¿Se puede convertir en perfume el olor a mar y jazmín de Valencia? ¿Y el de los campos de lavanda de Los Ángeles? ¿Y el de la selva tropical de Australia? Patrick Douenat, referente internacional del mundo de las fragancias, no sólo dice que se puede, sino que lo ha conseguido.
A principios de los 90, Douenat trabajaba en la moda, viajando por el mundo y aprendiendo mucho de formas, colores, materias… Pero, siendo como es, un enamorado del perfume, sentía que esa explosión sensorial era incompleta, que le faltaba algo: el aroma. En las largas horas de aeropuerto, volando de país en país, empezó a crear en su memoria una biblioteca olfativa con las esencias que le gustaría reproducir o mezclar.
Y cuando su familia le pidió que se hiciera cargo de un negocio de velas, aceptó el reto para volcar en él su pasión por las esencias.
“Me propuse dejar a un lado las velas tradicionales y hacer velas perfumadas con olores y diseños exclusivos. Fue una época maravillosa, en la que aprendí mucho”, declara a Fleet People. Cuando el negocio familiar despuntó, decidió venderlo y dedicarse a reestructurar empresas de lujo para aumentar su valor.
“Pero cuando llevas la cera natural en tus venas, siempre estás pensando en volver”, confiesa. En muchos de sus viajes, coincidió con Juan Vila, dueño de la cerería tradicional Vila Hermanos. “Entre los dos había muy buena conexión, mucho respeto y admiración. Él había empezado a producir velas con cera natural, muy especiales, de alta gama. Empecé a albergar la idea de volver a este negocio. Vila estaba a punto de jubilarse y me planteé comprar su fábrica.
“Comenté mi idea con mi amigo Stefano Chirico y le entusiasmó hasta el punto de proponerme ser mi socio a cambio de un pequeño porcentaje”. Así fue como nació Ladenac Milano hace siete años. Vende perfumes de lujo para el hogar que se transmiten a través de velas, mikados o inciensos, y que cuenta también una división de productos corporales con aromas sublimes y de tés capaces de evocar paisajes remotos.
El nombre Ladenac, formado con las mismas letras que candela (vela en italiano), es un claro reflejo de su deseo de crear algo nuevo, de lujo, partiendo de la tradición ancestral.
“Las cosas han ido muy bien. Cuando compré Vila Hermanos trabajaban siete personas y había pérdidas. Ahora somos 42 personas y tenemos una progresión anual del 30%. Estamos muy contentos, pero lo más importante es que hemos conseguido nuestro propósito: hacer productos de lujo olfativo de la más alta categoría”.
Al aroma de las velas
Douenat tiene muy claras dos cosas. La primera, que no vende velas.
“Vendo aromas, sensaciones, experiencias… Es verdad que las velas son importantes para conseguir ese fin, porque tienen que estar hechas con materiales naturales y de acuerdo a procesos tradicionales. Pero las velas, igual que los mikados, los inciensos o los tés, no son el fin, sino el medio de trasmitir el perfume. Por eso son tan especiales”. La segunda cosa que el dueño de Ladenac Milano tiene clara es que no es perfumista.
“Voy por el mundo registrando aromas que me interesan y se los transmito a Emmanuel Philip, que es uno de los mejores ‘nariz’ del mundo, transforma los aromas de los que le hablo en perfumes inolvidables”.
La primera tienda de Ladenac Milano se abrió a finales del 2017 en Madrid, en el barrio de Salamanca.
Su fiel clientela está formada por mujeres de entre 35 y 50 años, que buscan una esencia especial para su hogar y, también, con la que identificarse a sí mismas.
“Son mujeres de negocios, con poco tiempo para estar en casa, que buscan un aroma que les ayude a sentirse protegidas, en calma, en casa. Para mí el perfume es una invitación al bienestar que nos hace amar el momento en que estamos, que da calor al corazón. Juega un papel en nuestro equilibrio psicológico, nos hace sentir mejor y quiero vincular a mi marca con esas sensaciones”.
Los productos de Ladenac Milano también ha conquistado las más altas esferas: “Hemos realizado un perfume especial para la Casa Real Española con notas de jazmín y nardo, con olores que recuerdan las particulares esencias de este país”, explica Douenat, que prevé dar sus siguientes pasos en Asia. “Es un lugar al que acudo mucho, con aromas verdaderamente espectaculares. Me gustaría crecer allí como empresa”, confiesa.
Esperaremos impacientes su regreso para disfrutar de sus descubrimientos en sorprendentes perfumes.