El apetito de la Unión Europea por eliminar de la tabla de circulación los vehículos de combustión ha colocado, una a una y encima de la mesa, todas las cartas de emisiones de los automóviles que se mueven por el continente.
El caso español no ha sido diferente.
La Administración Central ha recogido esa bandera y la está agitando con fuerza. La radiografía ha dejado muy bien parado al negocio del renting, que durante su joven historia ha mantenido unas tasas de renovación de producto que ahora le permite sacar pecho y demostrar lo muy saneado que está su parque en circulación.
Con una media de renovación de flota que no suele irse más allá de los 48 meses, el renting dispone del activo menos contaminante. Todo el parque de vehículos de turismos en renting dispone de algún tipo de etiqueta medioambiental, mientras que en el parque de automoción general de España hay, al menos, un 31% de coches que no dispone de ella.
Aunque no se disponen de datos de volúmenes concretos al respecto, normalmente las matriculaciones de turismos mediante la fórmula de alquiler con servicios suponen un mínimo del 80% sobre el total de sus compras, lo que podría señalarnos, a modo orientativo, que del parque de vehículos que existe en renting en nuestro país —unas 850.000 unidades—, unas 680.000 se corresponden con turismos: todos ellos dispondrían de esa etiqueta medioambiental.
De acuerdo con la patronal de los fabricantes de vehículos, Anfac, en España existe un parque vehicular de unos 30 millones de turismos (incluyendo derivados comerciales), lo que arroja una cifra de casi 10 millones de ellos sin el preceptivo distintivo. Es decir, unidades de gasolina matriculadas antes de 2001 y diésel de antes de 2006.
La diferencia es abismal.
Esa tasa de renovación a la que antes aludíamos resulta ser la clave de todo.
Hay que decir que el renting mantiene una media de edad de dos años, un dato que en el caso del parque general asciende a entre 13 y 14 años, lo que sitúa a la península como uno de los países con los vehículos más viejos.
Cuatro en renting, uno general
En la práctica, este aspecto significa en el día a día del sector que el universo del renting matricula cuatro automóviles por cada uno que se vende en el mercado general, lo que dispara la vetustez del segundo frente al primero.
La gran mayoría de los coches matriculados en renting disponen de etiqueta ‘C’, la que se otorga por la DGT a aquellos diésel matriculados a partir de 2014 y a los de gasolina de después de 2006. Suponen más del 75% del parque de turismos en renting —una cifra por encima del medio millón de unidades, de acuerdo con cálculos de Fleet People—, respecto del 33% del parque general de este tipo de vehículos con ‘C’, que asciende según Anfac a unos 9,3 millones de unidades.
En el caso de los distintivos ecológicos, también se produce una goleada neta del renting respecto del mercado absoluto, una tendencia que se está incrementando poco a poco debido a la creciente concienciación de las empresas por la descarbonización de sus procesos de movilidad.
El parque de turismos con etiqueta ‘Cero’ del renting español alcanza hoy el 6% del total, en tanto que el mercado ofrece un 0,6%, y la etiqueta ‘Eco’ está pegada en casi el 18% de los coches de renting, por el 3% del parque general.
Son diferencias que pueden acortarse algo, especialmente si se empuja más desde los Gobiernos con más ayudas al cliente particular, pero que hoy por hoy demuestran quién apuesta de verdad por la movilidad ecológica… y quién no.