
A grandes fortunas, grandes flotas

Pensamos en el Bugatti Veyron (dos millones), el McLaren P1 (un millón), el Ferrari LaFerrari (1,2 millones), el Porsche 918 Spyder (800.000 euros) o el Pagani Huayra (1,1 millones). Mercedes-Benz, de su lado, ha hecho renacer su marca Maybach para el modelo más caro de la Clase S, el Mercedes-Maybach S600 con motor V12.
Según el informe sobre la riqueza mundial de 2013 elaborado por Capgemini y RBC Wealth Management, el número de ricos (personas con un millón de dólares o más disponibles para invertir) aumentó un 15% respecto de 2012 (en total son casi 14 millones de personas), y el mayor incremento se produjo en China.
En ciudades plagadas de rascacielos en construcción, los más poderosos pugnan por tener el coche más grande, el edificio más alto, el hotel más lujoso. Sólo en esta coyuntura se comprende que Rolls-Royce acabe de firmar un contrato para vender 30 unidades de su modelo Phantom (unos 450.000 euros cada una) a una cadena hotelera china.
El año pasado, la firma británica, integrada en BMW Group, vendió 3.630 coches en todo el mundo. Esto supone su cuarto récord consecutivo, y un 28% de esos vehículos se entregaron en China. En 2007, el hotel Península de Hong Kong ya encargó 14 Rolls Phantom de batalla larga, pero ha sido ahora cuando el Hotel Louis XIII de Macao ha batido el récord al pedir 30 Phantom. El 16 de septiembre del año pasado, en la sede de Rolls en Goodwood, se firmó el contrato por el cual el empresario chino Stephen Hung adquirió la flota.
Además, dos de ellos serán verdaderos monumentos a la ostentación; gracias a sus numerosas inserciones de oro en el interior y en el exterior, serán los Phantom más caros que se hayan entregado jamás. Durante el acto, el comprador declaró: “Macao está transformándose rápidamente en la capital del lujo de China y al concedernos esta oportunidad, tenemos el honor de añadir a los numerosos signos de distinción que ya posee Macao, la mayor flota de automóviles Rolls-Royce, incluidos los dos vehículos más lujosos que la marca ha construido jamás. Louis XIII y Rolls-Royce comparten la misma filosofía, proporcionar la experiencia perfecta a los clientes más exigentes”.
Por su parte, el consejero delegado de Rolls-Royce Motor Cars declaraba: “Cuando la flota de automóviles llegue al hotel Luis XIII en 2016 (ahora en construcción), será uno de los espectáculos más impresionantes jamás visto en Macao”.
Cuesta imaginar que alguien tenga cientos de coches (sobre todo, porque no puede conducirlos todos), pero si las fortunas son cada vez más fabulosas, es lógico que las flotas de coches de los superricos también lo sean.
A finales de 2014, durante el Salón del Automóvil de Francfort, el presidente de Bentley y Bugatti, Wolfgang Dürheimer, declaró que los compradores del Bugatti Veyron (motor W16 con cuatro turbos y 1.200 CV) poseen de media otros 84 vehículos. La cifra fue muy celebrada por los colegas de la prensa por su espectacularidad, pero hay otras muchas cifras sobre Bugatti que igual de impresionantes.
Abundan los clientes que tienen dos, tres o cinco Veyron, y en el sector se rumorea que la marca pierde casi cinco millones de euros por cada coche que venden a dos millones. Pero están bajo el paraguas del todopoderoso Grupo Volkswagen, que acepta estos gastos como una inversión en tecnología e imagen.
¿Quién tiene las mayores flotas de coches para su uso y disfrute personal? Hay que partir de la premisa de que disponer de entre 25 y 50 coches es algo bastante habitual entre los aficionados a los automóviles clásicos.
En capitales españolas como Madrid, Barcelona, Valencia o Vigo hay ejemplos de ello, aunque sus propietarios no suelen tener interés en difundirlo. El temor a la Hacienda Pública y a los robos parecen las razones principales.
Pero sí hay algunos que las exponen en museos llenos de encanto, como la magnífica colección de Rolls-Royce “Miguel de la Vía” que hay en Torre Loizaga (Vizcaya) o el Museo Automovilístico de Málaga, con casi cien coches propiedad de Joao Magalhaes en la antigua Fábrica de Tabacos de 1923.
En España también había una de las mejores colecciones del mundo de coches de lujo ingleses, que al parecer contaba con unas 500 unidades.
Su promotor, empresario del sector, murió en accidente de tráfico hace algunos años y parece ser que la familia está dando salida a los coches poco a poco en el mercado internacional. Aunque este es un fenómeno relativamente moderno, en los años 50 ya había quien acumulaba automóviles compulsivamente.
Los hermanos Hans y Fritz Schlumpf, empresarios textiles, compraron tantos coches del máximo nivel que su empresa acabó quebrando, y hoy esa impresionante colección con numerosos Bugatti integra el Museo Nacional del Automóvil de Francia “colección Schlumpf”, con sede en Mulhouse.
En todo caso, muchos dan por hecho que la mayor colección del mundo es la de la familia real de Brunei, el pequeño país exportador de gas situado al noroeste de Borneo.
Es una antigua colonia británica y fue protectorado del Reino Unido hasta 1984. Antes del advenimiento de Bill Gates, el sultán era el hombre más rico del mundo, y como es fácil imaginar este caballero no se priva de nada.
Esto implica un palacio con 1.500 habitaciones o dos Airbus con lavabos de oro para su uso personal. Y lo más increíble es una colección de unos 5.000 coches del máximo nivel.
Parece ser que el Sultán es aficionado, pero los más forofos de los automóviles son su hermano, el príncipe Jefri, y su hijo Haakem. Jefri se educó en los mejores colegios del mundo y es un playboy tan derrochador que hasta sus propios hermanos tuvieron que meterle en vereda.
En 1995 sus excesos comenzaron a ser conocidos, y en 1997 la prensa destapó que se había marchado de su país con 12.000 millones de dólares.
Se dice que el sultán acumula cientos de relojes de lujo, y que una vez regaló a una chica un collar de diamantes de 10 millones. Durante muchos años la familia tuvo por costumbre comprar entre cinco y 10 unidades de cada superdeportivo que salía al mercado.
Esto incluye Ferrari F40, Porsche 959, Lamborghini Countach u ocho McLaren F1, cuando la producción total de este último fue de 64 unidades de calle.
Guarda más de cien Mercedes AMG (aparte de los Mercedes normales) , incluyendo el CLK GTR, del que sólo se fabricaron 25 unidades. La flota de Aston Martin y Rolls-Royce ronda las 300 unidades por marca, y la de Bentley supera las 400.
Algunos Bentley sólo se construyeron para su familia, con nombres tan sugerentes como Pegasus, Spectre, Val d`iser, Dominator o Java y también hay Aston únicos, como los Vantage familiares (Shooting Brake) y berlina, o los AM3 y AM4 creados por Pininfarina. La carrocera italiana ha entregado también Ferraris especiales, como los 456 de cuatro puertas, descapotables o familiares o los FX basados en el 512 M, con una carrocería especial. Otro Ferrari curioso es el Mythos.
Nació como prototipo Pininfarina para salones, pero al Sultán le gusto y le construyeron dos.
Lógicamente, todos estos datos no han sido nunca comunicados oficialmente, sino que son el fruto de fotos y filtraciones de quienes han podido verlos, como los mecánicos que los mantienen.
La familia real de Brunei posee residencias en Londres, y por eso se pueden ver por las calles algunos de sus coches. Igualmente algunos salen a subasta de vez en cuando.
Cuentan que Aston Martin sobrevivió muchos años gracias a la afición del mandatario asiático. Al parecer, en la marca británica tuvieron la picardía de aumentar innecesariamente la paleta de colores, sabiendo que el sultán compraría uno de cada tono.
El resto de las colecciones ni se acercan en volumen a la del sultán, y también varían mucho en cuanto a volumen y valor. La mayoría de ellas están en EEUU y hay quien tiene veinte coches, pero esa colección es más valiosa que otras de 200.
En el grupo de los exquisitos el primero es Ralph Lauren, el magnate de la moda. Con una fortuna estimada en más de 7.000 millones de dólares, tiene una colección de Ferrari que ya quisiera la marca italiana (Enzo Ferrari no guardaba coches “viejos”).
Su 250 GT California se cotiza en unos ocho millones, el 250 LM se en unos 10 millones, el 275 NART Spyder, en unos 20, el TR del 57 en unos 25 millones, el 250 GTO, en más de 30… Y eso sin contar el Bugatti 57 SC Atlantic (unos 40) o el Mercedes SSK “Count Trossi” (10 millones).
En una línea similar en cuanto a gustos se mueve Jon Shirley, ex presidente de Microsoft. No demasiados coches, pero sí los mejores.
Como Lauren, tiene un GTO de 30 millones, un 275 NART de 20 o un 375 MM único que Rosellini regaló a Ingrid Bergman.
La colección más conocida de EEUU es la del presentador de TV Jay Leno, gracias a su programa sobre coches. Atesora más de 200 automóviles de todas las épocas, y otros que construye junto a sus mecánicos.
En Asia y Oriente Medio también hay colecciones fastuosas, la mayoría de ellas ocultas para los medios de comunicación.
En India, Mukesh Dhirubhai Ambani tiene unos 200 coches de las mejores marcas, y en Abu Dhabi destaca el “Sheikh” Hamad Bin Hamdan Al Nahyan.
Guarda unos 400 automóviles, muchos de los cuales se exponen en el Emirates National Auto Museum.
Entre sus excentricidades destacan los coches que encarga construir a escala gigante, como un Jeep Willys cuatro veces más grande que el normal y que figura en el libro Guinness de los Récords.