La crisis de los semiconductores ha trastocado los planes de todo el sector de automoción, un ecosistema en el que están inmersos, de un modo natural, los gestores de flotas de vehículos y las empresas de renting. El alargamiento en el plazo de las entregas de coches, la escasez de stock y la falta de disponibilidad de determinados modelos está modificando los hábitos de consumo de la movilidad de las empresas.
Y bajo ese contexto, la multinacional Arval ha diseñado una hoja de ruta que permite identificar cuáles son las prioridades y los objetivos que deben afrontar las empresas de todo tipo de tamaño para no sucumbir ante el desabastecimiento. Unos targets en los que la sostenibilidad desempeña un rol fundamental, por ejemplo.
“A lo largo de 2022 no se fabricarán más de 83 millones de vehículos en el mundo [normalmente la cifra se acerca a cien] y esto implica que el precio de los coches nuevos están subiendo y también en las flotas, porque los fabricantes están limitando mucho los descuentos para determinados volúmenes, los plazos de entrega son infinitamente más altos”, asegura el responsable de Arval Consulting en España, Eduardo Lahoz.
En este sentido, Lahoz asegura que “hay modelos que tienen hasta 12 meses de plazo de entrega, y esto es un problema para los gestores de flotas. Y para las renovaciones, nos encontramos con una dificultad añadida, porque como dato llamativo el vehículo usado también está en unos niveles de precio muy altos y se espera que se mantenga así”.
Bajo este escenario provocado por el shortage de suministros, nada como el sentido común.
Los vehículos eléctricos son un buen ejemplo de ello, porque aunque necesitan de un uso más intensivo de microchips para su fabricación, varios factores se han inclinado en favor de su producción: su precio de transacción más elevado y su intrínseca connotación sostenible ha puesto este tipo de automóviles en la parrilla de salida de los fabricantes de automóviles, acaparando toda su atención. De hecho, y según las estimaciones de Arval, los automóviles eléctricos puros han reducido en al menos un 20% los tiempos de espera y entrega en los dos últimos ejercicios, un aspecto que destaca sobre los plazos que se están cerrando en otro tipo de propulsiones como las híbridas, con un 20% de incremento en los plazos de entrega a cliente y con los motores de combustión, que han incrementado sus tiempos en un imponente 40%.
“Estos datos nos aportan un horizonte claro de hacia dónde nos podemos dirigir”, asegura Eduardo Lahoz, que además asegura que “es un momento bueno para acelerar la transición energética de las empresas, bajo un escenario en el que hablamos de unas pocas semanas para recibir un vehículo con características ecológicas. Es un tiempo perfecto, además, para preparar los procesos de infraestructura de recarga de la compañía”.
Flotas: Adaptación natural
¿Cómo está afectando esta situación en el día a día de las flotas? Manuel Orejas, director de Desarrollo de Negocio y Marketing de Arval, es claro al respecto, al habla con Fleet People.
“Más que pedir ampliaciones, tenemos que hablar de renovaciones de contratos, y han crecido mucho debido a esta situación. Hay que tener en cuenta que nuestra misión fundamental es que fomentar la movilidad de nuestros clientes y, si tomamos con distancia lo que ha ocurrido en el mercado y lo que esperábamos de las matriculaciones, tengo que decir que ha habido muchas ampliaciones tácitas de contratos, sí”, afirma el directivo a esta publicación.
No obstante, Orejas recalca que durante esta última etapa temporal “no hemos medido exactamente todas las ampliaciones de coches, aunque sí lo hicimos en la primera crisis poscovid, porque en ese momento sí que influyó mucho en la flota. La realidad es que hoy hemos proporcionado mucha flexibilidad al cliente en el ámbito de las devoluciones a los clientes, a alargando nuestra relación, y tengamos en cuenta también que si abordamos la perspectiva desde el punto de vista de los precios franco-fábrica y los descuentos, que han bajado, pues el resultante es que hay muchos clientes que lo que quieren es ampliar sus contratos actuales”, subraya Manuel Orejas.
Con una tasa de renovación aproximada en el ámbito corporativo de entre el 65% y el 70%, esto es, si a Arval le devuelven 10 vehículos, la compañía recibe siete nuevos.
“Nos encontramos ante una tasa de renovación que es similar a la de ejercicios anteriores”, remarca Orejas.
Replantear la estrategia de contratación de flota, adelantar los procesos de pedidos, revisar los costes totales de propiedad (TCO) y tener en cuenta —muy en cuenta— la flota conectada para el futuro inmediato. En el entorno en el que nos movemos, esas cuatro variables marcarán el éxito o el fracaso de la política de contratación de vehículos de nuestra empresa en el corto plazo.
Así, desde luego, lo piensa Arval, que ya está trabajando con sus clientes para determinar en todo momento cuáles son sus necesidades de movilidad y ajustarlas a cada momento. Esta planificación incluye elementos y variables que no siempre se tienen en cuenta, como por ejemplo la introducción de un Impuesto de matriculación más oneroso para el sector del automóvil, y vigente desde este año tras sucesivas dilaciones en el tiempo. Significa, a la postre, vehículos más caros en muchos más casos, algo que repercute de modo directo en la cuota de renting que hay que abonar.
“Este es un apartado que llevábamos trabajando con los clientes desde 2018, incluso cuando no estaba claro el nuevo esquema porque se habían propuesto incluso esquemas mas duros”, señala Orejas, quien determina que “a todas las grandes flotas les mostramos todos los escenarios para que vieran cómo les impactaban en función del modelo. En este sentido tengo que decir que me da la sensación de que los clientes ya habían tomado cartas en el asunto y de ahí el alza en la electrificación de la flota de vehículos que no tributa”.
Con un entorno que prima fiscalmente a los coches eléctricos puros y penaliza a los de combustión con más emisiones, el director de Desarrollo de Negocio de Arval incide en que “el cliente corporativo de gran empresa sabe mucho, son expertos, y en pyme y demás sociedades pequeñas puede haber más sorpresas y que les cuadre o no el alza fiscal, pero lo cierto es que en realidad no es que se comparen cuotas actuales con las anteriores, simplemente es que estamos encontrándonos ante un nuevo escenario con una nueva base y una nueva realidad”, afirma Orejas.
Subiendo la huella eléctrica de todo el sector
Lo que es evidente es que la huella verde está creciendo a paso de gigante en el mundo empresarial.
Y la movilidad es la punta de lanza de todos. Cuando Arval inició su programa de electrificación global, planteó de modo esencial alcanzar un volumen de medio millón de automóviles electrificados en el horizonte de 2025.
Esto ocurrió hace dos años, y ahora se ha tenido que incrementar esa previsión más de 200.000 unidades para el mismo ejercicio, es decir, 700.000 unidades en 2025.
“El cambio está siendo notorio y casi nos hemos obligado a hacerlo. Nuestra producción de electrificados supuso en 2021 un 20% de nuestras matriculaciones, por lo que hemos tenido que incrementar un objetivo que ya nos parecía alto”, subraya Manuel Orejas, quien no obstante señala que la mayoría de los modelos que se han puesto en la calle han sido alternativas con motorización híbrida.
En el caso de los eléctricos puros, “vemos que en las ciudades hay un claro incremento de demanda en vehículos pequeños con estas características, pero hay que decir que dependemos mucho de la infraestructura de servicio asociada a ese tipo de vehículos porque en renting no se trata de sacar un coche adelante sino e proporcionar al cliente una experiencia completa, todo el producto con el servicio apropiado. Hay que garantizar el ciclo completo de servicio”, insiste.
Las empresas con flotas de vehículos son muy conscientes de que la crisis pandémica y la siguiente de los microchips están ahí, pero es indudable, asimismo, el cambio social que se está produciendo y cómo este conlleva hábitos y actitudes más sostenibles. En un momento en el que el renting supone ya un 25% de las ventas de automóviles en España, el análisis de los costes completos de los procesos de movilidad se ha tornado en fundamental, un detalle que no se le escapa a Arval.
Hay que tener en cuenta que un 30% del coste total de utilización de un automóvil se corresponde con el combustible, por ejemplo. Y el coste que supone disponer de vehículos infrautilizados en flota, o la revisión de los kilometrajes que hemos estipulado en el contrato. Visto así, la idea de asociar los contratos a proyectos de vehículos ecológicos con infraestructura integrada parecen la solución más efectiva en el medio y largo plazo.
Un activo que ya empieza a solicitarse desde las empresas, bajo un proceso que todavía resulta un poco complicado de obtener con forma de ‘pack completo’ —por ejemplo, incluyendo el poste de recarga de un eléctrico— porque entran en juego muchas variantes, pero que reporta múltiples beneficios si se colocan las luces largas.
“En la gran empresa está siendo un poco más difícil introducir las variantes eléctricas puras porque hay que saber por donde operan los coches y lo que hacen, y aportar mixes de soluciones de carga, y en muchos casos carga pública. Y también hay que considerar elementos como la tensión en los edificios, que hay que cambiar si se quiere adoptar una flota de vehículos más grande, con más contadores, cableado y controles”, explica Eduardo Lahoz.
Una realidad incuestionable hoy en día es que quien dispare primero, lo hará dos veces. Y parece que ha llegado el momento definitivo. Ha llegado la hora de cambiar el chip.
Nunca mejor dicho.
https://fleetpeople.es/crisis-chips-superavit-comercial-enero/