Los fabricantes de automóviles, las redes de distribución, la industria auxiliar y todos los actores que tienen algo que ver con la automoción se encuentran ante una revolución, aunque se podría denominar como r-evolución, dado que se está produciendo lo que mucha gente asegura que será el mayor cambio en el panorama del motor de los últimos cien años.
Las palabras disruptivo, movilidad eléctrica, conducción autónoma o conectividad están en todos los corrillos y foros en los que se habla del presente y futuro del automóvil, tanto en España como fuera de nuestras fronteras.
Ahora no solo hace falta hacer buenos coches, con un diseño atractivo y disponer de una amplia red comercial con personal formado para vender los vehículos, sino que hay que dar un paso más. En estos momentos, a la hora de seguir siendo un player relevante hay que analizar otras variables como el impacto sobre el medio ambiente del transporte, la congestión circulatoria en las grandes ciudades, la necesidad de estar siempre conectadas de las personas o las tendencias que se introducen en la sociedad como la inteligencia artificial, el Internet de las Cosas o, incluso, la mala imagen, merecida o no, que se están ganando los combustibles fósiles, principalmente el diésel.
El sector de la automoción es consciente de que está inmerso en una nueva etapa clave para su futuro y, por ello, se habla desde hace un tiempo de la puesta en marcha del famoso plan estructural del automóvil en España.
Con ello se busca concentrar en un único y, presumiblemente, extenso documento, lo que sería una hoja de ruta con la que trabajar para asegurar la viabilidad en el futuro del negocio y de sumarse a los nuevos desarrollos tecnológicos y a los cambios en la demanda de los consumidores, cada vez más comprometidos con la protección del medio ambiente y que miran al automóvil con otros ojos.
Tras casi una década de crisis se puede decir que el automóvil en España, desde un punto de vista industrial y también de mercado, se encuentra ahora en situación saludable. Las factorías españolas han recibido la adjudicación en los últimos tiempos de nueva carga de trabajo, lo que pone de manifiesto que siguen siendo competitivas respecto a las de otros países, mientras que las matriculaciones en España siguen al alza, cerrando 2017 con 1,23 millones de unidades y una subida de casi el 8%, acercándose, cada vez más, a los añorados niveles precrisis.
A pesar de que la situación parece que se haya normalizado, de que se vendan más coches y de que las fábricas produzcan nuevos vehículos, desde el sector no quieren caer en la autocomplacencia por lo que ya están pensando en las medidas que habría que tomar, tanto por su parte, como por parte de la Administración Central y de los gobiernos regionales y municipales para asegurar el mantenimiento del empleo y de la viabilidad económica del sector a medio y largo plazo. Estas medidas, como no podría ser de otra forma, tienen muy en cuenta criterios económicos, aunque también están muy enfocadas a la movilidad sostenible, como un valor al alza, y que marcará el devenir el sector en los próximos años, pero también tocan otros criterios fundamentales y menos evidentes como la formación, la mejora logística, el apoyo a la investigación y desarrollo o la reducción de los elevados costes energéticos.
Cinco pilares de actuación
Como punto de partida, la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac) ha presentado un boceto de lo que podría ser el famoso plan estructural para el automóvil nacional, que está segmentado en ciclo bloques de actuación (fiscalidad, competitividad industrial, inversiones productivas, movilidad sostenible e inteligente y green city).
Durante la presentación de esta estrategia, el presidente de Anfac y vicepresidente de Renault, José Vicente de los Mozos, aseguró que en la asociación están manteniendo reuniones con agentes sociales, partidos políticos y diferentes actores para poner de manifiesto la importancia de implementar medidas que sienten las bases de futuro de una automoción fuerte en España. El plan cuenta con el apoyo de la Federación de Asociaciones de Concesionarios de la Automoción (Faconauto), que representa a los concesionarios, aunque siempre que se tenga en cuenta a la distribución.
En declaraciones a Fleet People, el presidente de Faconauto, Gerardo Pérez, muestra su apoyo a esta iniciativa, aunque subraya que todo plan estructural para el sector “tendrá que contar con la distribución”, al tiempo que destaca que el automóvil debe contar con una “voz única” para defender sus intereses.
“El plan estructural tiene que contar con las redes de distribución al mismo nivel que los fabricantes de automóviles y componentes”, apunta. El boceto de plan presentado por Anfac contempla la puesta en marcha de una nueva fiscalidad para los vehículos, que sea homogénea en todo el territorio español, así como que sea ‘verde’ y que penalice el uso y no la adquisición de los automóviles. De esta forma, apuestan por la introducción de un IVA reducido para el vehículo alternativo y aseguran que una fiscalidad ‘verde’ ayudaría a las comunidades autónomas y a los ayuntamientos a mejorar la calidad del aire y también la seguridad vial.
Igualmente, Anfac se posiciona a favor de una reducción en los costes de producción de los vehículos que se montan en España, pero no a través de la reducción de salarios, sino con flexibilidad laboral, con el impulso de medidas como el contrato de duración determinada, de relevo y de la formación dual, además de con mejoras en logística, como la reducción de tasas portuarias o el aumento de la capacidad de los camiones, que podrían generar ahorros de hasta cien millones de euros.
Además, cuantifican en entre uno y tres millones de euros el ahorro energético que se podría lograr de llevar a cabo acciones como la subvención para compensar los costes de las renovables, entre otras acciones posibles. Otro de los puntos en los que habría que trabajar sería en las ayudas a la inversión, con una dotación específica para el sector del automóvil, mientras que también habría que potenciar las ciudades como áreas de referencia para la movilidad sostenible, con el objetivo de cuadruplicar la cuota del mercado de vehículos alternativos en las grandes ciudades y de impulsar el despliegue de la infraestructura de carga de los coches eléctricos.
Alternativos: 150 millones
Entre las peticiones cuantificadas del plan desvelado por Anfac destaca la demanda de un plan estructural único para el vehículo alternativo, dotado con un presupuesto anual de 150 millones de euros, como una medida que tendría una vigencia de dos ejercicios. Con ello, se contribuiría a que este tipo de automóviles alcanzara una cuota de mercado en España del 15% para 2025.
En la presentación de esta estrategia, el vicepresidente ejecutivo de Anfac, Mario Armero, aseguró que este plan busca desarrollar el vehículo alternativo, así como la infraestructura de recarga, como parte del objetivo de rejuvenecer la edad media del parque automovilístico español, que ronda los 12 años, con lo que ello supone de efecto negativo sobre la seguridad vial y el medio ambiente. Estas medidas tocan los diferentes palos que afectan al sector del automóvil en España, entre las que destacan la movilidad del futuro con vehículos impulsados con energías alternativas, la necesidad de mejoras industriales, logísticas y de reducción de costes energéticos y también de reformas fiscales que apoyen dichos objetivos y que ayuden a tener un aire más limpio en el conjunto del territorio nacional y, especialmente, en las grandes ciudades, que cada vez más se ven obligadas a poner en marcha medidas radicales como la restricción al tráfico.
La elaboración de un plan estratégico del automóvil parece una medida razonable como punto de partida para la r-evolución del sector y a la hora de hablar con las formaciones políticas, los agentes sociales, las empresas de otros sectores o con los reguladores europeos con el fin de garantizar los puestos de trabajo y el impacto positivo para la economía del conjunto del sector en España.
Convendría que los diferentes actores de la automoción en España acuerden unas actuaciones concretas que presentar de forma única ante las administraciones, con el fin de evitar llamar varias veces a la misma ventanilla y de evitar dar la sensación de un sector desunido.
Fiscalidad ‘verde’Una de las medidas más destacadas de las propuestas sectoriales es la puesta en marcha de la denominada fiscalidad ‘verde’ unificada, que afecte de forma exclusiva al uso de los coches y no a la compra, con un claro enfoque medioambiental, una medida que fomentaría la circulación por las carreteras y ciudades españolas de coches más eficientes. Dicha fiscalidad estaría en línea con la recomendación de la comisión de expertos para la revisión de la fiscalidad autonómica, que, entre sus conclusiones, recoge que una vía de avance podría ser la integración de los impuestos de matriculación y circulación, con una nueva tasa gestionada por los ayuntamientos y siempre dentro de un marco integral para la fiscalidad medioambiental. Además, dicho entorno fiscal ‘verde’ que apoye la renovación del antiguo parque automovilístico español y las nuevas tecnologías tendría un efecto directo sobre la seguridad vial, puesto que los coches nuevos incorporar entre su equipamiento de serie con elementos de seguridad de última generación que, en la mayor parte de los casos, los automóviles más antiguos no equipan. |