Con la llegada del verano y las altas temperaturas, la Asociación Española de Entidades Colaboradoras de la Administración en la Inspección Técnica de Vehículos (AECA-ITV) ha advertido que el motor, el turbo compresor y los neumáticos son alguna de las zonas del coche que tienen más riesgo de sufrir una avería.
El motor es una de las partes que más falla en el verano, por lo que la asociación ha aconsejado parar siempre si empieza a calentarse por encima de lo normal, esperar a que se baje la temperatura y revisar el nivel del líquido refrigerante. Es más, han apuntado que antes de emprender cualquier viaje se revise el nivel y estado de todos los líquidos del vehículo para reducir el riesgo de sufrir una avería.
El turbo compresor es otra de las partes del coche que más puede sufrir con las altas temperaturas debido a que, por su ubicación, no es de fácil acceso para la refrigeración y es el propio aceite el que se encarga de lubricarlo y refrigerarlo. Para evitar daños, la asociación aconseja que al llegar al destino, se deje el motor encendido un par de minutos para refrigerarlo y evitar apagarlo de golpe, puesto que el aceite se deteriora y daña el eje de la turbina.
Asimismo, los neumáticos son otra parte frágil del vehículo, por lo que es «imprescindible» que se revise la presión de las cuatro ruedas del coche periódicamente y, principalmente, antes de la realización de cualquier viaje. Además, hay que tener en mente que cuanto más baja sea la presión del neumático, no solo aumenta el consumo de combustible, sino que también es más fácil sufrir un reventón.
Las vacaciones también pueden provocar fallos en los frenos, ya que se tiende a sobrecarguemos el vehículo con equipaje, lo que unido a las altas temperaturas externas hace que los frenos se calienten más de lo normal. Para evitar cualquier problema, se debe comprobar el estado de las pinzas, las pastillas y los discos; revisarse el nivel de líquido de frenos y, si es necesario, cambiarlo antes de cualquier viaje o según las prescripciones indicadas por el fabricante.
Por último, con los cambios de temperatura a los que está sometido el vehículo, se pueden producir pequeñas fugas de gas en el sistema de aire acondicionado, por lo que una recarga de gas cada dos años puede servir para mantener un correcto funcionamiento del aire acondicionado, aunque lo recomendable es realizar una revisión del circuito según indique también el fabricante.