El constructor de automóviles italiano Fiat acaba de renovar uno de sus iconos históricos, el utilitario compacto Panda, al que ha optimizado con cinco nuevos niveles de equipamiento y una opción referencial, el acabado Sport, que es la que ocupa estas dos páginas y que hemos tenido la oportunidad de conducir recientemente.
El Fiat Panda no necesita presentación. Acaba de cumplir cuarenta años de vida y forma parte de la cotidianidad de muchísimas ciudades de Europa.
Esta nueva entrega revisada a finales del ejercicio pasado ha ganado muchos enteros en cuanto a diseño y funcionalidad práctica en el entorno de las grandes ciudades, un medio ambiente en el que se desenvuelve como pez en el agua.
El Panda Sport entra de lleno en esta filosofía de vida, con una firma exterior en la que sobresalen unas llantas distintivas de dieciséis pulgadas, nuevos tonos para los embellecedores y retrovisores y tiradores en el mismo color de la carrocería.
En el interior, presidido por una tapicería trabajada con piel ecológica, destacan el revestimiento del techo negro, el salpicadero en color titanio, las múltiples costuras rojas como evidente signo de deportividad y un equipamiento multimedia en el que se incluye de serie radio con pantalla táctil de dieciocho centímetros, configurador para Apple CarPlay y Android Auto y soporte para teléfonos inteligentes.
Este automóvil con un neto carácter urbanita entronca de raíz, como ya ocurre con otros vehículos de Fiat, como el 500, con un tipo de cliente muy definido y moderno, por qué no decirlo.
Fiat Panda: El encaje más pro
En el ámbito profesional, con el autónomo liberal que tiene que utilizar su vehículo como herramienta de trabajo diario y que necesita un transporte compacto, funcional y apto para atender sin concesiones la movilidad ágil que requiere la circulación por las calles más pequeñas y complicadas de las almendras de la city.
Para complementar las cualidades del nuevo Panda Sport, uno de los grandes añadidos aportados por el fabricante italiano es la adopción de nuevas mecánicas respetuosas con el medio ambiente.
Tanto la versión Sport que nos ocupa como el resto de variantes del Panda 2021 —Panda, City, City Life, Cross y City Cross— se ofrecen en el mercado con un sistema de hibridación suave o mild hybrid que ofrece al conjunto una conducción asequible y, sobre todo, la posibilidad de cerrar el círculo de sostenibilidad de este modelo en las ciudades.
Eso se traduce en la etiqueta ‘ECO’ que posee, y que como les señalamos con recurrencia en estas páginas, significa que puede circular por el centro de una urbe aun contando con las jornadas de limitación de acceso por episodios de contaminación. También permite aparcar donde queramos, y poder hacerlo, en localizaciones donde los vehículos movidos por combustibles tradicionales no pueden hacerlo.
No nos cansaremos de repetirlo. Las etiquetas ‘ECO’ y ‘0’ son interesantes para una utilización privada de un vehículo, pero en el caso de un uso semiprofesional o profesional al cien por cien, se nos antojan como un elemento fundamental.
Representa la diferencia entre trabajar en condiciones y no hacerlo. Y este Panda Sport ofrece dicha posibilidad. No todos los automóviles en este segmento pueden decirlo.
La propulsión hibridada de este Panda utiliza un motor de un litro de gasolina de 70CV de potencia junto con un motor eléctrico adicional que recupera la energía durante el frenado y la desaceleración. El uso de esta tecnología en el Panda reduce las emisiones de dióxido de carbono hasta en un 30%, según la marca de automóviles.
Al Fiat Panda Sport híbrido se puede acceder en el mercado de renting por una cuota aproximada de 275 euros mensuales sin IVA para un contrato de 15.000 kilómetros anuales durante 48 meses. La opción de gasolina convencional está disponible desde algo menos de 250 euros mensuales. Estas dos propuestas incluyen servicios full de mantenimiento y servicios.