Renegade, el Jeep más pequeño con grandes aptitudes para el mercado de flotas

Jeep, ese fabricante estadounidense de larga tradición en modelos todoterreno, ha analizado el mercado actual y ha aguzado el ingenio para redirigir su gama hacia la imprescindible todocaminización.

Sí, porque son los vehículos SUV los que hoy tiran del carro.

Afortunadamente, sigue existiendo el Wrangler para recordarnos los orígenes de la marca, aunque no deja de ser una especie en extinción dentro de una oferta de coches que, a pesar de que conservan la estética campera, en realidad están más pensados para un uso diario en el asfalto.

Entre esa larga lista aparece el Renegade como una de las últimas genialidades del grupo FCA. Este SUV de dimensiones compactas con nombre de protagonista de telenovela americana es una apuesta firme y bien definida dentro del segmento B SUV (modelos que rondan los 4,2 metros de largo). Además, tiene la suerte de haber heredado una de las mejores y más recientes plataformas de la compañía, la misma del Fiat 500X, que admite diversos tipos de tracción, cajas de cambios de última generación e incluso motorizaciones híbridas que estarán disponibles dentro de muy poco tiempo.

La base es buena, como decía, pero antes de valorar todos esos aspectos toca analizar otro punto clave: el diseño. Generalmente, cuando pruebo un coche suelo pasar de puntillas por este apartado, porque ya se sabe que sobre gustos no hay nada escrito, y lo que a mí me parezca acertado, muy probablemente a otro usuario le pueda parecer un horror. Y viceversa, claro. Sin embargo, hoy sí me detengo a mirar el Renegade desde todos sus puntos de vista para dedicarle unas líneas al tema estético. Lo hago porque creo que es uno de sus grandes reclamos y uno de los pilares sobre los que se puede asentar la decisión de compra.

No nos engañemos, hay decenas de SUV que rivalizan con este Jeep.

Algunos de ellos son productos que pueden merecer mucho la pena, así que ante tal panorama, es normal que al comprador potencial se le nuble la vista cuando le toca decidir cuál será el próximo coche que ocupará su plaza de garaje.

Y es entonces cuando irrumpe el Renegade, cual cowboy a lomos de su caballo gritando ¡¡Yiiiiha!!, girando cabezas a su paso y dejando bien claro que no es un modelo cualquiera. Efectivamente, no es un coche del montón. Esas formas cuadradas o ese morro prominente con aire de todoterreno de toda la vida, le dan un toque tan peculiar como apetecible y alejado de esos diseños tan uniformes que se suelen dejar ver en el segmento. Es una idea valiente, porque mientras los demás apelan a la vida en ciudad, al día a día laboral y familiar en entornos urbanizados, el Jeep Renegade ofrece otra carta de presentación bien distinta.

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/1/  Dicen los responsables de la marca que existe una conexión entre el diseño del Wrangler y del Renegade. La robustez que transmiten sus formas lo deja bien claro. Esos pilotos traseros con firma lumínica en forma de cruz han creado escuela, incluso más allá de las marcas del propio grupo FCA.  /2/  Las llantas de 19 pulgadas forman parte del nuevo equipamiento del Renegade 2019. Le quedan muy bien al coche, pero ese tamaño tan grande asociado a unos ‘zapatos’ de medida 235 le hacen un flaco favor a las prestaciones del coche.  /3/ La posibilidad de emparejar el móvil mediante Apple Car Play y Android Auto es uno de los puntos fuertes de la dotación tecnológica.

Y no es que sea un vehículo especialmente todoterreno. Ojo con esto, que nadie se lleve a engaño.

Pero de alguna manera sí que quiere transmitir esa robustez y esa idea de aventura que algunos clientes buscan, por una simple cuestión de apariencia.

Bien cargadito de novedades

El modelo que aparece en estas páginas es la ultimísima actualización que ha llegado al mercado. Lo que tiene de nuevo es la apariencia exterior, con una parrilla rediseñada, unos faros LED que aportan personalidad y unas generosas llantas de 19 pulgadas; también son nuevos los motores de gasolina, que reemplazan a los de la gama anterior; y, como no, la tecnología está bien presente en este restyling a través del sistema de información y entretenimiento ‘Uconnect’ de cuarta generación o de los nuevos asistentes que hacen la conducción más segura.

De lo primero, casi es mejor contemplar las imágenes que ilustran esta prueba y que cada lector decida si le parece acertado o no el ‘lavado de cara’. A quien escribe estas líneas sí se lo parece, por si quedaba alguna duda. Pero es un opinión personal.

Sobre lo segundo, el grupo Fiat ha decidido barrer de un plumazo los motores de gasolina que estaban a la venta hasta este momento, para dar paso a una oferta distinta. Lo ha hecho porque en el panorama actual solo tienen cabida las mecánicas pequeñas, con turbo, filtro de partículas y capaces de admitir sistemas de hibridación.

Las normas anticontaminación dictan sentencia y todo parece indicar que, mientras duren los motores de combustión, este será el camino a seguir. ¿Y qué hay dentro del capó de nuestro fleet car? Un propulsor minúsculo, más o menos con el mismo cubicaje de un Seat 127 de hace casi 50 años, pero con los últimos avances tecnológicos y un rendimiento muy superior. Bajo la denominación 1.0 Turbo se esconde un motor tricilíndrico de 999cc, con 120 CV y un consumo medio oficial de 6,1 litros.

Sobre el papel todo encaja: es un bloque moderno, eficiente, da una potencia adecuada al tamaño y pretensiones del coche y permite contener el precio de partida ya que sólo se ofrece con cambio manual y tracción delantera. Es un motor que apunta a superventas, tanto en el mercado particular como en el de flotas. Al recorrer los primeros kilómetros durante la prueba me encuentro con una sorpresa agradable, ya que esta mecánica ni vibra ni hace mucho ruido, dos males endémicos en los motores de tres cilindros.

Sin embargo, la manera en la que entrega la fuerza cuando se pisa el pedal derecho no está a la altura de lo que uno espera. El Renegade con este motor es algo más perezoso de lo que puedan hacer pensar sus 120CV y 190 Nm de par (sospecho que por culpa de unos desarrollos del cambio muy largos); también es mucho más tragón, con un gasto real cercano a los nueve litros en condiciones de uso reales.

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Visto esto, llego a la conclusión de que este tipo de motores encaja muy bien en utilitarios del segmento B, pero no tanto en sus equivalentes SUV, porque son más pesados, tienen peor aerodinámica y montan ruedas más grandes (en este caso, el Renegade monta unos rodillos de 235 mm de ancho en llanta de 19 pulgadas, que quedan muy bien a la vista pero son muy incoherentes por lo demás). Todo ello lastra las prestaciones, no cabe duda. La solución, para quien quiera un puntito más de agilidad, es el motor de cuatro cilindros 1.3 Turbo de 150 CV, que también es nuevo y promete mejores cifras.  Y se asocia a un cambio automático de doble embrague que hace la conducción más cómoda en ciudad y en posibles escapadas offroad.

Sus argumentos van más allá

El Jeep Renegade puede destacar entre los vehículos todocamino a la hora de circular por el campo. Pero para ello hay que recurrir a las versiones de tracción total o a la denominada Trailhawk, que está especialmente diseñada para ello. Los demás, incluido el modelo de esta prueba, son eminentemente asfálticos. Este su entorno natural. En cualquier caso, ¿se puede hacer alguna salida esporádica por pistas? Sí, siempre y cuando sean de baja dificultad. La altura libre al suelo y alguna que otra cota permiten ciertas alegrías al rodar en tierra. No deja de ser un Jeep, a fin de cuentas. Más allá de sus aptitudes dinámicas, este pequeño SUV guarda varios secretos en su interior. El primero tiene que ver con la habitabilidad, que es bastante buena gracias a las formas cuadradas de su carrocería. A esto le sacan partido, especialmente, los pasajeros de la fila trasera, que no rozarán con su cabeza en la parte superior por muy altos que sean.

En los SUV de tamaño medio y grande se presupone una buena altura libre al techo, pero en un modelo de dimensiones compactas no es tan fácil de conseguir. Que se digan a los pasajeros habituales de un Nissan Juke… Otra sorpresa agradable es el nuevo sistema de infoentretenimiento de cuarta generación, con una pantalla táctil algo recargada en funciones pero de uso cómodo e intuitivo que permite integrar dispositivos móviles en la interfaz del coche mediante Apple Car Play o Android Auto.

Tampoco faltan asistentes de última generación para hacer los desplazamientos más seguros. Entre la dotación de serie figuran el aviso de salida de carril con corrección de la trayectoria y el asistente de velocidad con reconocimiento de señales de tráfico. El catálogo de opciones es interesante y, bien por separado o bien dentro de paquetes de equipamiento, se pueden incluir en el Renegade algunos dispositivos propios de segmentos superiores, como el aviso de colisión con control de frenada activo o el control de cruces en la parte trasera.

En definitiva, este pequeño Jeep es un SUV muy completo.

Ofrece buenas dosis de espacio, una postura elevada desde la que dominar la carretera, un maletero de dimensiones adecuadas para viajar con tranquilidad, una dotación de equipamiento a la altura de las circunstancias y, de paso, una imagen potente para dejar atrás a los más aburridos del segmento.

Un pelín más de vida en el motor y un precio más ajustado ayudarían a redondear un producto que, a pesar de ello, es bastante interesante.