El gigante estadounidense del motor General Motors ha anunciado que abandona todas sus actividades relacionadas con el desarrollo de su negocio de conducción autónoma de taxis, denominada Cruise, una filial en la que ha destinado cerca de 10.000 millones de euros en los últimos años sin obtener resultados concretos en la última década.
La empresa ha explicado que se dedicará a centrar los recursos invertidos en Cruise en su negocio esencial de automóviles, si bien continuará aplicando tecnologías en el ámbito de la asistencia al conductor.
En este último particular, GM destina anualmente una partida cercana a 2.000 millones de euros, una cifra que, según ha anunciado la consejera delegada de GM, Mary Barra, se reducirá a partir de ahora hasta mil millones de euros anuales.
La propia directiva aseguró hace solo un año que los robotaxis de Cruise serían capaz de generar 45.000 millones de euros anuales en términos de ingresos para General Motors a partir de 2030, una estimación que ahora ha considerado como «no alineada» con la estrategia de futuro de la empresa.
«Hay que entender con claridad el coste de gestión de una flota de robotaxis autónomos, que es bastante significativo y que no es nuestro negocio principal», ha afirmado Barra.
Hay que recordar que la compañía ha anunciado recientemente la venta de una de sus filiales en China, debido a la fuerte competencia local y a una mucho menor demanda de vehículos electrificados que lo esperado inicialmente.
A finales de octubre pasado, Waymo, la unidad de vehículos autónomos del gigante tecnológico Alphabet, anunció el cierre de una ronda de financiación por 5.600 millones de euros liderada por su empresa matriz Google.
Por su parte, el dueño de Tesla, Elon Musk, afirmó en septiembre que su empresa prevé lanzar un servicio de transporte autónomo de vehículos de taxi en California y Texas en 2025.
El último gran gigante que también está experimentando con vehículos robotaxi es Amazon, a través de su filial Zoox, que continúa trabajando en ello.