El fabricante de vehículso Renault, a través de su área de movilidad representada por Mobolize, ha decidido dejar de operar con la marca de carsharing Zity en una de las ciudades más importantes del mundo y sede de la compañía del rombo, París, debido a “los importantes daños sufridos repetidamente por la flota”, lo que “ha mermado tanto la disponibilidad de los vehículos como la valoración cualitativa del servicio por parte de los usuarios”, según ha explicado la propia empresa.
“Siempre hemos contado con el apoyo del Grupo Renault, del Ayuntamiento de París y de sus ciudadanos desde el inicio de las actividades en la capital francesa en mayo de 2020”, ha señalado Zity, que arrancó en la ciudad de la luz con una flota de 500 Renault ZOE.
También cuenta con centenares de Dacia Spring, igualmente eléctricos.
La empresa opera hasta la fecha en los distritos principales de la ciudad, del uno al 16, pero también extiende su red hasta Boulogne-Bilancourt, Issy-les-Moulineaux y Vanves.
“La satisfacción del cliente es primordial y, a pesar de nuestros diversos planes estratégicos de mejora, se ha tomado la decisión de interrumpir el servicio en París, que será efectiva a partir del 15 de enero”, ha asegurado la firma de carsharing.
Durante su último ejercicio económico computado, 2022, Zity registró una facturación global de 12,4 millones de euros, un 56% más que en el año anterior, lo que supuso que se colocara en niveles de ingresos previos a la pandemia.
Asimismo, también consiguió a ser rentable en una de las ciudades en las que opera con regularidad, Madrid.
“El propósito de Mobilize es mejorar la vida de los ciudadanos a través de una movilidad sostenible, asequible y justa, y mantendremos este propósito en las ciudades en las que Zity opera actualmente: Lyon, Madrid y Milán”, ha afirmado Zity.
A cierre del año pasado, Zity contaba con una flota de unos 1.500 vehículos, con 700.000 usuarios registrados.
También a finales del ejercicio pasado se conoció que Ferrovial, la empresa que controlaba un 50% de Zity junto con Renault, decidió desprenderse de dicha mitad y traspasarla a la compañía francesa, que gestiona la totalidad del capital de la firma de movilidad.