La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha anunciado que su Gobierno aplicará medidas proteccionistas comerciales en señal de represalia si el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, cumple con su propuesta de imponer un arancel del 25% a todas las importaciones procedentes del país latinoamericano, lo que pondría en jaque a la industria automovilística de la zona, que depende en un porcentaje mayoritario de los envíos de vehículos a EEUU.
En este particular, compañías de automoción como Ford, General Motors y Stellantis dependen de un modo relevante de la producción mexicana.
Hay que señalar que casi el 90% de los SUV con forma de pick-up que se matriculan en Estados Unidos se fabrican en México y que la industria del automóvil del país abastece el 25% del mercado estadounidense de producción de vehículos.
Sheinbaum ha declarado que, en caso de confirmarse la imposición de los aranceles por parte de Estados Unidos, México responderá con aumentos equivalentes.
La mandataria mexicana ha señalado que ese 25% podría traducirse de modo directo en la eliminación de hasta 400.000 empleos en Estados Unidos, además de elevar los precios de los productos para los consumidores del país, de acuerdo con una información publicada por Reuters.
Solo en el caso de los vehículos producidos en México, se calcula que un 25% en su tasa de exportación a EEUU supondría un encarecimiento por unidad de al menos 3.000 dólares, unos 2.800 euros al cambio actual.
De su lado, el ministro de Economía, Marcelo Ebrard, ha asegurado que una política de aranceles entre ambos países podría contradecir el tratado comercial USMCA, vigente desde 2020, y generaría efectos negativos en la integración económica regional.
El Instituto de Finanzas Internacionales ha advertido de que la posible imposición de aranceles por parte de EEUU podría derivar en un aumento del proteccionismo en la región, con impactos en los tipos de cambio, el comercio y los precios de las materias primas.