, automoción, bancario, bebidas, biotecnológico, consultoría, distribución especializada, distribución generalista, distribución de moda, distribución y equipamiento para el hogar, droguería y perfumería, energía, gas y agua, farmacéutico, formación, hostelería y turismo, industrial, informática y electrónica de consumo, infraestructuras, servicios y formación, medios de comunicación, ONG, fundaciones y asociaciones, seguridad, tecnológico, telecomunicaciones y transporte de viajeros.

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