Grecia y Estonia han sido claves con sus votos a favor para dar el espaldarazo a la normativa impulsada desde la presidencia belga de la Unión Europea en febrero pasado en un último intento por dar un marco legal apropiado a los denominados como ‘trabajadores digitales’ del euroentorno, en el que se incluyen los ‘riders’ de las populares aplicaciones de reparto a domicilio.
Todo texto relacionado con esta temática había sido bloqueado sin remisión y hasta la fecha por parte de una entente formada por las mencionadas Grecia y Estonia, pero también con las poderosas Francia y Alemania, si bien el cambio de opinión de las dos primeras ha facilitado la transición de la normativa desde el pasado lunes y tras una ardua sesión en la Cámara de Los 27.
La idea máxima bajo la presidencia belga era conseguir, y antes de que se acabe la legislatura actual, obtener un acuerdo sobre el asunto, después de que el último intento para su aprobación, en diciembre pasado, fuera bloqueado.
Sin embargo, ha sido una modificación que permite a los países una mayor flexibilidad en la hora de determinar qué es o qué no es un trabajador autónomo falso —algo de enorme recurrencia en el sector ‘rider’— incluida en febrero pasado la que ha permitido que Grecia y Estonia levantaran el veto, si bien Francia y Alemania continuaban en contra.
«Las nuevas normas aportarán a los trabajadores de plataformas más derechos y protecciones sin obstaculizar la capacidad de desarrollo de las plataformas», ha apuntado sobre la norma Nicholas Schmit, comisario europeo de Empleo y Derechos Sociales.
En este sentido, el mes pasado y ante la continuidad del bloqueo, hubo una gran polémica en la cámara del Parlamento debido a lo que se entendió como un veto innecesario y motivado por la influencia de grandes empresas y su relación con los países que negaban el acuerdo.
Tanto Francia como Alemania, las dos potencias que niegan el acuerdo, consideran de modo fundamental que tienen que ser los países y sus marcos legales autóctonos los que determinen la consideración de los autónomos, y no Europa con una directriz.
Nueva ley de riders: pionera, pero no deja conformes a todos
Lo que ha determinado la Unión Europa en esta nueva norma, si bien habrá que esperar a que finalice el expediente, es, en efectos prácticos, obligar a las empresas a que demuestren que sus trabajadores no son falsos autónomos, una situación que daría la vuelta a la tortilla por completo a su statu quo actual, en la que se trabaja con el proceso inverso. Es el empleado el que debe, en su reclamación, demostrar que no ha sido tratado como trabajador de pleno derecho, algo que ha resultado muy difícil hasta la fecha.
También incluye el texto legal de los ‘riders’ una regulación de los algortimos que controlan los movimientos de estos trabajadores, en el sentido de que los empleados deben estar informados en todo momento de que la empresa utiliza modelos automatizados de seguimiento y de la toma de decisiones, en función de estos, de medidas que pueden afectar a su trabajo.
Al respecto, estas decisiones automatizadas no podrán ser, a partir de ahora, tomadas sin la previa evaluación del factor humano.