lunes 13, mayo, 2024

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El director comercial de Gastón y Daniela es un enamorado de las telas

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Esther Alonso
Esther Alonso
Gran experta en el área de salud, sector periodístico en el que desarrolló buena parte de su trayectoria profesional, Esther Alonso lleva 15 años escribiendo sobre eyewear y estilo de vida, una pasión-profesión que le permite ofrecer a los lectores de Fleet People las últimas y mejores tendencias actuales en moda, restauración, viajes y cuidado personal. Un auténtico refugio de placer cotidiano para los amantes del genuino lifestyle. Además de Fleet People, ha colaborado con otros prestigiosos medios como El País, El Español y revistas especializadas como Psychologies o Lookvision.

La historia de Gastón y Daniela (GyD) se remonta a 1876, cuando el empresario francés Gaston Poirier y su mujer, la española Daniela Bolivar, fundaron en Bilbao esta casa de tejidos, alfombras y cortinajes que chiflaba a la burguesía local de la época.

La buena gestión de Elisa Poirier, hija del matrimonio y viuda del empresario y diplomático austriaco Guillermo Wakonigg Hummer fue sin duda decisiva, no sólo para sacar adelante el negocio —y a sus nueve hijos—, sino para enfilarlo hacia la posición destacada que tiene hoy.

Aunque la llegada de Miguel Ángel Guisado es más reciente, para descubrir su amor por las telas hay que retroceder en el calendario hasta su infancia. “Mi padre trabajaba en el sector y la casa siempre estaba llena de muestras. Le ayudaba a subir y bajar catálogos de telas a su coche cuando iba a visitar clientes. Y, aunque yo estudié ingeniería, está claro que ya me había calado”, confiesa a Fleet People. La llegada de Guisado a la empresa fue un poco “de rebote” hace 15 años, cuando aún estaba estudiando la carrera. “Surgió una vacante en GyD y la cogí, aunque iba en dirección contraria a mis estudios”.

Match found, que dicen en las pelis.

Para este ejecutivo, estar en GyD supone trabajar para la empresa líder del sector en España y con un gran reconocimiento en el resto del mundo.

“Implica formar parte de una empresa que aúna una tradición y bagaje de casi 150 años con las últimas tendencias estilísticas y de producción. Es más, podemos decir que somos creadores de tendencias”, señala Guisado. Lo mejor de su trabajo, anota, reside en poder combinar la gestión y el análisis con la creatividad del mundo de la decoración. “Son enfoques muchas veces separados, pero que se necesitan para que una empresa sea innovadora pero rentable”.

 

Estampando el mundo

Veamos. Ser director comercial de GyD supone desayunar en París, comer en Londres y dormir en Nueva York (no tanto, pero casi). Y las relaciones personales son vitales: “El diseño y la estética de nuestras telas son aspectos que requieren poder explicar nuestra filosofía, el porqué de un color determinado o una calidad concreta y conseguir transmitir una idea, porque no vendemos un producto final, sino las materias para conseguir una determinada imagen en los proyectos de nuestros clientes”, asegura Guisado.

 

Gastón y Daniela
FOTOGRAFÍA: DANIEL SANTAMARÍA

 

En la actualidad, GyD está presente en más de 30 países en los cinco continentes y su mercado más importante es el español, seguido de Estados Unidos. “Estamos muy orgullosos de tener una presencia fuerte allí y ver cómo los principales decoradores del país cuentan con nosotros. Es un mercado muy competitivo y profesionalizado en el que se respeta mucho la decoración”, explica el entrevistado.

Si bien EE.UU. nos saca ventaja en esto, hay que reconocer que hay un boom global del interiorismo.

“La aparición de grandes superficies o marcas de consumo masivo que han apostado por el hogar han creado una sensación de necesidad en un sector de la población que antes no se preocupaba por la decoración. Además, la gente que se lo puede permitir opta cada vez más por acudir a un interiorista para diferenciarse. Por otro lado, la aparición de fenómenos como Instagram o Pinterest ha hecho que todo sea mucho más visual y que queramos replicar en nuestras casas esos ambientes que vemos cada día en las redes”, añade el ejecutivo.

En cuanto a las tendencias decorativas, Guisado destaca el abandono del minimalismo en favor del uso del color, mezcla de estilos, de estampados, de texturas. “El concepto de actual o ‘moderno’ ya no pasa por un sofá blanco con patas de acero y sin cortinas, más propio de una clínica dental, sino por la calidez de unas telas bien elegidas y combinadas. Incluso hemos visto desde hace unos años un gran resurgir del papel pintado”.

El futuro pinta de colores para la empresa, que busca afianzarse como el principal editor textil español entre particulares y profesionales. Y continuar también con la expansión internacional en mercados maduros e ir abriendo otros en desarrollo, así como completar la transición hacia un entorno cada vez más digital que se tiene que compaginar con un mundo tan de contacto como es el textil.

“Dentro de 10 años nos gustaría seguir con un pie en la vanguardia del diseño y con el otro en la preservación de nuestra historia, con un crecimiento sostenible y respetuoso, concienciado con nuestro entorno, apoyando a nuevos talentos y fomentando el desarrollo personal y profesional de toda la gente que forma parte de GyD”, finaliza Miguel Guisado.

No es mala praxis, desde luego.

Apostamos por ello.

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