Graphenano Nanotechnologies y el Instituto de Ciencia Molecular (ICMol) de la Universidad de Valencia han creado la primera batería con grafeno y sin metales que no puede arder ni explotar y que incrementa la eficiencia del dispositivo un 60%, según han informado en un comunicado.
La batería podrá emplearse en cualquier sector, desde la automoción (en vehículos y patinetes) y la aviación hasta dispositivos móviles, y será más económica que las actuales, al sustituirse los metales por grafeno. Según el presidente de Graphenano, Martín Martínez, el precio podrá reducirse entre un 20% y un 30%.
Así, la compañía estima que, considerando la producción de CATL (el mayor fabricante de baterías del mundo), la reducción en el uso de metales con la nueva batería de Graphenano podría conllevar un ahorro de hasta 6.000 millones de dólares (5.653 millones de euros) anuales, con lo que la reducción de costes en el sector a nivel global superaría los 15.000 millones de dólares (14.133 millones de euros).
La nueva batería de grafeno diseñada por Graphenano y la Universidad de Valencia supone una «revolución en el ámbito de la seguridad», pues no se calienta cuando cortocircuita ni al entrar en contacto con el agua, de forma que evita toda clase de explosiones e incendios.
El investigador del Instituto de Ciencia Molecular (ICMol), Gonzalo Abellán, ha explicado que este nuevo sistema de procesado de electrodos en las baterías es mucho más seguro que el convencional porque se han retirado los metales de los colectores que, junto con el litio, pueden reaccionar, haciendo que las baterías fuesen más peligrosas.
En las nuevas baterías se sustituyen las láminas de cobre, aluminio, níquel o acero por grafeno en la mezcla del polímero, reduciendo además su peso y volumen entre un 20% y un 30%.
La batería de grafeno diseñada por Graphenano y la Universidad de Valencia, al no contener los metales de los colectores, proporciona una reducción de entre el 40% y el 50% en emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera.
Además, el nuevo sistema facilita también el reciclaje gracias a que no incluye cobre ni aluminio y cuenta con menos capas que las baterías tradicionales.
Así, Abellán ha señalado que el grafeno será clave en la industria en los próximos años por su contribución a la transición energética, sobre todo en su uso para baterías, supercapacitadores, celdas fotovoltaicas y catalizadores. «Este mineral ha abierto una nueva puerta a la ciencia y a la sociedad, la de los materiales bidimensionales», ha apuntado.