El Volkswagen T-Cross es una de esas grandes ideas: sencillas, pero directas al meollo de la cuestión. Está construido sobre la base del Polo y convenientemente elevado. Esto es, es un SUV pequeñito.
¿Por qué nos parece interesante en el ámbito corporativo? Porque las modas, los gustos, las tendencias o como quieran llamarlo, son irrenunciables. A un@ puede no gustarle un determinado tipo de vehículo, por ejemplo, pero si decide no fabricarlo en serie está renunciando, directamente, a una porción de mercado. A una oportunidad.
Evitar entrar en el negocio de los Sport Utility Vehicles (SUV) hoy en día, parece una locura.
Y también en el negocio de empresas.
Al final del todo, los usos corporativos siempre encierran un carácter mimético en relación con la utilización particular de un vehículo. Nuestros gustos estéticos no cambian porque estemos trabajando.
Ese concepto lo está interpretando con maestría el grupo Volkswagen en los últimos años. El T-Cross es la prueba palpable. De entrada, tenemos que decir que parece mucho más grande de lo que es. Es 12 centímetros más alto que un Polo, nueve centímetros más ancho y casi seis más largo.
Además, y desde nuestro punto de vista, el T-Cross representa una idea estéticamente juguetona y muy atractiva. Si estamos pensando en renovar una flota de vehículos y queremos aportar un punto de modernidad estética, de cierta vanguardia y, por qué no decirlo, expresar alegría exterior, que exista esa percepción externa sobre la imagen de nuestra compañía, nos parece que este automóvil es, sencillamente, perfecto para este propósito.
Volkswagen considera que, dentro del abanico de motorizaciones que ha diseñado para este coche, existe una, el 1.6 TDI de 95CV de potencia, que encaja como un guante en el universo corporativo.
Como un guante
“Esta opción encaja muy bien en el canal de empresa, porque el diésel aporta menos coste de tenencia y más eficiencia en largos recorridos. Los clientes de flota van a tener con este motor una respuesta clara a estas necesidades”, asegura Laura Ros, directora de Volkswagen en España.
El T-Cross cuenta con un maletero que ofrece 385 litros de capacidad que aumentan hasta 455 litros simplemente con deslizar la banqueta trasera hacia delante. Si se pliegan por completo, llegamos a casi 1.300 litros, una cifra más que destacable.
En cuanto al equipamiento de este vehículo, el T-Cross se puede elegir con tres configuraciones diferentes —Edition, Advance y Sport— y ofrece desde la versión inicial asistente de carril , limitador de velocidad, aire acondicionado, avisador de choque frontal, volante multifunción, detector de fatiga y App-Connect.
Si es usted un autónomo o un cliente particular, Volkswagen ofrece a través de su solución específica ‘MyRenting’ un T-Cross 1.0 de 95CV y motor de gasolina por 304 euros al mes para un contrato de 48 meses y 10.000 kilómetros anuales que incluye mantenimiento, reparaciones y seguro.
En el caso de las pymes o de empresas de mayor tamaño, nosotros les aconsejamos la variante mencionada anteriormente, el diésel 1.6 de 95CV, que en su variante manual y con la configuración de entrada Edition se puede obtener por una cuota mensual de renting de unos 355 euros más impuestos incluyendo todos los servicios y para un contrato de 30.000 kilómetros anuales durante 48 meses.