El constructor automovilístico de eléctricos Fisker Inc. ha decidido aplicar un recorte abultado en los precios de sus vehículos a la venta en Estados Unidos, en un intento por captar liquidez de modo más rápido y ante sus dificultades para mantener viva su caja.
Esta estrategia afecta de modo principal s a su más reciente lanzamiento, el SUV eléctrico Ocean, que pasará a costar menos de 25.00o dólares en su versión más sencilla, lo que supone reducir el precio desde los 8.999 dólares que costaba hasta ahora.
Hay que recordar que la compañía está en pleno proceso de exportación de este modelo a Europa, donde ha comenzado a negociar con distribuidores para introducirlo en el mercado.
Otros descuentos importantes han afectado a su modelo Ocean con el equipamiento máximo, la versión Extreme, que ha pasado de costar 61.499 dólares a 37.499 dólares, prácticamente la mitad.
Esta decisión coincide en el tiempo con la finalización de las negociaciones que mantenía la empresa con uno de los principales constructores globales de automóviles —todo apunta a Nissan—, que no han concluido con éxito.
Fisker negociaba, en este sentido, un acuerdo de producción bajo pedido que finalmente no ha llegado a buen fin.
La automovilística anunció recientemente que ha conseguid ocaptar 150 millones de dólares para seguir trabajando a través de la emisión de deuda, asumida casi en la totalidad por uno de sus principales inversores.
En lo que llevamos de año, Fisker ha vendido 1.300 vehículos, pero cuenta con un ‘stock’ acumulado cercano a las 5.000 unidades que todavía no ha conseguido comercializar, lo que le ha obligado a suspender durante seis meses su actividad en fábrica.
Los ingresos de Fisker se situaron en 273 millones de dólares en 2023, con unas pérdidas de casi 762 millones de dólares, casi 200 millones más de números rojos que en 2022.