Las cosas han cambiado mucho, pero mucho, en los últimos tiempos para la antigua Northgate, ahora denominada Redde Northgate tras su fusión anunciada a finales de 2019 con la empresa de servicios también británica Redde.
Atosigada hasta entonces, y de manera recurrente cada vez que tenían ocasión, por el ala minorista de su accionariado, los ejecutivos de la empresa tuvieron la gran idea de adquirir otra compañía —Northgate controla el 54% de Redde—, efectuar una nueva emisión de títulos bajo la nueva sociedad y dar entrada a savia inversora renovada que respaldara su gestión diaria y, sobre todo, que no fuera tan incómoda.
El resultado final no era otro que conseguir diluir más la posición de los minoritarios. Hacerlos más pequeños.
Aunque algunas de las voces de esa parte del capital de Redde Northgate siguen hoy sin callarse, ya que en marzo pasado se supo que votaron ampliamente en contra de aprobar la remuneración del equipo directivo correspondiente a su último ejercicio fiscal —con cerca de un 40% de los votos—, la realidad manda y el caso es que la empresa mantiene ahora una flota de vehículos más grande que nunca, cerca de 120.000 unidades, y proporciona gestión, cobertura y mantenimiento a un total de 600.000 automóviles con 6.000 empleados y 170 localizaciones en Reino Unido, Irlanda y España.
Un elemento que llama la atención y que habla bien de la evolución de la empresa no se centra en su desarrollo bursátil intrínseco, aunque su acción bordea ya las 400 libras y continúa su camino hacia un pico natural de unas 500 libras por título, sino por sus buenos ratios de deuda, por ejemplo.
En su último balance semestral, Northgate reportó una deuda a corto (12 meses) y largo de unos mil millones de euros, contrapuestos con liquidez en caja y cobros debidos por valor de unos 600 millones. Combinado con un ratio gestionable de deuda de 1,4 veces su Ebitda, el futuro a medio plazo de la compañía especializada en vehículos comerciales tiene buena traza.
Northgate España: progresa
Las cosas marchan también para la división española de Northgate, que en su último semestre fiscal (mayo-octubre de 2021) incrementó su volumen de flota de vehículos hasta 51.100 unidades, un 8,6% más, en tanto que situó sus ingresos en un punto equilibrado de 135,8 millones de libras, un 0,3% más, con un alza en los beneficios desde los 1,3 millones del mismo periodo del ejercicio anterior hasta los 4,1 millones de su primer trimestre fiscal de 2021.
Con un contrato de duración media establecido en tres años, el ratio de utilización de flota de la filial española de la empresa de renting flexible fue del 93%, dos puntos por encima del primer semestre de 2020. La compañía dirigida por el ejecutivo Jorge Alarcón también adquirió 7.200 automóviles, y se desprendió de 3.100 unidades.
En conjunto, el grupo Redde Northgate ha incrementado sus resultados de ingresos en más de un 10% durante su primer tramo analizable del ejercicio fiscal actual —contabilidad británica, arranca en mayo y concluye en abril—, con 613 millones de libras y un 47% más de beneficio después de impuestos, hasta 27 millones de libras.
Y un punto más: Northgate, que continúa siendo tras su fusión con Redde el mayor alquilador en régimen de alquiler flexible de vehículos comerciales de Europa, ya no tiene que asustarse por el minucioso escrutinio de su antaño principal accionista privado, el fondo de inversión Crystal Ambers, que criticaba de modo continuado el modo de operar de la empresa de renting porque, en su opinión, no daba los beneficios que el grupo consideraba necesarios.
Eso sí… Hete aquí que Covid-19 ha resultado nefasto para toda la economía y para muchísimas empresas.
Por supuesto, los fondos de inversión no se han librado de la pandemia.
En febrero pasado, el fondo propiedad del millonario Richard Bernstein anunciaba que daría los primeros pasos para liquidar sus inversiones y estructura, después de recibir el año pasado, precisamente, constantes avisos sobre su modelo de gestión por parte del accionista mayoritario de Crystal Ambers, el también fondo de capital neoyorquino Saba Capital.