España es el segundo fabricante europeo de vehículos, por detrás de Alemania, y, depende del año, ocupa la octava o la novena plaza mundial. Unas cifras muy significativas para un país relativamente pequeño en territorio y población.
Este liderazgo histórico en cuando a la producción de vehículos en nuestras fronteras se ha ido afianzando a lo largo de los años con la instalación de plantas por parte de varios grupos, de forma, que ya hay 17 factorías dedicadas a producir turismos y vehículos comerciales en España (16 si se deja de contar ya la de Nissan en Barcelona, cuyo cierre ha sido ya anunciado).
Los fundamentos de la industria automovilística en España son sólidos y viendo los puros datos se podría asegurar que nuestro país tiene un futuro brillante por delante.
No obstante, la industria de la automoción mundial está viviendo un potente proceso de transformación. Por un lado, a convertirse en proveedor de servicios de movilidad, en lugar de ser mero fabricante de productos, y, por otro, hacia una movilidad con menor impacto sobre el medio ambiente, primero a través de la electromovilidad y más adelante con la pila de combustible y otro tipo de soluciones.
En los tiempos actuales, pero sobre todo de cara al futuro, no es suficiente para ningún país, si quiere seguir teniendo una industria fuerte de automoción, ser un simple fabricante de vehículos y mucho menos solo con motores de combustión, sino que, en todo el mundo y en Europa, en especial, se ha iniciado una carrera por lograr la adjudicación de plantas de baterías para vehículos eléctricos.
https://fleetpeople.es/extremadura-fabrica-electricos/
Lograr la instalación de este tipo de factorías en España serviría de un gran seguro de vida para la industria nacional, puesto que impulsaría a los fabricantes con plantas de vehículos en España a producir más modelos electrificados made in Spain, ya que se beneficiarían de economías de escala y de reducción de costes, principalmente logísticos.
Está claro que España tiene que fabricar vehículos eléctricos (y también de pila de combustible) si quiere seguir siendo un hub mundial de producción, pero también componentes vinculados a la electromovilidad si anhela ser un destino más friendly con la electromovilidad y con las tecnologías de futuro.
Esto ayudaría a convencer a los directivos de las casas matrices del automóvil de apostar por España con grandes inversiones, asegurando el futuro de las plantas nacionales y de los miles de puestos de trabajo del sector.
La dirección que está tomando el sector de la automoción parece evidente y ahora es el momento en el que la industria nacional se la juega, puesto que ahora mismo se están decidiendo las sedes de las nuevas fábricas de vehículos eléctricos, híbridos, híbridos enchufables, baterías y componentes que se lanzarán al mercado en los próximos años y España no se puede quedar atrás.
Para ello, tendrá que hacer valer sus puntos fuertes, como son la mano de obra cualificada y relativamente barata, el buen clima social con los sindicatos, el apoyo de los diferentes gobiernos central y autonómicos y la calidad de fabricación, entre otros.
Baterías: Buenas noticias
Todo este cóctel que se está gestando en el sector del automóvil ha dado sus frutos en los últimos tiempos, ya que, en pleno reparto de los fondos europeos Next Gen EU, se han dado a conocer diferentes iniciativas vinculadas con la fabricación de baterías en España, como son el proyecto de Phi4Tech en Extremadura y también el del Grupo Volkswagen (con Seat) e Iberdrola en Cataluña, que será el primer Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) de España y que cuenta con el apoyo del Gobierno central.
La iniciativa de Extremadura, bajo la denominación ‘Proyecto Integral de almacenamiento energético de Extremadura’, contempla la puesta en marcha de una instalación productiva de celdas para baterías de litio en Badajoz y también de una factoría de cátodos en Cáceres.
Este proyecto, desplegado por Phi4Tech, movilizará una inversión de más de mil millones de euros y permitirá la creación de 1.300 puestos de trabajo directos, a los que habrá que sumar otros de carácter indirecto.
Por su parte, Volkswagen, Seat e Iberdrola, junto con el Gobierno, están trabajando en el primer PERTE en España, que está vinculado al sector del automóvil.
Esta iniciativa está abierta a la entrada de nuevos socios y contempla la puesta de una planta de fabricación de baterías para vehículos eléctricos en España, previsiblemente en la zona de Martorell (Barcelona), cercana a la fábrica de Seat.
Además de la planta de baterías, esta cooperación entre los tres gigantes automovilísticos y energéticos estará centrada en el suministro de energía renovable a las plantas de Volkswagen en la Península Ibérica y también en la contribución al desarrollo de la infraestructura de recarga de vehículos eléctricos en España.
Ante las dos iniciativas, la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, asegura que ambas que servirán para ayudar a que España “siga siendo líder en la industria del automóvil mundial, apostando por la movilidad sostenible”, mientras que el presidente del consorcio Volkswagen, Herbert Diess, señala que el proyecto en el que está inmerso su compañía representa “una oportunidad histórica” para transformar la industria automovilística española.
Por su parte, el director general de la Asociación Española de Proveedores de Automoción (Sernauto), José Portilla, subraya que desde su organización valoran de forma positiva la instalación de cualquier nueva capacidad o fábrica que posibilite el desarrollo “de la ya importantísima industria de componentes española”, incluyendo una o varias factorías de baterías.
Portilla, en declaraciones a Fleet People, apunta que las baterías representan un componente pesado y que es complicado de transportar, por lo que, en su opinión, la instalación de una o varias factorías de baterías “permitirá que varios fabricantes de componentes puedan mantener o impulsar su negocio” y también servirá para facilitar la adjudicación de la fabricación de nuevos vehículos electrificados a las plantas instaladas en España.
¿Y ahora qué?
Los primeros pasos ya se están dando. De momento parece seguro, o casi, que España contará dos puntos de fabricación de baterías (Barcelona y Extremadura), lo que representa un buen punto de partida en la carrera en la que participan los diferentes países productores de automóviles europeos y mundiales y también las comunidades autónomas españolas por recibir este tipo de centros para apoyar la fabricación de vehículos electrificados.
“España no es el único país que está apoyando sus industrias, por lo que tiene que haber fondos en calidad y de calidad adecuados para que las inversiones se realicen en España, por estamos compitiendo con los PERTE de otros países europeos”, alerta el director general de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac), José López-Tafall, en relación con la adjudicación de los fondos Next Gen EU.
Ya se han anunciado dos proyectos para poner en marcha plantas de baterías de modelos electrificados en España, aunque son muchas las comunidades autónomas que han presentado iniciativas para que se instalen estos centros en sus territorios, generándose celos entre los gobiernos regionales tras los anuncios en Extremadura y Cataluña.
Esta competencia ayudará a contar con los mejores proyectos y a lograr el objetivo de que España tenga un número ajustado a sus capacidades que podría situarse entre tres y cuatro fábricas.
España está bien posicionada en la fabricación de vehículos de combustión, también está adoptando una posición de liderazgo como centro productor de vehículos híbridos, híbridos enchufables y eléctricos y, poco a poco, también está logrando proyectos vinculados con la fabricación de baterías de modelos electrificados, que es el componente estrella.
Todo ello que servirá para cerrar el círculo de la industria española de electromovilidad, garantizando el mantenimiento del empleo del sector en un futuro marcado por las estrictas normativas en relación con el impacto medioambiental de los vehículos.