Los resultados obtenidos en el primer trimestre del Barómetro de Electromovilidad para 2023 reflejan el lento ritmo de España y cómo se aleja en el desarrollo de la electromovilidad con respecto al resto de países de Europa.
Durante los tres primeros meses del año, el indicador global de electromovilidad ha alcanzado una valoración total de 11 puntos, lo que supone un crecimiento de solo 0,6 puntos respecto al anterior barómetro. Esto indica que el avance en electromovilidad en España es significativamente más lento en comparación con la media europea.
El Barómetro, elaborado por la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC), destaca que España se está quedando rezagada en materia de electromovilidad y resalta la necesidad de generar un contexto favorable para impulsar los vehículos electrificados. En comparación con otros países europeos, España se encuentra al mismo nivel de desarrollo que Italia, Hungría y República Checa, todos ellos por debajo de la media.
El indicador de penetración del vehículo electrificado muestra una valoración media de 17,4 puntos en España, lo que representa un crecimiento de 0,5 puntos. Sin embargo, esta puntuación sitúa a España en el antepenúltimo puesto del ranking, con valores cercanos a 20 puntos por debajo de la media europea. Países como Países Bajos, Portugal y Francia lideran la mejora europea en el primer trimestre de 2023, explica Anfac.
A pesar del progreso registrado, el ritmo actual no es suficiente para alcanzar el objetivo de 190,000 turismos electrificados necesarios para cumplir con las metas de reducción de emisiones para 2023. En el primer trimestre solo se matricularon 25,447 unidades, lo que indica una evolución lenta que, de mantenerse, resultaría en alrededor de 100,000 unidades para todo el año.
En cuanto a la infraestructura de recarga, los fabricantes señalan que España también muestra un desarrollo insuficiente. El indicador de infraestructura de recarga ha aumentado solo 6 décimas, alcanzando una valoración de 4,5 puntos sobre 100. Esto contrasta con el crecimiento de 1,3 puntos de la media europea, que logra una valoración total de 10,6 puntos. Aunque se han agregado nuevos puntos de recarga en el país, la mayoría de ellos son de baja potencia, lo que destaca la necesidad de impulsar una infraestructura de recarga de mayor calidad con potencias superiores a 150 kW.