lunes 13, enero, 2025

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Historias de Nueva York: Verrazano

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Autor

Enrique García
Enrique Garcíahttps://cervantes.academia.edu/EnriqueGarc%C3%ADa
Periodista y filólogo, Enrique García ha sido profesor de Español en el Instituto Cervantes de Nueva York durante años, después de pasar por lugares tan dispares como Brasil, Italia o Polonia. Con bases en este momento a caballo entre Madrid y Mallorca, García aporta a Fleet People visiones bellas y cotidianas, pero sobre todo diferentes, de la ciudad de los rascacielos. En la sección EXTRA de la versión impresa, el automóvil es generalmente su punto de fuga habitual.

Uno de los puentes más impresionantes de Nueva York, es a su vez, uno de los más desconocidos. No existe, que yo conozca, ningún póster publicitario de la ciudad de Nueva York en el que aparezca anunciado el puente Verrazzano y no es fácil recordar cómo es su silueta sin tener que recurrir a una búsqueda en Google. No es, en definitiva, un puente icónico, como el de Brooklyn o el de Manhattan. Incluso el puente de Queensboro, probablemente el menos fotogénico de todos los viaductos de la Gran Manzana, aparece inmortalizado en el cartel de una de las películas más celebradas de Woody Allen.

 

En cualquier caso, y a pesar de esta lamentable indiferencia hacia esta construcción, el puente de Verrazzano es una apreciable obra de ingeniería.

 

Es importante recordar que, hasta hace pocos años, era el puente colgante más largo del mundo, superando al Golden Gate. Su tramo central tiene una longitud de 1.300 metros, de modo que cruzarlo es, realmente, una experiencia vertiginosa. Durante más de un kilómetro, uno tiene la sensación de estar viajando suspendido en el aire, mientras divisa a un lado la desembocadura del río Hudson y, al otro, las primeras olas del océano Atlántico.

 

En los años previos a su inauguración, la sociedad neoyorkina estaba dividida acerca de la conveniencia de construir un viaducto que conectara el barrio de Staten Island. A pesar de ser uno de los cinco boroughs de la ciudad de Nueva York (junto a Manhattan, Queens, Brooklyn y el Bronx), el barrio de Staten Island había permanecido orgullosamente aislado del resto. Era una zona con una escasa densidad de población, con algunas mansiones y casitas bajas, en las que las familias más pudientes solían buscar la tranquilidad que no encontraban en las otras zonas de la ciudad.

 

Hasta la construcción del puente, el único medio de comunicación entre Staten Island y el resto de la ciudad era un servicio de ferrys, que aún sigue en servicio actualmente.

 

En cualquier caso, tras apenas cinco años de construcción y sin apenas incidencias, el puente fue inaugurado en 1964.

 

La siguiente polémica llegó cuando las autoridades plantearon una lista de posibles nombres para el nuevo viaducto. Aunque muchos apostaron por conocerlo como puente John F. Kennedy, que había sido asesinado en Dallas pocos meses antes de la inauguración, la comunidad italiana defendió que aquella obra sería una gran oportunidad para homenajear a Giovanni da Verrazzano, un explorador toscano que, patrocinado por el rey de Francia, había sido el primer europeo en llegar a las costas de Nueva York en 1524.

 

Sin embargo, la figura de Verrazzano resultaba tan extraña para los mandatarios que cometieron el error de bautizar la construcción como puente de Verrazano, con una sola zeta, error ortográfico que perduró durante décadas hasta que, finalmente, fue oficialmente corregido en el año 2018.

 

En la actualidad, el puente de Verrazano es atravesado diariamente por más de 200.000 vehículos, y no hay neoyorkino que no haya oído hablar de él… aunque no sepan muy bien cómo es su silueta, ni tampoco cómo se escribe correctamente su nombre.

 

 

https://fleetpeople.es/historias-nueva-york-cosas-groucho/

 

 

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