ALBERTO GARCÍA director de Marketing de Skoda
Teniendo en cuenta que me considero joven…, tanto que aún digo eso de “cuando éramos (aún más) jóvenes”, me sorprende darme cuenta de lo mucho que está cambiado la sociedad y, especialmente, la forma de consumir.
Se trata de un cambio promovido por las nuevas generaciones y en especial por los llamados millenials, los cuales ayudan a que, poco a poco, también los que no tenemos tal denominación, cambiemos nuestras preferencias de consumo.
Cuando pienso en nuestra adolescencia, recuerdo que nuestro mayor anhelo era el poder optar a disfrutar de algo… poseyéndolo. Creo que no me equivoco afirmando que la mayoría de nosotros quizás no lo verbalizó, pero seguro que pensó alguna o varias de estas frases (con este u otros aspectos materiales): “Deseo tener un iPod”, “Deseo poseer un ordenador”, “Quiero comprarme una casa” o “Necesito comprarme un coche”.
Hoy en día se percibe otra forma de pensar, especialmente, como decía antes, por parte de los nacidos poco antes del cambio de milenio. Para éstos, el mero hecho de poseer, de tener, de disfrutar en propiedad no es lo que produce la satisfacción, sino que lo que de verdad persiguen es experimentar, disfrutar y quizás, sobre todo, compartir.
Es evidente que el uso de las redes sociales ha sido culpable en el incremento de uno de los significados de la palabra compartir y es que hoy en día, es posible hacer partícipe de lo que uno está haciendo con un sólo clic o tap. Pero yo no pretendía referirme a ese significado de compartir. Cuando tengo conversaciones medianamente serias con mis sobrinos, cuando realizo entrevistas, cuando a nivel compañía realizamos investigaciones de mercado o simplemente cuando tienes la oportunidad de conversar con ellos, te das cuenta que para ellos lo más importante es poder estar con sus amigos, viajar, “vivir la vida”.
Los nacidos poco antes del cambio de milenio persiguen experimentar, disfrutar
y, quizás, sobre todo, compartir
Hace poco descubrí una aplicación web que vende escapadas de fin de semana sin especificar el destino. Normalmente se utiliza en grupo: los amigos contratan y pagan un viaje sin saber el destino al que irán hasta que sólo faltan dos días para partir. En este caso ni siquiera es suficiente con compartir la experiencia de viajar sino que incluso se busca “disfrutar” de la definición por sorpresa del destino para el grupo.
Es por ello que, desde Skoda afirmamos y mantenemos que “Hacer es el nuevo Tener”. Estamos convencidos de que son muchos los que, antes que nosotros, han llegado a esta visión por lo que, por supuesto, no nos consideramos pioneros en este sentido. Pero sí que creemos que somos innovadores en el uso de esta idea para la construcción y definición de nuestras acciones de marca, más cuando la propiedad de los vehículos se cuestiona por iniciativas empresariales que ya ofrecen el uso del coche a los usuarios utilizando diferentes vías de compartición.
Basándonos en esta idea, hace unos meses ideábamos una campaña de marca cuyo inicio era investigar el motivo por el que la sociedad española quiere un coche.
Y de hecho, el punto de partida de la campaña no era otro que una investigación encargada a un instituto reconocido a una muestra de mil personas a las cuales se les pedía abiertamente su opinión sobre el uso del coche. Por primera vez, una marca de automoción se atrevía a preguntar a los españoles para qué quieren un coche y las razones que se esgrimen tanto a favor del “coche Sí” como del “Coche No”. Nuestra intención no fue otra que plantear con honestidad una pregunta que ya estaba en la calle y conocer los argumentos y opiniones de los españoles sobre el uso y la propiedad del coche y así poder tener las bases para conectar de verdad con los consumidores.
Los datos del estudio reflejan que el coche sigue siendo un sinónimo de libertad y de independencia.
De hecho, es un lugar donde la gente sigue “viviendo” algunos de los mejores momentos de la vida.
Se viven flechazos, se disfruta de “las primeras veces”, se utiliza para escapadas varias, viajes, se cantan todo tipo de canciones, se sonríe, se ríe, se llora, se blasfema, en definitiva se experimentan un sinfín de sensaciones más o menos personales. Algunas se comparten públicamente, otras sólo con los amigos, otras sólo con la pareja y algunas pocas sólo para uno mismo.
Y de nuevo en el análisis del resultado de la encuesta se refleja que cuanto más joven es el encuestado, más peso pone en las experiencias como tales y menos en si el coche era o no de su propiedad.
Basándonos en lo que refleja el estudio, nos atrevimos a lanzar nuestra campaña que se apoya en la pregunta: “¿Para qué quieres un coche si no es para vivirlo?” Y es que si los coches son para vivir experiencias, la gente necesitará un coche que aguante su modo de vida, que esté pensado para que uno sólo tenga que dedicarse a vivir, a experimentar y a compartir… En definitiva un coche que, al igual que el resto de productos consumidos, consiga satisfacer las nuevas demandas necesidades: Compartir, experimentar, aprovechar el momento, saber disfrutar de los pequeños detalles, estar con los amigos, en definitiva… Vivir.
Estos u otros conceptos similares son cada vez más importantes para los “nuevos” consumidores y las marcas deberán ser capaces de ofrecer productos que satisfagan este nuevo tipo de consumo que se basa menos en Tener y mucho más en Hacer.