El banco de inversión Goldman Sachs tiene expuestos a través de diferentes inversiones unos 900 millones de dólares —860 millones de euros al cambio actual— en el fabricante de baterías eléctricas de origen sueco Northvolt, que la semana pasada anunció el inicio de su proceso de quiebra en Estados Unidos.
Goldman figura hasta la fecha como el segundo accionista de referencia en Northvolt, de acuerdo con una información publicada por Financial Times en la que alude a una carta dirigida por Goldman a sus clientes en la que asegura que este imapcto económico es “minoritario” teniendo en cuenta la cartera de inversiones del grupo.
Northvolt, desde su lanzamiento en 2016, se había convertido en una especia de esperanza para la industria de automoción europea en relación con la producción de baterías de litio-ion y con la vista puesta en su enorme dependencia de este tipo de componente respecto del mercado chino, que controla la mayoría del abastecimiento mundial de baterías.
A mediados de septiembre pasado, Northvolt anunció que se veía obligada a revisar su modelo de negocio, que en principio se gestó con el propósito de suministrar al menos un millón de baterías eléctricas con carácter anual.
La realidad, no obstante, y durante estos últimos años, es que Northvolt también ha dependido de China para la obtención de materiales críticos para la construcción de baterías, lo que en la práctica ha dificultado mucho su día a día.
El verano pasado, gigantes del sector automovilístico europeo como BMW cancelaron un acuerdo estratégico para el grupo valorado en 1.800 millones de euros para el suministro de baterías eléctricas.
Desde su llega al mercado y hasta comienzos de este ejercicio, cuando los problemas del grupo se agravaron, la empresa de origen sueco había recibido ya más de 11.000 millones de euros en forma de inyecciones de capital de diferentes actores, como es el caso de Goldman Sachs.
El otro gran accionista de referencia en Northvolt no es otro que el gigante del motor Volkswagen, que controla un 21% del grupo nórdico y que en 2020 firmó un acuerdo para los próximos 10 años para el suministro de baterías eléctricas.
El acuerdo estaba valorado en más de 13.000 millones de euros.
En este sentido, Volkswagen anunció la semana pasada un enorme acuerdo con la firma de vehículos eléctricos estadounidense Rivian que servirá, a través de una joint venture común, para producir parte de la futura familia de vehículos eléctricos del grupo alemán.
