miércoles 16, octubre, 2024

ÚLTIMO NÚMERO

NEWSLETTER

Prueba a fondo: Ford Focus, la virtud de saber aguantar el paso del tiempo

Share & Fleet

En este texto...

Autor

nadie le resulta extraño hoy hablar de plataformas comunes en los coches. Hace unos años era poco o nada corriente, pero ahora es una realidad extendida. El porqué de las estructuras modulares tiene que ver con la contención de costes de fabricación. Basta con desarrollar una sola ‘espina dorsal’ para dar soporte a una gama de modelos que no tienen por qué ser necesariamente de segmentos similares. De esta manera, el armazón de un compacto se puede convertir en el punto de partida de una berlina o de un SUV con unos pequeños retoques.

Quizá el ejemplo más conocido sea la plataforma modular MQB del grupo  Volkswagen, presente en infinidad de modelos de Seat, Audi, Volkswagen y Skoda. Sin duda, ha sido uno de los elementos clave de la estrategia empresarial del consorcio alemán en sus últimos tiempos. El hecho de que el Golf, el León, el Passat, el Octavia, el TT, el Ateca o el Arteon sean primos hermanos, siendo en realidad tan diferentes, deja claro que es una apuesta válida, ya que cada uno cumple con su papel a la perfección y ninguno da la sensación de estar hecho a base de retales de otro.

 

Ford Focus

 

Como decía, hoy es una práctica común, pero allá por 2011, cuando la MQB daba sus primeros pasos, casi no había competencia en este sentido. Y digo casi porque ese mismo año había un modelo compacto, el Ford Focus —por aquel entonces anunciaba la llegada de su tercera generación—, que ya hablaba de una plataforma global, de ahorro de costes de producción y de todas las ventajas derivadas de contar con una estructura que se implementaría en diferentes modelos. Los responsables de la marca aseguraban también que el Focus iba a ser prácticamente idéntico (casi al 90%) en todos los países en los que iba a estar presente, cosa que hasta ese momento era impensable.

Esto quería decir que el coche se había diseñado bajo la premisa de que debía ser capaz de triunfar en mercados tan dispares como el europeo, el asiático o el americano, cada uno de ellos con sus preferencias en materia de calidad, de comportamiento dinámico, de diseño… En fin, una tarea verdaderamente complicada sobre el papel, pero que habría de ser la clave de la nueva estrategia.

 

Lejos del aburrimiento

Por increíble que parezca, han pasado ya seis años desde el lanzamiento del Focus actual. En el camino ha habido un rediseño (2015), muy necesario para actualizar la estética y el apartado tecnológico, pero no deja de tener ya el compacto del óvalo una edad avanzada.

De hecho, en este momento se empiezan a conocer las primeras informaciones del que será su sucesor, probablemente en 2018.

En cualquier caso, a la tercera generación del Ford le queda aún mucha guerra por dar y nadie debería descartarlo —especialmente las empresas— porque es precisamente en la parte final del ciclo de vida cuando los modelos se encuentran mejor afinados y donde aparecen los precios más suculentos.

 

[su_carousel source=»media: 22588,22589,22590,22586″ width=»1600″ height=»1600″ items=»1″ title=»no» pages=»yes»]

 

Nuestro fleet car de este número, a pesar de no ser un modelo reciente, sí ofrece prácticamente todo lo que se le puede exigir a un compacto generalista de última hornada.

La actualización de hace un par de años trajo consigo una renovación de diseño con un frontal mucho más moderno, nuevos grupos ópticos delanteros y traseros, un portón distinto y una consola interior con funciones redistribuidas.

También puedes leer...
EEUU muestra tibieza en sus entregas a flotas hasta septiembre, con 1,65 millones de unidades

Pero no sólo eso, el Focus mejoró su pisada gracias a los ajustes de la suspensión y la dirección, añadió material aislante en puntos estratégicos para insonorizar el habitáculo y, como colofón, dio un giro a su oferta mecánica con la llegada de nuevos motores Euro6 como el TDCI de 150CV que monta el modelo de esta prueba. Por cierto, que la llegada de una serie de sistemas como el start/stop, el de recuperación de energía en las fases de deceleración o el panel móvil del frontal que regula el flujo de aire que llega al radiador, mejoraron la eficiencia al reducir consumos y emisiones.

 

Ford Focus

 

El compacto del óvalo es un vehículo enfocado a ese tipo de cliente que va a la caza de un buen producto que no sea caro.

Y esta es precisamente la primera virtud que encontramos en el Focus, ya que por una suma de dinero razonable encontramos todo lo necesario. Pero como hay tanta oferta generalista en este segmento, se hace imprescindible un toque distintivo que permita destacar entre la competencia. Y la conclusión a la que ha llegado quien escribe estas líneas después de haber compartido batallas con este Ford durante los días de pruebas, es que es un coche especialmente dinámico.

Así que los más quemadillos ya pueden ir sacando papel y boli para anotar este punto como una de las virtudes fundamentales del Focus. Cierto es que la unidad que ha pasado por nuestras manos se beneficia de una suspensión deportiva y unos neumáticos bastante anchos que mejoran el aplomo y la pisada. Pero incluso las versiones más básicas con chasis de serie y ruedas más moderadas, que son los que elige el común de los mortales y casi cualquier empresa para su flota, no dejan de tener ese puntito que tanto gusta quienes disfrutan conduciendo.

 

¿Por qué recomiendo el Focus a una empresa?

El Focus es un coche muy versátil que se adapta a las necesidades de cada empresa gracias a sus dos carrocerías y a un amplio abanico de motorizaciones que proporcionan la máxima eficiencia en consumo y emisiones, reduciendo el coste por kilómetro y las emisiones totales de la flota de tu empresa. Al rendimiento del Focus se suman las tecnologías para la conducción más innovadoras y una conectividad total. La conducción es más sencilla gracias al asistente de aparcamiento activo, la alerta de tráfico cruzado y el asistente de precolisión. Y SYNC 3 te ayuda a mantenerte conectado y entretenido permitiéndote realizar llamadas, encontrar puntos de interés cercanos y escuchar tu música preferida sólo con tu voz. Carlos Artola, Director de Flotas de Ford España

 

Al Focus le pasa como al Seat León, que una vez marcha parece más ligero de lo que es y permite bastantes alegrías a la hora de conducir en, por ejemplo, zonas reviradas. ¿Quiere esto decir que es un coche deportivo, incómodo o ambas cosas? No, ni lo uno ni lo otro, pero si hubiera que puntuar un apartado denominado ‘diversión al volante’ entre todos los modelos compactos de marcas generalistas, tengo claro que el Focus estaría bien arriba en la tabla.

 

Manda el diésel ¿Hasta cuándo?

Y ya que andamos metidos de lleno en el aspecto dinámico, es buen momento para hablar del diésel de dos litros y 150CV que da vida a este coche y que, como decía antes, pertenece a la última hornada de motores respetuosos con la norma Euro6. A este propulsor pocas pegas se le pueden poner: es enérgico y contundente en su respuesta, apenas se escucha en el interior gracias a un aislamiento bien trabajado y, para colmo, fija el consumo medio en 4,0 litros a los cien. Con semejantes datos en la mano parece mentira que el diésel esté en el punto de mira de las ciudades europeas. De hecho, los cambios de rumbo y las nuevas normativas mandan, y quizá no sería mala opción dirigir la mirada hacia la parte de gasolina que, dicho sea paso, Ford tiene bien trabajada. En este apartado existe una amplia gama EcoBoost para elegir, con un 1.5 de 150 CV como alternativa al TDCI de esta prueba, al que iguala en prestaciones pero no en consumo. Y es que los cuatro litros por cada cien kilómetros oficiales (pongamos cinco y pico en la vida real) del diésel son imbatibles frente a los 5,5 litros (entre siete y ocho en condiciones reales) del gasolina. Esta brecha es insalvable en cualquier comparación diésel/gasolina que se haga, al menos de momento.

También puedes leer...
La Diputación de Ourense renovará su flota en renting con 76 vehículos por dos millones

 

[su_carousel source=»media: 22596,22592,22594″ width=»1600″ height=»1600″ items=»1″ title=»no» pages=»yes»]

 

Dicho todo esto, el Focus tiene sus puntos mejorables.

El peso de los años se deja notar en ciertos apartados como el diseño interior, que ya se ve anticuado frente al de sus competidores más modernos, o el de algunos componentes como la cámara de visión trasera, cuya calidad es algo pobre, muy en línea con lo que se llevaba hace unos años pero con poca definición para los estándares de hoy.

 

Ford Focus

 

Otro aspecto en el que aprueba sin destacar es el de la habitabilidad interior, con unas plazas traseras de amplitud sólo correcta y un maletero de 363 litros, aprovechable pero poco generoso en volumen respecto a la media de su categoría.

En definitiva, se podría decir que es un guerrero del segmento ‘C’ que aguanta la batalla estoicamente con muchos argumentos de peso para seguir dominando.

Un coche aún muy interesante que, en el mundo de las flotas, se posiciona como el tercer modelo de Ford más demandado en ventas directas a empresas y el primero si hablamos de entregas en renting.

Parece tener buen recorrido por delante.

 

Con el móvil siempre a cuestas

Que los coches se han convertido en dispositivos de conectividad con ruedas es algo innegable. Durante el proceso de desarrollo de un nuevo modelo, los fabricantes preguntan al usuario, escuchan, toman nota y después lo plasman en sus nuevas creaciones. Es por ello que casi cualquier vehículo es hoy una especie de smartphone motorizado que mantiene al conductor y a los pasajeros permanentemente enlazados con esa realidad paralela que se esconde en sus bandejas del correo electrónico, redes sociales y demás. Ford aglutina esta tecnología en la plataforma SYNC, mediante la cual se puede reflejar el contenido del móvil en la pantalla de la consola central del Focus, emparejar el teléfono vía Bluetooth para poder hablar con manos libres -también cargar mediante una toma USB-, e incluso se pueden activar ciertas funciones con órdenes de voz para no quitar nunca los ojos de la carretera. Llevar la oficina y la vida social en el coche es un imperativo al que casi nadie renuncia hoy.

¿Dónde quieres recibirla?

    Más información


      Un reparto de última milla... ¿De película? El nuevo Transporter

      Lo más visto