La máxima autoridad regulatoria del mercado bursátil de Estados Unidos, SEC (Securities & Exchange Comission) ha procedido a la apertura de una investigación formal contra el fabricante de automóviles local Fisker, que en junio pasado se declaró en quiebra.
De acuerdo con una nota hecha pública por la SAEC, la entidad habría enviado múltiples cartas al fabricante de vehículos solicitándole información sobre varios puntos de la estrategia e inversión de la compañía, especialmente en lo tocante a los últimos meses.
Fisker, en un paso previo al anuncio de su quiebra, inició un proceso de captación de fondos a través de instituciones financieras que no dio los frutos necesarios, lo que le obligó a comienzos de este año a reducir de un modo muy significativo el precio de su SUV Ocean, recién lanzado al mercado.
Los descuentos se contaron por, en algunos casos, más de 15.000 o 20.000 dólares por vehículo, en un desesperado intento de la marca por captar liquidez con la que sostener los pagos recurrentes de la compañía.

En este momento, Fisker ha procedido a vender todos los activos tangibles industriales para obtener más dinero, después de haber liquidado las existencias que le quedaban del Ocean a un precio muy inferior al de partida.
En este sentido, Fisker ya habría alcanzado algunos acuerdos con varios de sus acreedores, si bien espera la aprobación definitiva de un juzgado del Estado de Delaware para llevar a cabo su proceso de liquidación.
La cuestión al respecto reside en que el regulador bursátil del país ha expresado sus dudas sobre el plan de liquidación de Fisker y asegura que la compañía no ha explicado de modo “suficientemente claro” cómo va afrontar la operación.
Esta vista se celebra el miércoles.










